Un Cuento de Hadas


Escrito por: Krenee (krenee31@hotmail.com)

http://www.geocities.com/azotainas/w100.html




Nota de la Autora:

Esta es una historia real. No hay nada inventado en ella, ni una sola coma. Me ha costado mucho trabajo escribirla. Soy muy reservada y no me gusta andar contando mi vida así como así, pero tanto Tim como yo, hemos pensado que puede ayudar a muchos de vosotros, que como yo, hemos sufrido por sentirnos bichos raros por nuestra fantasía, hemos desesperado pensando que nunca haríamos realidad nuestro sueño, y cuando por fin aparece nuestro príncipe azul, el sueño no es precisamente un cuento de hadas.

Pero esto es también un canto a la esperanza... Es posible, todo es posible si se tiene fe...

Espero que os guste, y sobre todo que alguien le sirva de ayuda




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Prólogo de Tim (traducido por Krenee):

Después de algunos dias de ausencia por los dramáticos motivos que conoceis, tengo por fin un poco de tiempo para escribir en el club. Estas líneas me hubiese gustado hacéroslas llegar mucho antes, pero, como ya os ha dicho Krenee , estaba totalmente indisponible estas últimas semanas.

La vuelta de Florencia ha sido muy dura tanto para ella como para mí, catapultado en la horrible actualidad, tuve que volver precipitadamente y puedo aseguraros que no ha sido fácil.

Seguidamente, una vez que nos hemos serenado, Krenee ha decidido abriros un poco más su corazón y su vida, lo ha hecho de una forma magistral escribiendo un larguísimo texto que me gustaría titular "Pequeña autobiografía de un hada".

Incluso si cuando leí el relato por primera vez, fui reticente a que publicase algunos capítulos de nuestra relación, más tarde la animé a hacerlo.

Como ya lo hemos dicho y repetido, nuestra historia puede que haga que algunos de vosotros toméis consciencia que es posible realizar un sueño. LO ES, pero que en ningun caso, todo se convierte de pronto en un sueño. La realidad existe, está ahi y nos influye en nuestra vida de todos los días y eso no debemos olvidarlo. Sin embargo, el sueño existe, es realizable y al alcance de cada uno. Estoy firmemente convencido. Es fácil- me diréis- he tenido la inmensa oportunidad de encontrar a este maravilloso pequeño SER que es Krenee. Si, exactamente, es mucho más fácil hablar como lo hago viviendo NUESTRO SUEÑO juntos. Sin embargo, todo no es siempre rosa, todo no lo ha sido nunca, y todo no es como queremos que sea. Ella lo relata perfectamente en su relato.

La puerta del sueño (virtual o real), abriéndose sobre la realidad o viceversa, desgraciadamente nunca se cierra, razón por la que todos debemos aprovechar plenamente esos momentos mágicos que se nos dan, y sobre todo, no pasar al lado de las oportunidades de la Magia y del Sueño. Estoy plenamente convencido de que la media naranja de cada uno existe (aqui está la prueba) y que la paciencia debe ser la virtud absoluta para el que quiera descubrirlo. El/ ELLA EXISTE

"Te agradezco pequeña hada que seas como eres. Eres mágica y me haces vivir momentos de Realidad tan intensos y profundos que cada minuto en tu presencia me hace pensar en un Sueño.

Te agradezco igualmente tu altruismo, que hace soñar y que debe empujar a todos los que aún no han encontrado el Amor y el compartir a dirigirse en esa dirección.

GRACIAS POR SER TAN FANTASTICA KRENEE-TE QUIERO"
Después de algunos dias de ausencia por los dramáticos motivos que conoceis, tengo por fin un poco de tiempo para escribir en el club. Estas líneas me hubiese gustado hacéroslas llegar mucho antes, pero, como ya os ha dicho Krenee , estaba totalmente indisponible estas últimas semanas. La vuelta de Florencia ha sido muy dura tanto para ella como para mí, catapultado en la horrible actualidad, tuve que volver precipitadamente y puedo aseguraros que no ha sido fácil. Seguidamente, una vez que nos hemos serenado, Krenee ha decidido abriros un poco más su corazón y su vida, lo ha hecho de una forma magistral escribiendo un larguísimo texto que me gustaría titular "Pequeña autobiografía de un hada". Incluso si cuando leí el relato por primera vez, fui reticente a que publicase algunos capítulos de nuestra relación, más tarde la animé a hacerlo. Como ya lo hemos dicho y repetido, nuestra historia puede que haga que algunos de vosotros toméis consciencia que es posible realizar un sueño. LO ES, pero que en ningun caso, todo se convierte de pronto en un sueño. La realidad existe, está ahi y nos influye en nuestra vida de todos los días y eso no debemos olvidarlo. Sin embargo, el sueño existe, es realizable y al alcance de cada uno. Estoy firmemente convencido. Es fácil- me diréis- he tenido la inmensa oportunidad de encontrar a este maravilloso pequeño SER que es Krenee. Si, exactamente, es mucho más fácil hablar como lo hago viviendo NUESTRO SUEÑO juntos. Sin embargo, todo no es siempre rosa, todo no lo ha sido nunca, y todo no es como queremos que sea. Ella lo relata perfectamente en su relato. La puerta del sueño (virtual o real), abriéndose sobre la realidad o viceversa, desgraciadamente nunca se cierra, razón por la que todos debemos aprovechar plenamente esos momentos mágicos que se nos dan, y sobre todo, no pasar al lado de las oportunidades de la Magia y del Sueño. Estoy plenamente convencido de que la media naranja de cada uno existe (aqui está la prueba) y que la paciencia debe ser la virtud absoluta para el que quiera descubrirlo. El/ ELLA EXISTE "Te agradezco pequeña hada que seas como eres. Eres mágica y me haces vivir momentos de Realidad tan intensos y profundos que cada minuto en tu presencia me hace pensar en un Sueño. Te agradezco igualmente tu altruismo, que hace soñar y que debe empujar a todos los que aún no han encontrado el Amor y el compartir a dirigirse en esa dirección. GRACIAS POR SER TAN FANTASTICA KRENEE-TE QUIERO"



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UN CUENTO DE HADAS


Florencia, santuario del Renacimiento... Iglesias, museos, pinacotecas...
Florencia es arte y cultura, pero Florencia es también romanticismo, y en ella todo parece historia y leyenda. Al caminar por sus estrechas calles, desde la Piazza del Duomo, en donde la admiración de la inmensa catedral de Sta Maria de las Flores (una de las mas grandes del mundo), deja ya sin habla, e invita al misterio y al recogimiento, y a dejar volar la imaginación soñando con las fantasías más variadas, hasta la Piazza della Signoria, con el Palacio Vecchio (actual ayuntamiento), en donde en la edad media se realizaban públicamente todo tipo de actos...espectáculos de masas mítines políticos, ejecuciones, castigos... pasando por el amarillento Ponte Vecchio, sobre el río Arno, y que es la más pura expresión del romanticismo de la ciudad... o simplemente descansando en los jardines Boboli, todo se vuelve diferente: Te empapas de un ambiente que estremece, como si de pronto, se hubiera detenido el tiempo, como si el Renacimiento volviese nuevamente... Parece que de un momento a otro te vayas a encontrar con Miguel Angel, o con Leonardo Da Vinci, con Brunelleschi o con Los Medicis, o con el mismo Maquiavelo, enterrado junto a Miguel Angel en Santa Croce, o con Dante y su Divina Comedia.. Todos ellos ilustres florentinos.

Krenee respiraba ese ambiente renacentista en cada piedra de la ciudad... Paseaba por las calles abrazada a Tim, y en cada rincón, en cada museo, frente a cada estatua, a cada cuadro, dejaba volar su fantasía y su imaginación... Imaginó a la Venus de Botticelli nalgueada por Marte cuando sale del mar, y atada a la concha, sirviendo de cuerda su larga melena...

Imaginó a Miguel Angel azotando al David, y a Cosme de Medicis azotando a su prima Catalina para obligarla a casarse con Enrique II de Francia, en contra de su voluntad, ya que estaba enamorada de un general florentino.. Imaginó a Clemente de Medicis (el Papa Clemente VII) y feroz perseguidor de los protestantes, aplicando castigos a toda muchacha acusada de posible protestantismo.. e imaginó a Dante atravesando su infierno, en escenas jamás relatadas en La Divina Comedia... Y a Maquiavelo escribiendo su príncipe con pluma de ganso y amarillento papel apoyado sobre las rojas nalgas de una damisela...

Krenee le contaba a Tim todas esas fantasías y Tim reía...

-!Vaya imaginación que tiene mi hadita.....!..¿Sabes?, cuando volvamos al hotel seré Cosme De Medicis y tu serás Catalina..

-mmmmm ¿Y no puedes ser Marte y yo Venus???

-Ja ja ja ja ... También mi amor, también.


De vuelta al hotel ambos estaban agotados, habían recorrido desde muy temprano la cuidad andando, habían visitado casi todo lo visitable, y no habían parado ni un minuto..

Las fantasías relatadas por Krenee, y más tarde, la decisión de Tim de hacer realidad esas fantasías les había excitado. Tim había imaginado el salón del hotel (un hotel maravilloso situado en el corazón de Florencia) que es un salón inmenso, tapizado con una bellísima alfombra en tonos ocres, y sillones dieciochescos, bellas paredes tapizadas de cuadros y de lámparas simulando candelabros, y... una chimenea...

Tim le había contado a Krenee cómo le hubiese gustado nalguearla en aquél salón, frente a la chimenea (por supuesto en invierno, no en las fechas que estaban)..En aquella azotaina imaginada por Tim, no faltaba ninguno de los elementos necesarios para hacer fuego y mantener una chimenea.... y todo ello inundado con champagne...

Cierto es que el hotel, el ambiente florentino... todo, todo invitaba a la lujuria...

Tim imaginó la azotaina del salón del hotel, bajando Krenee las escaleras de caracol con un vestido largo blanco, vaporoso, y sin nada debajo, excepto unas medias, también de color blanco.. El la esperaría frente a la chimenea, con una copa de champagne en la mano y mirando el reloj. Nada más llegar Krenee al salón, la tomaría de la mano y la tumbaría sobre sus rodillas, en uno de los maravillosos sillones frente a la chimenea... Krenee sería azotada por retrasarse.. en realidad, por cualquier motivo.. da igual... Le levantaría la falda del vestido y empezaría a nalguearla con la mano.. despacio, y luego tomaría el cepillo para recoger las cenizas (es un inmenso cepillo de madera), y cuando Krenee tuviese las nalgas bien coloradas, beberían champagne, se lo derramarían uno en el cuerpo del otro, en los sitios más estratégicos... y harían cosas muy, muy indecentes...

No podía ser la azotaina del salón... había demasiada gente... Pero ambos se habían excitado muchísimo con la idea y con la detalladísima descripción de todos los pormenores que Tim le iba relatando a Krenee mientras caminaban de vuelta al hotel.

No, la azotaina no sería en el salón, pero la habitación del hotel tampoco se quedaba corta a la hora de invitar a la lujuria y al desenfreno...

Una gran habitación enmoquetada en tonos azules-grisáceos...

Una cama inmensa (en realidad dos camas inmensas en una), sobre un canapé, que hacen que la cama gane altura.. Dos ventanas vestidas con la misma tela que la moqueta y la colcha y desde donde se divisa casi toda la cuidad.. Dos confortables sillones de brazos a juego con las cortinas rodeando una mesa baja de cristal, un escritorio de madera cuya mesa llega justo a la altura requerida, y su confortable silla en frente; una nevera repleta de lo necesario, (hasta Don Perignon, encargado por supuesto por Tim,) y un cuarto de baño de fábula con un inmenso espejo que tapiza toda la pared.......

Krenee se dejó caer en la cama.. Estaba muerta.

Tim se tumbó junto a ella, la rodeó con sus brazos y la besó largamente. Krenee sintió la excitación de Tim y comprendió que aquella sería una noche muy larga y llena de emociones.

Ambos se hacían caricias suaves, se besaban tiernamente.. Llevaban mucho tiempo sin verse, y la última vez que se vieron fue tan corto y tan rápido, después de una larga separación también, que les supo a poco.

Afortunadamente esta vez tenían diez días por delante para estar juntos.. ¡Diez días!.. En los casi once meses que llevaban de relación, nunca habían estado juntos tanto tiempo.

No tenían tiempo para mucho, ya que se acercaba la hora de la cena.

Tim le había dicho que quería cenar en el restaurante del hotel, y luego tomar la primera copa de champagne en el salón de la chimenea.. La idea le excitaba...

Krenee se duchó y se arregló. Se puso un vestido de terciopelo de color burdeos, largo hasta los pies, y con una abertura a cada lado que llegaba hasta medio muslo. Los hombros desnudos y en la espalda un generoso escote. Krenee no puede llevar sujetador cuando se pone ese vestido.

Tim le había dicho que no se pusiera bragas, así que Krenee no llevaba nada debajo, excepto las medias negras de Yves Saint Laurent, las preferidas de Tim ya que llevan el anagrama de la marca pegado en brillantitos en el tobillo izquierdo, y eso a Tim le excita muchísimo.

Krenee terminaba de peinarse y de perfumarse (Chanel 5 es el perfume que ella usa desde hace muchos años; es el perfume de su madre, y, como era el que había en casa, Krenee se acostumbró a usarlo).

Tim se acercó a ella, llevaba un estuche en la mano. Krenee conocía bien ese estuche, y un escalofrío la recorrió entera...
Tim la miró...

-¿No pretenderás que salga con eso verdad??- Preguntó Krenee con la voz temblorosa

-Si mi amor, por favor....

-No Tim, no.. ¿Estás loco??....

El estuche contenía unas bolas de geisha. Las habían utilizado muchas veces en sus juegos, a Tim le encantaban y a Krenee no le disgustaban, pero salir a cenar con las bolas puestas... Aquello era una locura..Era un hotel caro, un restaurante elegante.. Krenee ya hacía bastante con aceptar salir sin bragas...

Tim se acercó a Krenee, la abrazó dulcemente..

_Por favor amor mío.. me hace mucha ilusión... Saber que debajo no llevas nada, y que llevas puestas las bolas.. Será una cena inolvidable.. No puedes entender todas las sensaciones que voy a vivir....

Krenee lo entendía. Conocía a Tim. Sabía que le encantaba prolongar mucho los juegos. Le encantaba excitarse hasta no poder aguantar más, y aguantaba.. Nunca había conocido a nadie que aguantase tanto como Tim, a nadie que supiese disimular bajo una aparente frialdad, el volcán en erupción que había dentro de él, y esa sensación le gustaba.. Era como un reto, excitarse, excitarla a ella, durante mucho, muchísimo rato, y disimulando con aparente calma, con aparente frialdad todo ese cúmulo de sensaciones, para después, una vez a solas, estallar en el más violento, en el más salvaje, en el más apasionado momento de amor intenso.

-Tim, yo no voy a poder disimular delante de todo el mundo que llevo las bolas.. Tú no sabes qué sensaciones producen en mí..

-Sí lo sé mi vida... Lo sé perfectamente

Krenee sabía que era cierto. Tim la conocía perfectamente, sabía mucho mejor que ella, donde estaba cada uno de sus puntos, donde tocar para conseguir lo deseado.. Sabía donde debía acariciarla si lo que buscaba era ternura, sabía dónde tenía unas diabólicas cosquillas que no podía aguantar, si lo que buscaba era reírse, y sabía dónde y qué debía hacer si lo que buscaba era hacerla estallar.. y lo conseguía cada vez que se lo proponía, que dicho sea de paso eran muchas veces al día...

Krenee sabía que las bolas eran peligrosas.. La hacían estallar con muchísima facilidad... Y no podía dedicarse a tener estallidos en el comedor ni el salón de un hotel elegante y delante de todo el mundo. Además sabía que Tim no se estaría quieto (las manos de Tim jamás se están quietas) por debajo de la mesa y que movería el cordoncito, y los estallidos podían ser tremendos...

Tim la había enseñado, en su preparación para geisha, a disimular cuando él le hacía cosas por debajo de la mesa, en público, y Krenee lo había conseguido.. Le había costado muchos azotes, muchísimos, pero ya lo dominaba perfectamente, y permanecía impasible en esas situaciones ante las caricias de Tim, aunque por dentro ardiera la llama del deseo...Pero las bolas... Las bolas era otra historia...

Tim estaba sentado sobre el escritorio, Krenee estaba de pie frente a él, justo entre sus piernas.. La tenía abrazada contra su pecho..y la besaba..

-Por favor, mi vida...

Krenee temblaba. Nunca le negaba nada a Tim. Ella era feliz haciéndole feliz a él, y por ello le seguía en todas sus locuras, aunque algunas de ellas fueran bastante peregrinas... Pero esta vez Tim se pasaba... Aquello no era una locura, es que sencillamente no tenía ni cabeza ni pies...

Tim conocía muy bien la educación que Krenee había recibido y sabía que para ella eso era un tremendo esfuerzo... No la forzaba. Tim nunca la forzaba a hacer nada. La convencía con besos y caricias, con ternura, con amor, y si al final ella decidía que no (no había pasado nunca), él no se enfadaba ni se lo tenía en cuenta.. Tim comprendía.. Sólo estaba midiendo hasta dónde era capaz ella de llegar..

Krenee titubeaba en brazos de Tim. No quería negarle nada, pero.. aquello era demasiado.. Sobre todo porque no estaba segura de poder quedarse impasible, no estaba segura de conseguir disimular hasta el punto de que nadie se diera cuenta, y montar un escándalo que por nada del mundo quería montar.. Ella no soportaría la vergüenza de un escándalo así, no estaba preparada para ello.

Tim la miraba fijamente y la acariciaba.. Esperaba la decisión final y no la presionaba.. Pero Krenee vivía una terrible presión dentro de ella.. ¿Si? ¿no?... Parecía una olla expres a punto de reventar... Por fin se abrazó a Tim y escondiendo la cara en su pecho le dijo..

-Vale, pero si no puedo aguantar me las quito-

Tim la abrazó y la besó con ternura infinita.. la tomó en brazos y la llevó a la cama, la tumbó boca arriba, con las piernas abiertas y plegadas,... sacó las bolas del estuche, y empezó a acariciarla, despacio... La besó nuevamente para que se relajara.. Estaba tensa, muy tensa...

La tumbó sobre sus rodillas, y empezó a azotarla.. Sabia que así se relajaría...Azotes no muy fuertes, no muy rápidos, en crucero..

Poco a poco fue subiendo la intensidad de los azotes.. cada vez mas fuertes, cada vez más rápidos..

Las nalgas de Krenee vibraban con los azotes.. se oían los golpes secos de la mano de Tim...

Krenee se mordía los labios.. Empezaba a doler de verdad y las nalgas ya le ardían..

Cuando alcanzaron el color deseado por Tim (unos 50 azotes en cada nalga más o menos), la volvió a acostar en la cama, se tumbó junto a ella y de nuevo empezó a besarla y a acariciarla.

Las caricias y los besos de Tim fueron relajando a Krenee que comenzó a excitarse paulatinamente.. Tim continuaba con las caricias, sabía cómo mover sus dedos y su boca para conseguir lo que quería.. La excitación de Krenee iba en aumento, y por fin... estalló en brazos de Tim....Eso era lo que él quería, el estallido de ella....ahora podía introducir las bolas con facilidad....

Salieron de la habitación. Krenee sabía que Tim observaba cada gesto, cada movimiento que ella hiciese..

Estaba incómoda.. Andar con las bolas puestas no es fácil..Hace que toda la zona se sensibilice hasta tal punto, que entran unas terribles ganas de cerrar las piernas y apretar para poder estallar...

No sería fácil la noche.. No lo sería en absoluto...

Se sentaron en una mesa para dos cerca de una ventana..Una cena deliciosa.. A Krenee (que come muy poquito) le encanta la pasta italiana, es uno de sus platos favoritos, y había pedido un plato en que había un poquito de casi todas las pastas conocidas.. Tim pidió Ossobucco, y .. Sassicaia. para regar la cena. La noche lo merecía... De no haber sido por las bolas, Krenee habría disfrutado de verdad comiendo, y eso le ocurre pocas veces, ya que ella es partidaria de que inventen de una vez una pastillita que sustituya a la comida, para no tener que comer... (Para el que quiera, claro.. al que le guste comer que siga comiendo..).

Tim estaba excitado.. y aunque lo disimulaba muy bien Krenee lo notaba.. Lo sabía.

Por debajo de la mesa pasaba de vez en cuando su mano, la subía lentamente por las piernas de Krenee hasta llegar al cordoncito de las bolas.. Tiraba de él, sacaba una bola, y luego la volvía a meter..

Krenee hacía como que se reía de algo, y se tapaba la cara con la servilleta para que nadie notara sus gestos.. Imposible disimular..Sentía unos tremendos deseos de cruzar las piernas, cerrarlas, apretar...Se estaba volviendo loca con esas sensaciones.. Tim lo sabía y eso le excitaba mucho más..

Krenee se quitó un zapato y subió un pie por debajo de la mesa.. Lo puso encima de Tim y comenzó a acariciarle por encima del pantalón. Acercó su mano para bajar la cremallera..

-No cariño, no lo hagas, dijo Tim...

-¿Qué no lo haga?? Ahora vas a saber lo que estoy pasando yo...

Bajó la cremallera del pantalón de Tim, metió el pie y empezó a acariciarle...

Tim la miraba y le suplicaba que parase o se arriesgaba a manchar de forma delatora y poco elegante el pantalón. Krenee no quería parar... Se estaba vengando...

-Te vas a acordar de esto.. Para o no podrás sentarte en un mes-

-De todas formas no voy a poder sentarme en un mes....

Y no paró...

Tim se apartó de ella... Echaba fuego por los ojos.. La miraba fijamente con una severidad que en muy pocas ocasiones Krenee había visto en él...

Terminaron de cenar y fueron al salón de la chimenea.. Se sentaron en una mesa justo en frente. Pidieron Don Perignon... Tim se levantó y se dirigió a la chimenea. Le hizo una indicación a Krenee de que le siguiera. Ella fue con él. Tim le enseñó el cepillo para recoger la ceniza... ffffffffff era inmenso, y uno a uno fue enseñándole todos los instrumentos allí colocados. Le explicaba cuál era la función real (para disimular ante los demás) y le susurraba al oído lo que le haría a ella con cada uno de los instrumentos por su comportamiento durante la cena.

A Tim le apetecía prolongar la velada un poco más.. Estaba terriblemente excitado y prolongar la velada le excitaba más..
Krenee era más partidaria de ir a la habitación, pero sabía que Tim aún quería continuar jugando..

Preguntaron en recepción dónde podían ir.. Querían un sitio tranquilo, para tomar una copa, con música suave. Allí les indicaron un café-pub cerca de los jardines de Boboli..

La noche era maravillosa, e invitaba a caminar... Krenee adoraba cruzar el Ponte Vecchio.. Era romántico, tremendamente romántico.. Tim la abrazaba.. la besaba a cada paso.. Estaba muy excitado y Krenee no sabía si aguantaría más..

Entraron en el café y pidieron una copa..Tim empezó a reñirla por su comportamiento durante la cena, y le explicó lo que le iba a hacer cuando llegaran al hotel.. Se merecía una azotaina por traviesa.. Krenee no estaba de acuerdo con el castigo (raro en ella por que siempre acepta sin rechistar los castigos que le impone Tim), pero quizás el champagne, mezclado con el vino.. Krenee no bebe casi nunca, así que con un poquito que beba alguna vez se le sube enseguida a la cabeza...

Krenee discutía y decía que no estaba de acuerdo.. Tim, que no está acostumbrado a que ella discuta, se iba enfadando por momentos, (jugaban.. solo jugaban..)..Krenee no estaba dispuesta a asumir su castigo, entonces Tim la tomó por un brazo, la levantó de la silla donde estaba sentada y la sentó en sus rodillas...Krenee creyó que la azotaba allí mismo delante de todo el mundo..

Los vecinos de mesa (un grupo de 3 parejas) se quedaron mirando la escena, con cara de pocos amigos.. Parecía que estuviesen preparados para intervenir a puñetazos contra Tim...

Ni a Tim ni a Krenee les gustó que nadie interviniera en sus vidas, así que pagaron y se dispusieron a marcharse de aquél lugar..Cuando iban a salir Krenee se armó de valor, se acercó a la mesa de los que habían sido sus vecinos, y les dijo: È il mio uomo. Appartengo a lui. Può fare con me che cosa desidera (Es mi hombre. Le pertenezco. Puede hacer conmigo lo que quiera)...

Y salió corriendo a refugiarse en los brazos de Tim..

Le temblaban tanto las piernas que podía en cualquier momento doblarse el tobillo y caerse de los tacones de aguja de los negros zapatos de charol.. Tim lo sabía y la sujetaba fuerte por la cintura.. Krenee escondía su cara en el pecho de Tim para no mirar a nadie.. Estaba muerta de vergüenza pero orgullosa de su "hazaña"...

Nunca habría pensado que ella pudiese haber sido capaz de hacer algo así..

Tim estaba orgulloso.. Le había sorprendido la reacción de su "leona" diciendo esas palabras en italiano...

Salieron del local a toda prisa.. Tim se reía, no lo podía evitar.. Krenee, una vez fuera del local, también se reía de la cara de idiotas que habían puesto todos.... Estaban locos.. locos de atar...

Por fin llegaron a la habitación..

Aún se reían ambos de la escena vivida...Tim se acercó a Krenee y abrazándola con fuerza la besó tiernamente...

-Gracias pequeña geisha, gracias por todas las maravillosas sensaciones que me has hecho vivir esta noche inolvidable..

Te quiero mi amor.. Estoy loco por ti..Pero... tu comportamiento en la cena, no ha sido el comportamiento de una geisha.. Me has desobedecido...

Krenee bajó la mirada..

Tim la tomó por la barbilla y la obligó a levantar la vista..

-¿Qué crees que debo hacer contigo??

Krenee guardó silencio

-Amor mío, estoy hecho un lío.. tengo tantos motivos esta noche para premiarte, que por una vez, por una sola vez, voy a dejar que seas tú quien elija el castigo que mereces...

Krenee no respondió...

Ella nunca responde a esas preguntas.. No sabe.. Prefiere que sea Tim quien decida su castigo.. No le gusta decidir a ella...

Ante el silencio de Krenee Tim dijo:

-Bien... entonces decidiré yo...

Tim la acercó al escritorio...

-Túmbate

Krenee se inclinó sobre la mesa..

Tim se acercó al armario y Krenee sintió (ya que no podía verle) que abría la maleta.. Pensó: ¿Qué mas habrá traído este hombre?....

Tim se acercó a ella....

-¿Sabes que es??

Krenee miró... ¡La fusta!.. ¡La fusta del triángulo que habían comprado en París en el sex shop y que casi no habían utilizado!!!

Tim se quitó la chaqueta, la corbata y la camisa...

Levantó la falda del vestido de Krenee y la dobló en la cintura...

Se colocó detrás de ella y empezó a acariciarla con la fusta... lentamente, suavemente... Y cuando Krenee menos lo esperaba...

Zas!! El primer golpe...

Krenee no pudo evitar que se le escapara un grito...

Tim continuó azotándola despacio.. muy despacio por toda la superficie de las nalgas... Por la parte baja de la espalda, por el centro de las nalgas, por el lugar de unión entre los muslos y las nalgas, por los muslos...

Todo el cuerpo de Krenee se estremecía con cada uno de los azotes..Dolía, dolía muchísimo..Krenee se agarraba con fuerza a los extremos de la mesa. No pudo más y empezó a llorar...

Tim seguía azotándola..Sus nalgas empezaron a llenarse de marcas rojas, como rayas de cebra, pero en rojo..Tim se centró en la zona de unión de las nalgas y los muslos.. El dolor era insoportable..

Tim estaba loco, y era peligroso.. muy peligroso..

Después de unos 30 azotes más o menos, tiró la fusta al suelo, se abrazó a Krenee y sin desnudarla se pegó prácticamente a ella....La hizo suya así.. en ese momento.. por donde le gusta hacerlo cuando ella está recién azotada.. para sentir el calor de sus nalgas ardiendo...Al mismo tiempo jugaba con las bolas que aún estaban dentro de ella...

Krenee empezó a gritar, a retorcerse .. no podía resistir.. Ambos rodaron por la moqueta... Tim arrancó prácticamente el vestido de Krenee y Krenee arrancó prácticamente los pantalones de Tim... Ardían.. estaban locos, fuera de control..Tim se levantó y fue a buscar el champagne...Como en el relato que él le había descrito horas atrás: Fuego, pasión, azotes, amor ....Noche de lujuria y desenfreno bañada en dulces burbujas de champagne.



Tres días inolvidables pasaron en Florencia. Dieron rienda suelta a todas las fantasías que se les ocurrieron, se amaron con toda la pasión imaginable, inventaron y descubrieron cosas nuevas en su intento constante de llegar hasta el fondo de todos sus fantasmas.

Pero lo bueno se acaba pronto y tenían que regresar.. Krenee trabajaba. Se las había arreglado en el trabajo para tener que ir poquito y poder dedicarle mucho tiempo a Tim, pero no había sido fácil. Todo el mundo en su trabajo sabía que Tim iría aquella semana, y hubo algún jefe "celoso" que intentó hacerle la puñeta impidiendo y poniendo pegas para que ella pudiera tener tiempo libre. Hasta tal punto llegó la cosa que Krenee tuvo que hacer intervenir a un jefe superior, ya que no era justa, ni tenía sentido la decisión de imponer más trabajo a Krenee, trabajo que podía hacerse en otro momento... Ella sabía que eso lo pagaría caro, pero le daba igual.. Disfrutaría de una semana entera con Tim y tendría mucho tiempo para estar con él....

Pero parece que el destino se quiera enseñar con esta pareja de enamorados, y ellos proponen y una mano negra es la que dispone...

A los dos días, los acontecimientos internacionales (los atentados de N. Y) hicieron que Tim (que trabaja en una organización internacional) tuviera que marcharse a toda prisa...

Krenee se vino abajo...

No, no es nada fácil esta relación... Ambos se aman, se aman hasta donde no se puede amar más, están hechos el uno para el otro y son inmensamente felices juntos.... Pero la vida real no es un sueño y está llena de inconvenientes... Y parece que el destino, que sin duda les ha hecho el uno para el otro, se empeñe en poner barreras y dificultades a su relación....

Tim se marchaba y sería otra vez una larga separación. Además ambos sabían que durante un tiempo él no podría llamarla como lo hace de costumbre.. A última hora de la noche, él la llama y pasan a veces 2 horas hablando por teléfono. Ambos acostados, cada uno en su cama, a muchos kilómetros de distancia.. pero empiezan a hablar, a amarse y parece como que esa distancia no existiese. Se sienten como si estuviesen al lado, y cerrando los ojos casi sienten que se tocan, y se aman, y al final, ambos acaban durmiendo sintiendo que duermen abrazados....

Pero cuando Tim no puede llamarla así, cuando el stress, el trabajo, las circunstancias de la vida real hacen que no pueda llamarla de esa forma, durante un periodo largo de tiempo, Krenee se viene abajo..

Tim se preocupa y se asusta.. La llama constantemente pero sólo puede hablar unos minutos, la llama para recordarle que la quiere, para pedirle que no olvide que él está ahí con ella, para pedirle que le sienta, y para pedirle que tenga paciencia....

Pero a Krenee en esas circunstancias le cuesta sentir a Tim.. Por supuesto sabe que él la quiere, como ella le quiere a él, pero ve la relación, la analiza.. No es fácil.. A veces piensa que llegará un día en que puedan vencer todos los obstáculos y estar juntos para siempre, y a veces piensa que no, que nunca lo conseguirán... Y mientras tanto la vida les va poniendo cada vez más obstáculos...

Tim se desespera.. A él también le gustaría poder estar más tiempo con ella, y además tiene miedo...

Sabe que en la vida de Krenee hay muchos pretendientes.. en su trabajo, en su vida real, en internet.... Y Tim teme que Krenee se canse de tanta dificultad y decida intentar rehacer su vida con otra persona.....

Krenee sabe que su relación no es fácil.. Contrariamente a todo lo que se pueda creer, nada ha sido nunca fácil para ella. Considerada por muchos como "la caprichosa niña de papá" Krenee ha tenido una vida difícil, que en momentos como éstos analiza, y de la que hace balance...


Krenee recuerda su infancia. Hija de una familia de la alta burguesía, tuvo una educación destinada a ser una digna "señorita/señora" representante de la esfera social a la que pertenecía.

Vivió toda su infancia y parte de su adolescencia fuera de España, y vivió en un mundo mágico, en un bunker, protegida de todas las "maldades" del mundo.. Vivía rodeada de sus hermanos (son seis) y con el inmenso amor de las nanis que les cuidaban, y la vigilancia (de lejos) de unos padres ausentes demasiado ocupados como para hacerles caso.

Krenee tenía todo lo que quería.. Cualquier capricho material era inmediatamente satisfecho. Tenía todos los juguetes que se pueda uno imaginar. Tenían un inmenso desván tan grande como toda la casa, en donde se podía hasta patinar, y había incluso una mesa de ping-pong. Pero a ella no le gustaban los juguetes, no sabía jugar con ellos..Solo de vez en cuando jugaba a los vaqueros con sus hermanos, o se subía a los árboles, o jugaba con los soldaditos de plomo, que Krenee recuerda muy bien cómo torturaban su hermano y ella (Krenee sabe que no es la única en su familia con esta fantasía...).

A Krenee le gustaba leer y escribir, aunque luego rompía lo que escribía para que nadie lo leyera.. ya que lo que escribía eran tiernos cuentos en donde los niños protagonistas eran amados, queridos y comprendidos por sus padres.. Y ella, ya desde muy pequeña era una niña dura, con fuerte carácter y mucha personalidad. No quería que nadie descubriese nunca lo "blandita" y sensible que era en realidad, por eso rompía sus escritos y por eso se mostraba cada vez más dura, más fría, para no dar a entender que se moría por un beso, por una caricia de sus padres, por quien ella se sentía absolutamente ignorada..

Toda su infancia y su juventud fue una constante lucha por llamar la atención, y en sus sueños más ocultos, se sentía querida y comprendida...¿Intentaba llamar la atención para buscar el cariño, o solo para dejar de sentirse tan ignorada??

Krenee creció al revés de cómo se esperaba que fuera...

Ella debía ser una señorita bien...Pero Krenee había renunciado a eso desde hacía muchos años. Su hermana mayor, ocupaba ese puesto, era muy guapa y "el ojito derecho" de papá..Hacía a las mil maravillas ese papel y Krenee nunca podría superarla...

Su sentido de la competitividad (muy desarrollado en familias numerosas y sobre todo cuando no eres ni el mayor ni el pequeño, sino que ocupas el grupo intermedio o a lo sumo el grupo de "la cola".. el de "los pequeños") desde siempre se había dicho que en ese terreno no tenía nada que hacer, a lo sumo, ser una segundona, así que debía buscar otra fórmula para llamar la atención...Y lo hizo...Krenee era una señorita que se comportaba a todas luces como un gamberro señorito.. Incluso en Navidad para que apareciera en la tradicional foto del árbol con una muñeca (de su hermana), su padre tenía que darle dinero...

Ella se dedicaba a patinar. Parecía que hubiese nacido encima de unos patines, jugaba con ellos al baloncesto e incluso hacía con ellos el pino y la voltereta lateral.. Jugaba al football con sus hermanos y los amigos de sus hermanos y no era fácil que nadie le metiera un gol.. Todo el mundo se la rifaba de portera para los equipos. No le tenía miedo al balón e incluso se tiraba como una fiera a pararlo por muy fuerte que llevara la trayectoria..

Peleaba a puñetazos con chicos mayores que ella..Se pasaba la vida subida a los árboles por muy altos que fueran...

El hospital no fue desconocido por Krenee durante su infancia.. Casi fue su segunda casa...Aún conserva recuerdos de aquellas "batallitas": 14 puntos en la frente, 2 puntos en la ceja izquierda, 3 puntos en la ceja derecha, 7 puntos debajo de la barbilla, 3 puntos en la rodilla derecha, la nariz fracturada, y ambos brazos y piernas varias veces escayolados....

Si.. Krenee era terrible... terrible. No le tenía miedo a nada...

A Krenee le gustaba leer y pasaba mucho tiempo encerrada en su habitación leyendo y soñando. A los 11 años había leído las obras completas de Oscar Wilde de la biblioteca paterna (que contiene unos 5.000 volúmenes, o más). Su padre en aquella ocasión la miró leer pero no dijo nada. Un año después, a los 12, la sorprendió leyendo "La República", de Platón. Entonces sí se paró delante de ella, la miró con sus bellísimos ojos color cielo, y le preguntó:

-Pero ¿Cómo lees eso?, No te enterarás de nada.

-Claro que me entero, además me gusta Platón..

Su padre intrigado y sorprendido, le dijo

-A ver, cuéntame lo que has entendido...

Krenee no lo podía creer.. ¡Por fin su padre le dedicaba un poco de atención!..

Le habló del mito de Las Cavernas, de las sombras que representaban el subconsciente, le hablo de Grecia, de la cultura clásica, y su padre se quedó maravillado..No lo podía creer.. Y fue a partir de ese momento que Krenee empezó a ser "algo" y a sentirse "alguien".

En las fiestas y recepciones que sus padres daban en casa, antes nunca Krenee había asistido.. Su hermana sí, y los mayores.. Salían a saludar, vestidos con sus mejores galas, y luego volvían al desván con los pequeños "impresentables".. Pero a partir de ese día, su padre la hacía salir y le hacía preguntas delante de los señores (en ese tipo de sitios las señoras están por un lado hablando de "trapitos" y de la vida de los demás, y los señores a otro lado hablando de política generalmente)...Su padre la hacía salir, ella saludaba y luego su padre le hacía preguntas de historia, literatura, arte etc... para que todo el mundo viese lo "inteligente" que era su hija....

Krenee que había descubierto el camino para llamar la atención de su padre, ya nunca lo dejó.. Se dedicó a estudiar como una loca, a leerse todos los libros que podía de la biblioteca paterna, para nunca perder ese puesto... Sin embargo, aunque sí había obtenido el reconocimiento paterno, eso, ni mucho menos, le trajo el cariño con el que ella soñaba...

Creció y se hizo adolescente... Y llegó el momento de entrar en la universidad, y por tanto de volver a España, con los abuelos, en donde ya estaban sus hermanos sus hermanos mayores..

Cuando Krenee llegó se enfrentó con un mundo que no conocía y para el que no estaba preparada.. Aquello no era un bunker protegido contra viento y marea de los "males" del mundo.. Aquello era la selva.. Krenee aprendió que había gente que pasaba hambre, que había gente que tenía que trabajar para poder estudiar, Krenee conoció el mundo real y se estrelló, como se habían estrellado sus hermanos mayores, sintiéndose desplazados en un mundo para el que no habían sido preparados y donde el ser hijo de papá no te abre muchas puertas.. Sus hermanos (algunos) no llegaron a adaptarse ni a recuperarse del golpe y tuvieron serios problemas... Ella se hizo rebelde.. y se adhirió a un partido de izquierdas para luchar, en señal de protesta, contra todo lo que ella (su familia) representaba, y aunque no tenía aún la edad para militar en un partido, la aceptaron.

Estaban muy cerca las elecciones y Krenee trabajó con ahínco como voluntaria. Pronto los dirigentes se fijaron en ella, en su forma de trabajar y la llamaron para que ayudase más de cerca en aquella campaña electoral..

Krenee tenía 17 años, y aún soñaba con encontrar cariño..

No entendía por qué soñaba con un hombre tierno, que la tratara con todo el amor y la ternura del mundo, pero que fuera a la vez severo con ella. Le excitaba la idea de verse sobre las rodillas de ese hombre recibiendo una severa azotaina.. Le gustaba la idea de sentirse sumisa y obediente , pertenecerle...

Ella... Precisamente ella que era todo lo contrario!!!.

Cuando pensaba el porqué de esos sueños y deseos se enfadaba consigo misma.. Se sentía bicho raro.. , pensaba que no era demasiado normal....

No había tenido nunca una relación amorosa.. Siempre había estado demasiado ocupada estudiando y leyendo para impresionar a su padre y los chicos y los pretendientes, que nunca le faltaron, le habían dado igual..

Para la preparación de la campaña electoral, la asignaron como "secretaria" de uno de los dirigentes más importantes de aquél partido. Era bastante mayor que ella y había estado en la cárcel por sus ideas políticas. Era un intelectual (un mito casi) y Krenee se enamoró locamente de él. Se le caía la baba cuando le oía hablar. Fantaseaba con él como una loca... Y fue precisamente fantaseando con él cuando Krenee descubrió su sexualidad..

Ella no sabía nada de sexo pero intuía que su sexualidad no era en absoluto normal...

No podía creer lo que pasaba cuando aquél día, tras una reunión de partido, él la acompañó a casa, y justo delante de la puerta del chalet de sus abuelos, y aún en el coche, la besó ligeramente en los labios.....

Krenee vivía por primera vez el amor.....

Sus padres se enteraron de las actividades políticas, y de las "malas compañías" que llevaba Krenee, y decidieron llevarla al curso siguiente interna a una universidad del Opus Dei, (Religiosa)... Krenee no quería, pero no se podía oponer, era menor de edad, y debía obedecer las decisiones paternas...

Ella conocía un método que la libraría de aquello.. Era el único método....

Con apenas 19 años Krenee era ya una señora casada... Se marchó del hogar paterno, en donde toda su vida había sido una lucha constante por conseguir un poco de cariño, por conseguir ser "algo" o "alguien"... e inició una vida llena de sueños, de sueños de ternura, de amor... Sabía que él no la trataría con la severidad con la que la trataba el hombre de sus sueños.. Ella nunca le contaría a él sus fantasías, ni su sexualidad (El tema del sexo era tabú incluso con su marido que era un hombre con mentalidad "tradicional" en ese tema).. Krenee se avergonzaba de ellas e intentaba quitarse esas fantasías de la cabeza sustituyéndolas por sueños de amor y ternura... Pero...!Se estrelló casi en el viaje de novios!!!.

El no era cariñoso, nada en absoluto.. No era tierno, nada en absoluto...Y no le hacía ni caso....Krenee se preguntó por mucho tiempo por qué se había casado con ella..

Se fueron a vivir al pueblo de él.. Krenee no estaba acostumbrada a vivir en un pueblo...Hacía 50 km todos los días para ir a la universidad, trabajaba dando clases particulares, y llevaba la casa.. Suerte que su suegra cuidaba de la niña. De no haber sido así, ella nunca habría podido acabar la carrera...Pero la acabó, incluso el doctorado y con muy buenas notas; Tanto que la propia universidad le ofreció un puesto, .. pero su marido se opuso.. (¿Miedo a que le hiciera la competencia? ¿O miedo a que le vigilara??)

Su marido hacía su vida, estaba poco en casa y cuando estaba se encerraba en el despacho. Nunca hablaba con ella, le importaba tres pepinos lo que pudiera pasarle.. La ignoraba. A los tres años ella intentó separarse. Se fue a casa de sus padres e intentó el divorcio.. No hubo manera. Si se marchaba de casa perdería a la niña.. él la acusaría de abandono de hogar.. No estaba de acuerdo con el divorcio...Y para colmo su familia no la ayudó..!Una hija divorciada..Qué dirán los demás!!!!!!!
En España, en aquél tiempo.(hace unos 15 años), no era tan fácil divorciarse.. no lo era...

Y menos si eras mujer..Así que Krenee tuvo que volver a casa con la única esperanza de que cuando su hija fuese mayor se marcharía de allí para siempre...

Tras el intento de divorcio por parte de Krenee, las relaciones con su marido empeoraron sensiblemente.

Unos años más tarde, Krenee encontró trabajo.. Ya que no podía trabajar en nada relacionado con su profesión, trabajaría en algo que no tenía nada que ver con ella, y entró a trabajar en una gran empresa...

Su vida familiar era un desastre y Krenee se dedicó a su trabajo en cuerpo y alma, y a su hija.. No quería que su hija creciera falta de cariño como ella, así que, aunque Krenee trabajaba mucho, y la niña estaba siempre con su suegra, sacaba tiempo de donde fuera para estar con su hija.. Los fines de semana se los dedicaba enteros. La llevaba a la feria, se montaba con ella en todo, la llevaba al cine, y juntas vieron y lloraron con todas las películas de Walt Disney. Por las noches, después de bañarla y darle la cena, se acostaba con ella en su cama y le leía un cuento (Así se ha aficionado a la lectura, cosa rara en los adolescentes de hoy en día)... Krenee estaba muy pendiente de su hija, quería que le contara todo, y Krenee se implicaba en todo y hacía sentir a la niña que todo lo que le contaba a su madre era importante para ella. Krenee vivía las relaciones de su hija, su evolución en el colegio, la animó cuando la niña quiso hacer gimnasia rítmica...Vivió junto a ella su primer "enamoramiento", con solo 7 años...Y fue, en definitiva, más una hermana, una amiga, que una madre...

Krenee se dedicó a trabajar duro y fue subiendo en poco tiempo.. La nombraron jefa de oficina.. Era la única jefa de oficina mujer de su empresa, y además la más joven.. Solo 27 años....Estaba orgullosa de sí misma. Trabajó con todas sus fuerzas y triplicó en poco tiempo los resultados de su zona, de forma que su zona fue creciendo y creciendo, y llegó a tener varias oficinas más pequeñas dependientes de ella...

Supo hacerse querer por los clientes, supo hacerse respetar por los jefes y compañeros, y supo sobrevivir a las envidias, puñaladas por la espalda y zancadillas constantes....Hasta que un buen día, la dirección de su empresa cambió.. y nombraron a un equipo que menos personas decentes eran de todo...

Krenee marchó a trabajar a la capital... debía hacer 50 km para ir a trabajar, y, bajo unas tensiones tremendas...

Por otro lado, una casualidad de la vida, algo inesperado, vino en su ayuda...Krenee nunca había vigilado a su marido, ni nunca había intentado saber qué hacía fuera de casa. Ella no es curiosa y nunca había "curioseado" en sus cosas, ni le había buscado en los cajones, ni en el despacho donde pasaba el tiempo que estaba en casa...Quizás si lo hubiese hecho...

Por casualidad se enteró de la doble vida de su marido...

Fue un golpe para ella. Tuvo respuesta enseguida a la pregunta que eternamente se había hecho ¿Por qué se había casado con ella?.. Pues por que necesitaba buscar la apariencia de una persona normal, buscaba una fachada, y nada mejor que una jovencita inocente y estúpida inexperta para conseguirlo....

Krenee ahora comprendía por qué su marido nunca podría amarla..Pero jamás comprendió por qué no fue sincero, ni por qué no le pudo dar, al menos, un poco de ese cariño que ella necesitaba....Pero esa es otra historia..

Krenee por fin se pudo separar...O se separaban de mutuo acuerdo, o tenía motivo de sobra para hacerlo, incluyendo la anulación eclesiástica...

Se separaron de mutuo acuerdo...

Ella habló con su hija que apenas tenía 11 años....La niña le dijo que no es que quisiera más a su padre que a ella, pero que si se iba con ella, a la capital, estaría todo el día en un colegio, y estaba acostumbrada a la vida del pueblo, a jugar en la calle, a ir y venir sola del colegio (que estaba al lado de casa de la abuela) y a sus primos que se habían criado con ella... así que decidía quedarse con su abuela..Krenee, que estaba en su derecho de llevarse a la niña por la fuerza con ella, comprendió a su hija, y con el corazón destrozado, hizo la maleta, (solo metió en ella su ropa), y se marchó a escondidas, como una ladrona, como una delincuente.. No habló con nadie, no le contó a nadie los motivos de la separación (Aún hoy sigue guardando silencio a ese respecto)..Sabía que todo el mundo la haría a ella responsable, pero le daba igual No quería hacer daño ni a su marido, ni mucho menos a su hija, así que se marchó sin hablar con nadie, sin dar explicaciones...Incluso su familia se enteró que se había separado cuando ya llevaba 3 meses viviendo sola. Tenía un acuerdo con su exmarido.. Si su familia llamaba (que no lo hacia nunca, ya que era Krenee quien llamaba siempre) que les dijera que estaba trabajando y que inmediatamente la llamara.. Así pudo ocultar durante 3 meses que vivía sola, en la capital...

Fue adaptándose a su nueva vida y a su nuevo puesto de trabajo..No se llevaba bien con la nueva dirección de la empresa.. Hubo muchos problemas, y aquella "banda de mafiosos y maleantes" hicieron mucho daño a la gente. Sembraron el miedo, y Krenee se dedicó a hacerles la guerra.. Luchó contra ellos y se convirtió en la defensora de sus compañeros, y precisamente, por defender a un compañero, (la dignidad de un compañero), estuvo a punto de perder el empleo...

Por lo demás vivía encerrada en su casa.. No quería salir con nadie ni ver a nadie. De vez en cuando se subía al coche y se iba a ver a su hija..La echaba de menos, aunque la niña pasaba los fines de semana con ella..

Además Krenee se sentía insegura como mujer.. Sabía ( ahora lo sabía), que el fracaso de la vida sexual ( Krenee y su marido apenas tuvieron vida sexual.. podían pasar meses y meses, y las pocas veces que lo hicieron fue deprimente.. sin ningún juego previo, y tan deprisa, que cuando Krenee se quería dar cuenta, se había terminado. Además Krenee, sin saber mucho de sexo, se daba cuenta de que ella no excitaba a su marido para nada, y se echaba la culpa por ello)..Ahora sabía que aquello no era culpa suya, pero había pasado 11 años culpándose por ello. Tenía muchos complejos.. Sus fantasías sexuales relacionadas con sumisión y azotes, su sexualidad desbordante.. Krenee pensaba que todo eso había sido el motivo por el que la relación con su marido no había funcionado. Durante 11 años quiso quitarse las fantasías de la cabeza, y no podía.. Sufrió mucho por tenerlas, y se fue culpabilizando.. Si, Krenee tenía un tremendo sentido de culpabilidad, y una agobiante inseguridad en sí misma como mujer.. Era muy joven.. Había vivido la década de los veinte años en un infierno y se había culpado a sí misma, había puesto en duda su feminidad y había aceptado ser un fracaso como mujer.. Krenee no se sentía segura como mujer por mucho que ahora supiera y comprendiera que todo aquello no había sido culpa suya...

Un día después de una reunión de trabajo, fueron todos a cenar y luego a tomar una copa. La llevaron a un local.. Allí había un grupo de cuarentunos (tunos de 40 años) que hacían la ronda..

Uno de ellos conocía y era amigo de las compañeras de Krenee.

Él se fijó en Krenee y estuvo rondándola toda la noche.. Incluso se arrodilló a sus pies para dedicarle en público una bella canción de amor....Luego, como conocía a las compañeras de Krenee, supo donde trabajaba, y le puso cerco...Tardó varios días en conquistarla...

A Krenee le gustaba aquél chico (también bastante mayor que ella).. Tenía fama de conquistador (y lo era).. pero no se atrevía a salir con él.. Krenee no se sentía segura. Sabía que era una inexperta en cuanto a temas sexuales y tenía miedo de hacer el ridículo delante de él...

El tuno, consiguió que aceptara una invitación para cenar (Solo para cenar.. Sabía que Krenee no era una mujer fácil...)
Krenee se debatía en su interior.. Por supuesto no pensaba contarle nada de su vida ni mucho menos de sus fantasías..le gustaba el chico, pero ¡se sentía tan insegura!!!

Después de la cena fueron a bailar, y bailaron pegaditos..Cuál no sería el comportamiento de Krenee, que el chico le preguntó:

-¿Eres virgen?? Si lo eres no te importe.. No te avergüences de ello...

Krenee se avergonzó muchísimo, y no por ser virgen precisamente..

Se inició una amistad entre ellos y al final, Krenee acabó contándole un poco de su vida y de su inseguridad .. Por supuesto no le contó jamás nada acerca de sus fantasías ni de su sexualidad..

Él la entendió..y la ayudó..

Krenee vivió por primera vez una sexualidad normal y se sintió normal..Poco a poco fue ganando confianza en si misma..
Le hacía preguntas que a veces parecían ridículas, y él trataba de explicarle y decirle todo lo que ella debía saber. Krenee nunca había hablado de sexo con nadie y le daba una vergüenza terrible, pero quería saber, necesitaba saber.. Al final, como le daba mucho corte hacerle demasiadas preguntas a él, Krenee se compró una enciclopedia de sexo de 12 videos, y se decidió a ver algunas películas "porno" de las que ponen en la tele a altas horas de la madrugada. Para ello se compró un aparato de video y le pidió a su hermano una vieja televisión que ya no usaba. Krenee no tenía televisión porque jamás la ve.. Es más la odia...Pero en esos tiempos la usó, y se puso al día en todo lo que a sexualidad se refería.. Ya no se sentía insegura..Pero tampoco se consideraba una mujer normal.. Nada de lo que había visto ni estudiado se parecía a su forma de sentir su propia sexualidad ¿Sería ella el patito feo? ¿Habría alguien más de su especie o era un ejemplar exclusivo en el mundo??

Le dio muchas vueltas a esa cuestión y al final decidió no preocuparse más y aceptarse a sí misma como era..Ya había intentado todo por quitarse esas fantasías de la cabeza y no había podido, así que ¿Para qué nadar en contra de la corriente??. Sencillamente dejó de darle importancia al asunto, y punto final..

Su relación con el tuno se prolongó 3 meses.. hasta que al final, él quiso pasar de una simple amistad a algo más, y Krenee no quería.. No.. Krenee no había superado aún nada, y no estaba preparada para una relación más seria...Además ella le apreciaba mucho, pero no estaba enamorada, así que.. la relación terminó.

Al poco tiempo( solo unas semanas de la ruptura con el tuno) su hermano le presentó un amigo..Parecía un buen chico.. y trabajaba en un pub.. Trabajaba la noche, ya que ese pub cerraba a las 7 de la mañana...

Se hicieron amigos y salieron algunas veces..(No se acostaron)..

El le hizo conocer a Krenee el mundo de la noche, y a Krenee ese mundo no le gustó..

El le confesó un gran problema: era alcohólico, y le pidió ayuda para que le sacara del alcohol ya que no tenía a nadie que le pudiera ayudar...

Krenee, que quizás sentía su maternidad frustrada, le adoptó como "hijo" y le ayudó a salir del alcohol. Ayudar a una persona a dejar el alcohol es algo muy duro y muy difícil..Sobre todo porque esa persona se vuelve contra ti..Y es muy duro. Krenee centró su cariño y su esfuerzo en él.. Llegaron en algunas ocasiones ( no muchas) a hacer el amor.. pero.. fue un fracaso...También con este chico, el sexo era demasiado rápido.. no había juegos previos.. Solo era "Vini, vidi, vinci".. Antes de que Krenee se diera cuenta, todo se había acabado ya.. A los pocos meses de haber dejado el alcohol totalmente Krenee sintió cómo el chico se alejaba de ella. Ya no la llamaba nunca, no quería salir con ella, apenas le veía.. Un día el médico que le estaba tratando la llamó y le dijo que él no había vuelto a aparecer por la consulta.. Krenee comprendió y por otra gente supo que no sólo había vuelto a caer en el alcohol sino que tambi&eac
Autor: Krenee (krenee31@hotmail.com)



Katy llegó a casa. Estaba cansada. Había tenido una durísima jornada de trabajo, y además había dormido muy poco la noche anterior. Había estado hablando hasta muy tarde por teléfono con Bernardo.

Cuando él tenía que salir de viaje, ella prefería los días así; con mucho trabajo, con mucha actividad. Se le pasaban más deprisa. Por las noches hablaban durante horas por teléfono. Se sentían muy cerca el uno del otro a pesar de la gran distancia que les separaba.

Katy tenía ganas de verle. No resistía estar demasiado tiempo separada de él. Afortunadamente, ya quedaba poco. Él volvía al día siguiente.

Como le había prometido, le llamó en cuanto llego a casa.

- “¿Estas cansada?” Preguntó Bernardo.

- “Si, mucho” Respondió Katy.

- “Vete a la cama y duerme”

- “Quería escribirte antes de acostarme”

Katy tenía la costumbre, cada vez que Bernardo salía de viaje, de escribirle antes de acostarse. Eran cartas tiernas, llenas de amor. A Bernardo le encantaban aquellas cartas. Todas las mañanas, al despertarse, saltaba sobre el ordenador para abrir el correo. Pero esa noche sabía que Katy estaba cansada.

- “Déjalo Katy, no me escribas. Estás muy cansada. Vete a la cama y duerme. Quiero verte en forma cuando regrese mañana.”

Katy se acostó, pero en su cabeza bullían mil cosas que habría querido decirle a su amor. Se levantó, se sentó frente al ordenador, y le escribió una corta pero preciosa carta de amor.

Al día siguiente, a primera hora de la mañana, él la llamó al trabajo.

- “¿Has dormido bien?”

Ella esperaba algún reproche, pero él no le dijo nada.

- “Sí, he dormido bien” contestó. Hizo una pausa:

- “Anoche te desobedecí”, añadió.

- “¿Me desobedeciste?... ¿Qué has hecho Katy?” Preguntó con voz severa.

- “Te escribí. ¿No has visto la carta?”

Bernardo no esperaba encontrar una carta de ella aquella mañana, así que no había encendido aún el ordenador.

- “Bueno señorita, esta noche arreglaremos eso”

Un cuarto de hora después la volvió a llamar. Con voz visiblemente emocionada le dijo:

- “Gracias por tu carta, me ha encantado, pero sabes que mereces un castigo por haberme escrito cuando te dije que no lo hicieras. Prepárate, arreglaremos eso esta noche”

Él sabía el efecto que esas palabras causaban en ella. La imaginaba palideciendo, el corazón acelerado, latiendo muy deprisa y un nudo en el estómago. No esperaba respuesta por su parte, porque sabía que ella se quedaba sin habla cada vez que él le anunciaba que la iba a castigar.

Ella fue a recogerle al aeropuerto. Llegaron a casa. Hablaron de muchísimas cosas, de todo lo que había visto él, de todo lo que había hecho ella, de lo que se habían echado de menos. Hicieron el amor hasta caer agotados uno al lado del otro. Estaban enlazados, la cabeza de ella reposaba en el pecho de él, y él le acariciaba la espalda. Katy estaba a punto de quedarse dormida cuando oyó que Bernardo le decía:

- “Tenemos un asunto pendiente ¿recuerdas?”

Un sudor frío recorrió su espalda, el corazón le dio un vuelco, pero no dijo nada.

Bernardo no esperaba respuesta. La conocía, sabía que no podía responder. Hizo una pausa y luego continuó:

- “Hemos quedado en comer juntos mañana ¿No es así?”

Katy asintió.

- ”Bien, entonces mañana irás a trabajar vestida con tu uniforme de colegiala. Te pondrás los pantys pero no llevarás bragas”

Katy tembló. Conocía esa sensación. No era la primera vez que Bernardo iniciaba un castigo así. Odiaba que la hiciera ir sin bragas a trabajar. Se sentía incómoda, insegura, no podía concentrarse en el trabajo. No podía olvidar ni por un segundo lo que le ocurriría al llegar a casa. Ella ocupaba un alto puesto en su empresa y necesitaba una gran concentración y libertad de movimientos. Recibía numerosas visitas a lo largo del día, salía fuera de la oficina a hacer visitas ella también, tenía que tomar decisiones importantes y su mente debía estar siempre ágil y despejada. Cuando él la obligaba a ir en esas condiciones la anulaba completamente. No podía dejar de pensar en él y en lo que le iba a suceder después.

Bernardo sabía eso. Para él tampoco era fácil pasar el día imaginándola en ese estado de ansiedad, vestida con la ropa que a él más le excitaba y sin nada debajo de los pantys. Eran sensaciones fuertes, muy fuertes. Las horas se hacían eternas. La llamaba constantemente a lo largo de la mañana. Algunas veces hablaban largo rato y se contaban ambos las sensaciones; otras veces sólo le decía “faltan .... horas ¿estás preparada?” y colgaba. Y en otras ocasiones dejaba sonar el teléfono dos veces y colgaba sin darle tiempo a ella a contestar. Su número quedaba reflejado en la pantalla líquida del móvil de ella. Sin necesidad de descolgar, ella sabía que era él.

La mañana fue terrible. Desde que llegó al trabajo Katy deseaba que llegase la hora de terminar. Las horas no pasaban y la ansiedad aumentaba por momentos. ¡Por fin acabó la mañana!.

Katy se fue rápidamente a casa. Bernardo la esperaba.

La abrazó y la besó :

- “Buena chica. Lo has hecho muy bien, pero sabes que a pesar de todo, tengo que castigarte severamente por haberme desobedecido”

Katy asintió. Sabía perfectamente lo que significaba “severamente”.

- “Tráeme el cinturón” le dijo Bernardo.

Katy se dirigió al dormitorio, cogió el cinturón marrón que él guardaba en el armario. Era un cinturón de cuero largo y ancho que utilizaba exclusivamente para azotarla cuando ella se portaba mal. Le llevó el cinturón a Bernardo.

Él la abrazó tiernamente y la besó. La condujo hacia la mesa y la reclinó con el pecho bien apoyado en ella. Le subió la falda y se la recogió en la cintura, le bajó los pantys hasta las rodillas. Pasó sus manos por las nalgas de ella y la hizo inclinarse aún más, de manera que su trasero quedase bien en evidencia. Pasó suavemente el cinturón por sus nalgas, despacio, para que ella lo sintiera bien. Se alejó unos pasos, dobló el cinturón por la mitad y empezó a azotarla con golpes fuertes y no muy rápidos. Repartió los azotes por toda la superficie de su trasero que iba acusando las marcas rojas que dejaba cada azote.

Tras 20 azotes fuertes, Bernardo paró, se acercó a ella, le acarició las nalgas que estaban ardiendo. La incorporó y volvió a besarla. Al oído le susurró:

- “Te quiero. Estoy loco por ti, pero sabes que el castigo aún no ha terminado”.

Katy lo sabía. Sabía que le esperaba un largo castigo que no había hecho más que empezar.

Bernardo la condujo la cuarto de baño. La desnudó entera y se desnudó él también. Preparó un baño caliente con mucha espuma. Se bañaron juntos. Se acariciaron, jugaron, se hicieron mil arrumacos. El salió del agua, se secó y se marchó del cuarto de baño. Ella sabía que debía permanecer quieta hasta que él se lo ordenase. Bernardo volvió unos minutos más tarde con una cuerda y con la vara.

Katy temblaba, un escalofrío recorrió su cuerpo dejándola paralizada.

La hizo levantarse, le ató las manos y pasó la cuerda por el soporte de la ducha. La sacó de la bañera. En esa posición sus pies apenas rozaban el suelo, y la presencia de la bañera la obligaba a mantenerse inclinada, con las nalgas bien expuestas. Sin secarla, le dijo:

- “Vas a recibir 20 azotes con la vara. Quiero que los cuentes, uno a uno, con voz alta y clara. No grites. Por cada grito que des, recibirás un azote más”

Volvió a besarla y se alejó.

Tomó impulso y con todas sus fuerzas dirigió la vara justo en el centro de las nalgas. Ella sintió un tremendo dolor que se iba expandiendo por todo el cuerpo. Contó el primer azote y procuró no gritar.

Uno a uno los azotes se fueron sucediendo, fuertes, lentos, espaciados para que ella pudiera sentirlos bien.

A partir del número 15 ya no podía más. Sus nalgas estaban ardiendo. No pudo ahogar el grito que salió de su garganta. Gritó en 5 ocasiones, lo que le valió 5 azotes más.

Bernardo paró, se acercó a ella, la metió nuevamente en la bañera y la desató. Pasó la ducha tibia por todo su cuerpo para quitarle los restos de espuma y dejó correr el agua, enfriándola un poco, por sus nalgas, aliviando así el dolor.

La sacó de la bañera y la secó. La abrazó, se apretó contra ella. Ella notó su excitación y su deseo. La tomó en sus brazos y la llevó a la habitación. Se sentó en la cama y la sentó sobre sus rodillas. Besándola y acariciándola le susurró.

- “Queda la última parte ¿Crees que aguantarás?”

Ella asintió.

La giró y la colocó boca abajo, atravesada sobre sus rodillas. Ambos estaban desnudos. Sus intimidades se rozaban.

Con la mano izquierda Bernardo le sujetaba la espalda, con la derecha le acariciaba las nalgas, la espalda, las piernas, entre las piernas. Cuando ella menos se lo esperaba, empezó a descargar una lluvia de azotes rápidos y fuertes sobre cada nalga. Ella se movía con cada azote, y a cada movimiento se rozaban sus partes íntimas. Ambos estaban muy, muy excitados. El, sin dejar de azotarla con la mano derecha, le acariciaba la entrepierna con la izquierda. Sabía que estaba ya muy cerca el momento que tanto deseaba. ¡Y llegó por fin! Ella explotó, con ese estallido intenso, violento y salvaje que enloquecía tanto Bernardo y que anunciaba el fin del castigo y el principio de una larga y salvaje noche de amor.
 
 

FIN

                 "Tres moricas m´enamoran en Jaén,
                  Aixa, Fátima y Mariem
 
                  Tres moricas tan garridas,
                   fueron a coxer "olivas",
                   y encontráronlas coxidas en Jaén
                   Aixa, Fátima y Marien.
                   - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
                   (Romance anónoimo)
                              oooOooo
 
Las tres moricas se encaminaban a Jaén cuan-
do se encontraron a Florián, Florín y Florestán,
tres fornidos labriegos de buena planta.
Preguntáronle a las mozas que qué hacían por aquellos pagos. A ello,les respondieron que iban a coger olivas a Jaén.
 
--Pero, no necesitais ir hasta allí para cogerlas -- dijo Florián. Muy cerca de aquí se
encuentra un olivar grande del que podéis tomar
todas aquellas que queráis--
 
--No son esas la clase de olivas que nosotras buscamos-- contestó Mariem entre risas.
 
--Venid con nosotros hasta el olivar que, tal vez
allí, con nosotros, encontréis las que buscáis--
contestó Florestán, tambien con risas.
 
Se animaron las moricas a seguir con aquellos
simpáticos galanes hacia donde ellos decían.
 
El corto camino hasta el olivar, lo aderezaron
con bromas y requiebros. Los ojos de los hombres brillaban iluminados por la belleza de
las jóvenes. Tampoco ellas parecían indiferentes al gracejo y la apostura de los hombres.
 
Una vez en el olivar, Florín sacó de su zurrón
nueces, almendras, jamón y pan que ofreció a las muchachas. Florestán aportó una gran bota de vino.
 
Sentáronse sobre el suelo y dieron buén fin de
todo.
 
Poco a poco, ellos fueron tomando confianza para acercar sus manos a los cuerpos morenos
de las muchachas. Con risas y mohínes, ellas
se dejaban tocar o no: se dejaban cercar, se alejaban, corrían o caían al suelo como cansadas.
 
Los hombres, enardecidos, cada vez eran más osados en sus intentos:  una mano a un pecho;
otra a las caderas........
 
Ellas se reían pero no  permitían incursiones a lugares más recónditos y secretos de sus cuerpos.
 
En el paroxismo de su deseo, los jóvenes hacian esfuerzos por tumbarse junto a  ellas sin éxito alguno.
 
Ellas forcejeaban entre risas y protestas
Enfurecidos y ardiendo, los jóvenes no cejaban en su empeño: ora arriba, ora abajo, cada uno a su manera trataban de reducirlas.
 
Poco a poco, pese a la negativa de las mozas, más fingidas que reales,los tres hombres consiguieron sus propósitos.
 
A esas alturas, las ropas de ellas se encontraban alborotadas y mostraban de sus cuerpos más  de lo que la decencia permite.
 
Cada uno de ellos sujetó a su presa y, enardecidos por la vista de muslos y traseros desnudos, ante la negativa de las moricas  a
acceder a sus deseos, como si se hubieran puesto de acuerdo misteriosamente, al unísono,
comenzaron a darles fuertes palmadas en sus culos y piernas con frenesí creciente.
 
Ante éste ataque, Aixa, Fátima y Mariem se defendieron con uñas y dientes no con mucha firmeza. Gemían, se quejaban sin que a los muchachos pareciera importarles lo más mínimo.
 
Tras un buen rato de lucha, ellas, con risas ahogadas y, mirando pícaramente a los muchachos, dejaron de defenderse y, una tras otra, se tumbaron boca abajo. Ante tal invitación, ellos recomenzaron la azotaina con verdadera dedicación y no pararon ni cuando aquellos morenos y atractivos culos estuvieron de un color rojo subido. Aún pasó un tiempo para que pararan de palmear aquellas glorias de nalgas.
 
En tanto, Aixa, Fátima y Mariém aceptaban el castigo entre gemidos, risitas y miradas burlonas hacia sus castigadores que no cejaban en su misión. Ellas se miraban con gestos de complicidad.
 
Llegado un cierto momento, Florín comenzó a acariciar las nalgas de su víctima, a besarla en el cuello, en la boca y en los pechos que, para entonces, ya asomaban por su escote.
A él le siguieron sin tardanza Floreán y Florestán.
 
Los besos y las caricias se sucedían sin cesar.
Ellas participaban en el festín devolviendo cada beso y cada caricia.
 
No tardaron Floreán, Florín y Florestán en tomar posesión del tesoro de Aixa, Fátima y Mariém.
 
Durante algunas horas, todos se alimentaron de los frutos del amor. De tanto en tanto, volvían
los azotes ante el regocijo de todos.
 
Este romance que empezó como anonimo acabó con nombres propios y de forma diferente a como el autor lo pergeñó.
 
Por fín Aixa, Fátima y Marien consiguieron las olivas que  deseaban sin necesidad de llegar a Jaén.
 
En Madríd, a 19 de Abril de 2005.
 
JANO.

 

Hacía rato ya que los pasajeros del bimotor habían notado el mal fucionamiento de uno de ellos cuando, de repente, se produce la explosión, convirtiendo la hélice y parte del ala en una bola de fuego. El pasaje del avión era, ahora, víctima de la histeria colectiva. El comandante de vuelo, sumido en un grado total de impotencia, solicitaba de sus subordinados la colaboración para preparar a los ocupantes, ante un aterrizaje forzoso. Había visto, muy cerca, un claro donde sabía que tenía que hacer posarse a semejante pájaro mecánico, herido en una de sus extremidades superiores.

Había alcanzado un nivel y ángulo de horizontalidad bastante bueno, cuando el tren de aterrizaje tomó tierra. Sabía que, las ruedas, no le iban a servir de mucho, pues quedarían amputadas a poco que rodaran por semejante terreno; pero al menos, pararían el primer impacto, con la toma de contacto. Así fue y cuando parecía que el fuselaje iba a guantar la temperatura por fricción, un árbol apareció, de repente, en la trayectoria del ala que aún se conservaba entera, provocando que ésta se destrozara, por completo, al tiempo que hacía que el avión se pusiera a dar vueltas y trombos, sobre si mismo. Otro de los rascacielos de la selva puso fin a la agonía del aparato. La explosión rompió el equilibrio acústico del lugar, que sumado a la deflagración y a las llamas, provocó la estampida de más de uno de los habitantes irracionales del paraje. Una sucesión de explosiones, en cadena, evitó el incendio forestal.

A lo lejos una figura humana, de no se sabe qué procedencia, observaba los acontecimientos, desde la rama de una arbol.

Era un hombre alto, de complexión atlética, de cabello largo y negro. Como única prenda de vestir, una tela cubría su bajovientre y un cuchillo, de hoja larga y enfundado en cuero, colgaba de su cadera derecha. Sobre su espalda, un chimpancé se acomodaba encima de sus hombros, rodeando el cuello humano con sus extremidades inferiores. La mano izquierda del hombre sujetaba un bejuco, que distaba mucho de guardar perpendicularidad con el suelo. Ahora la acompañó con la derecha y agarrándose fuertemente, al vegetal elemento, se dejó caer en el aire, como si de un columpio se tratara, a la velocidad que la Gravedad le permitía alcanzar. Otro sonido volvió a romper la armonía del lugar, un sonido gutural con una increíble combinación de altos y agudos, que sólo podía ser emitido por alguien con una gran capacidad pulmonar. Tras la primera liana aparecía otra y luego otra que iban cumpliendo idéntica función y en menos tiempo que lo hubiera hecho otra persona, por vía terrestre, alcanzó el lugar de los hechos, apeándose de un árbol con la misma facilidad que el que se apea de un autobús.

No había rastro de vida humana. Cuerpos mutilados, quemados, aparecían esparcidos por el contorno.

De repente, su oído detectó el gemido de alguien. No era de nigún animal. Conocía todos y cada uno de los sonidos de la selva. Se volvió hacia el lugar, de donde provenía y se encontró con el cuerpo magullado de una chica, caído sobre un montón de hierba, ese tipo de hierba alta que el río se encarga de nutrir con sus abonos y minerales.

La curiosidad hizo acto de presencia en la mente del macho. Su cuerpo era frágil, de piel delicada y blanca, sus cabellos largos, como los suyos, pero más finos y rubios. Su cuerpo definía unas curvas que él no era capaz de reconocer en el suyo, pero que empezaban a atraerle de forma desmesurada. Las manos masculinas midieron los pechos femeninos sin ningún tipo de pudor, comparándolos con los propios. Con una serie de gestos y movimientos, pectorales, trató de conseguir que los suyos adquirieran el mismo volumen pero no hubo forma. Entonces se dio cuenta de que, como en las demás razas de animales, en la de él también había hembras. Ahora cambió lo que antes eran desconsiderados manoseos en suaves y tiernas caricias dactilares, que recorrían la piel, centímetro a centímetro, hasta culminar en los pezones. Había acabado de rasgar, pues se interponía en su camino, la parte superior del vestido, pero al llegar al sostén tuvo que comformarse con desplazarlo, hacia arriba, ante la imposibilidad de romperlo. Tras un largo acariciar, volvió al intento con el elástico del sujetador, hasta el punto de soltarlo, de golpe, contra la delicada piel de la chica, cosa que provocó un violento despertar en ella, hasta donde le permitía el aturdimiento.

Sus ojos se abrieron. Una silueta humana aparecía ante ellos, a muy poca distancia. Las formas y el estado de aquel ser le cortaron la respiración, volviendo a perder el conocimiento. Fue meneada, zarandeada, pero no despertó. Levantada en volandas, la acomodó sobre su hombro derecho y se dirigió hacia el árbol, por el que había aterrizado. Trepó por el, acompañado de su chimpancé y volvió a repetir el mismo recorrido, pero en sentido inverso y esta vez, en lugar de un simio, llevaba una hembra sobre sus hombros, su hembra. Esta vez, el trayecto fue más largo, por lo que el viaje duró más tiempo.

El regreso, al mundo de los vivos, fue algo más humedo en esta ocasión, pues era agua lo que sus ojos veían, ahora, al abrirse. Una gran cascada de agua, que provenia de una gran hoja de parra, bañaba toda su cara y sus cabellos, lo que puso fin a un sueño, un sueño que empezaba a espantarla, se ahogaba en el mar. Tras proferir un grito de pavor se incorporó, llevándose el puño a la boca, pero esta vez ya no se desmayó; el agua había hecho circular la sangre por todo su cuerpo impidiéndole el desvanecimiento. Intentó correr, hacia Dios sabe dónde, pero fue retenida. Intentó golpear, con los puños, el pecho del que creía su raptor, pero sus muñecas fueron inmovilizadas y volvió a volar sólo que, esta vez, sin avión. Amerizó en un pequeño estanque. Esto la encolerizó, la sacó de sus casillas, abandonó el líquido elemento y se dirigió a él con determinación. Su mano derecha, abierta, golpeó en el rostro del hombre, al que ahora pilló desprevenido y volvió a volar. Cansada ya de tanto baño inesperado, no dudó en repetir la acción anterior pero, en esta ocasión, no llegó a su fin. Fue atrapada, pero no por las muñecas. De repente se vio doblada, boca abajo, sobre el antebrazo izquierdo de su enemigo y sujetada contra la cadera del mismo lado. Un momento, aquella situación le sonaba a familiar aunque en esta ocasión más incómoda, por la falta de apoyo de cualquiera de sus extremidades y por la pérdida total del control sobre el equilibrio.

Tiene gracia, estaba a punto de ser azotada por un personaje, descendiente de sabe Dios qué personajes y más parecido, en sus modales y comportamiento, a un mono que a un hombre. Iba a ser azotada por aquel ser, al igual que lo había hecho su padre, años atras, al cometer alguna de sus travesuras.

No se lo podía creer, después de todo le hacía gracia. Pero no le hizo tanta cuando sintió el primer azote. El vestido aún le cubría la parte trasera del cuerpo, pero el agua se lo había ceñido al cuerpo, como si de goma se tratara. Agua que había saltado de la tela, del mismo modo que si la palmada hubiera sido contra la superficie del estanque. El impacto le escoció, lo que provocó su primera protesta, que de nada le sirvió. Los azotes iban sucediéndose y aumentando, paulatinamente en intensidad y en velocidad. Apenas tuvo tiempo para notar otra sensación que no fuera la del dolor. En algún momento, durante el castigo, su mano derecha intentó cubrir la zona dañada, pero un aumento de la inclinación en la parte superior de su cuerpo, la obligaron a llevar, instintivamente, la mano a su posición original, por la falta total de equilibrio. Haciendo acopio del resto de sus fuerzas, empezó a patalear, en un último intento por escapar de la situación. Pero lo que consiguió fue un mayor estrechamiento de su cintura contra la cadera del azotador, además de una mayor fuerza en los impactos. Su trasero empezaba a arder, aquello no acababa. Sólo cuando se le insensibilizó, empezó a notar ese calor interno que ella ya conocía y que empezaba a invadir el interior de todo su cuerpo. Los gritos, llantos y pataleos fueron menguando, a medida que dicho calor avanzaba, hasta convertirse en debiles ayes, que más eran de placer que de dolor. No pudo llegar al cllimax, pues él advirtió tal cambio de actitud colocándola, ahora, en posición vertical. Estaba exausta, intentó sentarse sobre una roca. Imposible, su pompis era una verdadera brasa, lo que la hizo reincorporarse a la velocidad del relámpago, cosa que él aprovechó para sujetarla por la nuca y la mandíbula y arrimar sus labios a los de ella.

Eso si que no! Sabía que si se dejaba llevar, la haría suya completamente, en cuerpo y alma. Pero tampoco lo pudo evitar. Ahora tenía que abrir la boca, Tarzán presionaba su nariz, con el rostro. Inevitablemente, sus lenguas se encontraron, haciendo que el extremo de la suya, acariciara el paladar de Jenny. Jenny, ahora entregada, sabía que había perdido la batalla, cuando la atracción mutua se había desbordado. Sabía perfectamente que él tenía bien sujeto el control de la situación, al igual que había tenido sujeto su cuerpo, momentos antes. Ante sus ojos se abría un nuevo escenario de la vida, en la naturaleza, sano, atractivo, pero con mucho camino por abrir y recorrer.


Este conto tem spanking leve, spanking pesado e humilhação.



Ela sempre foi muito arteira. E isso sempre me incomodou. E ela sempre soube disso.

Por muito tempo eu tentei conversar com ela, pedir para ela parar de fazer tanta coisa errada. Ela não tinha necessidade nenhuma. Mas ela não parava. Eu comecei a desconfiar que ela só queria mesmo era me irritar, e com o tempo a desconfiança se tornou certeza.

Um dia eu disse a ela que se ela não parece eu lhe daria umas palmadas.

- Palmadas como? – ela perguntou.
- Eu te deitarei no meu colo e te darei 40 tapas no bumbum.

Ela se assustou e por um tempo deixou de lado suas artes. Mas só por um tempo mesmo, acho que só um mês. Depois voltou a suas artes com intenção evidente de me deixar irritado por farra.

Eu agüentei um tempo sem reclamar, mas ela insistia em testar meus limites. Repeti a advertência então, e ela voltou a ficar um tempo sem aprontar. Mas esse “tempo” foi menor ainda desta vez, só duas semanas, depois das quais ela de novo me aporrinhava. E eu tentei novamente agüentar calado, mas logo ela já passava da conta, então a adverti de novo. Depois houve outra pausa em sua rotina de artes e mal-criações. Uma pausa menor ainda, uma semana. E depois eu agüentei calado suas sapequices até ela passar dos limites, e a adverti, e ela parou por um tempo para voltar a aprontar novamente até eu adverti-la novamente...

A única mudança registrada nesse padrão era que as folgas que ela dava às traquinagens eram cada vez menores. De um mês para duas semanas, depois uma semana, depois 6 dias, 5, 4, 3... Um dia eu a adverti, falei nas 40 palmadas, e ela simplesmente riu na minha cara e eu entendi que não teria nem meia hora de sossego. De fato, no mesmo minuto ela voltava a me irritar, por prazer em me ver irritado e mais nada.

Eu suspirei, olhei para o céu. Depois olhei para ela, e para os olhos dela. E andei calmamente para ela, e quando cheguei perto eu disse:

- Bem, hoje eu te darei as 40 palmadas.

Sua primeira reação, como eu previa, foi rir na minha cara. Mas o riso sumiu quando ela se viu deitada de bruços no meu colo.

- NÃO SE ATRE... AI! PARA! AI! AI! SEU FILH... AI!

E assim eu dei quarenta tapas em seu traseiro. Alias, nos fundilhos de suas calças jeans. Mesmo assim doeu bastante. Suas grandes nádegas rebolavam desordenadamente, enquanto ela sacudia seus braços e esperneava como louca, tentando inutilmente escapar das palmadas.

- PARA! PARA! AI AI AI!

Eu descia a mão forte no meio e na parte inferior da nádega esquerda, depois no meio e na parte inferior da nádega direita, tentando sempre variar. Ela xingava e gritava, mas eu não parava. Mentalmente contava as palmadas, e só parei na quadragésima, como havia há muito tempo prometido.

Quando parei eu disse a ela:

- Bem, agora você sabe que falo sério quando eu digo que posso te dar palmadas.

Ela não respondeu. Preferiu me olhar de lado, emburrada e com os braços cruzados. Eu tentei alisar seus cabelos, ela me repeliu. Eu ri, e a deixei. Ela então me deixou em sossegado por dois ou três meses. Mas logo voltou a aprontar!

Era evidente, nessa altura, que ela tinha prazer em me contrariar e me irritar. Eu tentava me resignar, pensando ainda nas palmadas que tinha lhe dado. Esse pensamento me acalmava, me sossegava, e de certa forma me consolava. Mas ela abusava muito, demais! E então eu voltei a adverti-la:

- Você já sabe o que espera seu traseiro, minha cara, se continuar desse jeito.

E enquanto falava mostrava minha mão quadrada, sustentada por um braço forte.

Mas ela não parou! Mal acabava de falar e ela já aprontava de novo, rindo quando percebia que eu estava realmente irritado. Suspirei, olhei para cima, olhei depois para ela, e avancei até ela. Seu riso safado logo se tornou amarelo, e como ela visse em meus olhos que eu estava determinado tentou correr. Mas eu a alcancei facilmente e a deitei de bruços em meu colo, para mais 40 palmadas sobre sua bunda protegida pela calça jeans, por coincidência a mesma de surra de poucos meses antes.

- PARA! PARA! SEU MALDITO, SEU FILHO DA PUTA! PARA COM ISSO, PARA! AI, AI! PARA!

Seu comportamento mudou pouco, também, exceto por me xingar mais que chorar. Só essa diferença eu notei. Eu também a surrei do mesmo jeito: Uma palmada no meio de uma das nádegas e depois na parte de baixo da mesma nádega. Depois no meio e na parte de baixo da outra nádega. E assim até completar 40 palmadas.

O fim da surra também foi quase a mesma coisa: Eu terminei, ela saltou do meu colo, esfregou o traseiro, olhou para mim emburrada por uns minutos e me deixou. Eu suspirei, pensando comigo mesmo: “bem, agora ela me deixará em paz por uns meses”...

Eu me enganei: A pausa que ela me deu foi de pouco menos de um mês. Suas artes e pirraças voltaram a fazer parte da minha vida, e ela novamente se ria me vendo contrariado e irritado. Eu não percebia ainda o mistério que havia por trás de tal comportamento, e por isso me surpreendia por ela ter superado a surra antes do que eu esperava. Era uma mulher forte, eu tinha que admitir. A solução então foi uma surra, em troca de mais um tempo de alívio. E desta vez as 40 palmadas me deram 3 semanas de sossego, ou um pouco mais que isso.

E depois, duas semanas, e uma semana... Depois, 6 dias, 5, 4...

Um dia eu a deitei no colo e dei as já tradicionais 40 palmadas, esperando por sossego. Mas qual! De tarde ela já me irritava de novo e dei 40 palmadas de novo. Pensei que levando duas surras num dia só ela se acalmaria. Mas me enganei de novo: no dia seguinte lá estava ela a me aporrinhar, rindo de minhas contrariedades.

Então eu decidi fazer uma alteração nas surras. Eu a adverti que ela levaria 40 palmadas, ela riu na minha cara. Então, olhei para cima, suspirei, olhei para ela, e andei até ela. Ela me olhava com um sorriso debochado, e pelo jeito já nada tinha mais medo de apanhar nas nádegas, mas o sorriso sumiu quando eu falei:

- Bem, você vai apanhar sem sua calça jeans. abaixe-a.
- O que?
- Você entendeu direito. Abaixe as calças.
- Não!
- Se você se recusar eu mesmo abaixarei suas calças e aí será pior.

Ela me olhava, incrédula. Mas eu estava falando sério. Fiz menção de desabotoar suas calças, ela então se adiantou, e arriou suas calças. Olhava-me sem graça, com medo e com vergonha. Quando suas calças tinham sido arriadas eu a deitei de bruços no meu colo e comecei a bater em seu traseiro, protegido pelas calcinhas de algodão.

- AAA-AAAIII... AI, AI... NÃO, PAR... AI! AI! PARE! PARE! AI! POR... FAVOR... AI AI AI!

Um tapa no meio da nádega esquerda, depois na parte de baixo da nádega esquerda. Depois no meio da nádega direita, depois na parte de baixo da nádega direita. 40 tapas. 40 palmadas nas nádegas... Tenho que dizer que as palmadas têm um som bem diferente, mais alto e mais agudo, quando são dadas sobre as calcinhas. Dava para ver sua pele se avermelhar por baixo das calcinhas, e na parte de suas nádegas que não estavam protegidas pelo tecido eu vi as marcas de meus dedos. Eram pequenas marcas, é verdade, mas davam uma boa idéia de como seu bumbum estava bem colorido.

Quando a levantei, ela me olhava com um pouco de medo, não tanto emburrada como nas primeiras vezes. E estava envergonhada também. Certamente a dor era grande, e de fato por uns dias ela não pode sentar.

Eu tive então uns meses de sossego, depois dos quais ela voltou a me atormentar com suas artes. E de novo agüentei calado, fingindo ignorar suas provocações. Mas minha paciência, infelizmente, não é infinita. E assim eu um dia me levantei, andei até ela, que me olhava com expressão de desafio, e mandei-a arriar suas calças. Ela obedeceu, e eu a deitei no colo para mais 40 palmadas. Nessa surra ela me xingou mais que na primeira, e esperneou mais também, agindo de modo menos submisso. Quando terminei ela estava me encarando de forma emburrada, como nas primeiras surras sobre as calças, e muito menos envergonhada. Eu então senti que o ciclo recomeçaria.

E de fato ela me deu menos tempo de sossego depois da segunda surra sobre as calcinhas, pouco mais de um mês. E de novo voltou a ser A Insuportável! Eu bem que tentei agüentar quieto, sossegado em meu canto, mas foi impossível, ela fazia TUDO para me irritar! E dei então uma terceira surra, mais 40 palmadas em seu traseiro, protegido pelas calcinhas. Quando terminei, ela de novo me olhava emburrada. E me deu menos tempo ainda de sossego, pouco mais que três semanas. E depois, só duas semanas. Depois, só uma semana. E só 6 dias, 5 dias, etc...

Mesmo assim foi duro de acreditar que ela seria capaz de agüentar duas surras apenas de calcinhas no mesmo dia, 40 palmadas de manhã e 40 palmadas de tarde. Deveria depois ficar uns dias sem sentar, a lamentar a pobre sorte de suas nádegas, mas não: no outro dia estava ela já a me provocar, como se gostasse de andar por aí com o traseiro vermelho!

Bem, esperei uma semana, pois queria que ela se recuperasse bem das 80 palmadas no mesmo dia, e então resolvi variar novamente o castigo. Então, cansado de suas brincadeiras de mal-gosto, eu me levantei, andei até ela, muito calmamente, e mandei ela arriar suas calças. Ela me encarava debochada, rindo do meu esforço para ter um pouco de sossego, mas o sorriso cínico não resistiu à segunda ordem:

- E as calcinhas.
- O que?
- Isso mesmo.
- Não!
- Bem, eu mesmo as abaixarei.
- Não, não precisa. Eu arrio minhas calcinhas...

Ela de fato arriou as calcinhas, que ficaram na altura dos joelhos, e eu lhe dei as 40 palmadas, o castigo habitual daquela moça que não se comportava bem de outra maneira. Primeiro se via as marcas dos meus dedos, depois todo seu traseiro estava avermelhado. O som das palmadas era ainda mais agudo e um pouco mais alto sobre o bumbum pelado que sobre o bumbum protegido pelas calcinhas. Ela já não gritava, não chorava, nem mesmo ousava pedir piedade. Simplesmente gemia baixinho, sem olhar para mim, sem fazer nenhum gesto com os braços ou as pernas. Quando essa primeira surra nas nádegas peladas terminou eu a levantei e ela se afastou de cabeça baixa, sem olhar para mim. Estava envergonhadíssima! Humilhada pela surra em pleno traseiro nu! Admito que tive um pouco de pena dela, mas também senti um grande alívio: teria sossego definitivamente.

Teria! Ah sim, teria!

Qual o que! Ela realmente me deixou em paz depois de uns meses. E voltou às habituais travessuras. Algumas eram até engraçadinhas e eu simplesmente balançaria a cabeça, sorrindo, se fosse só uma vez ou outra. Ou nem notaria. Mas ela era uma peste! Pentelhava, pentelhava, e pentelhava sem nenhuma razão especial. Gostava de me ver irritado, simplesmente. Bem, depois de uns meses, como já falei, eu me levantei de uma cadeira, andei até ela, mandei-a arriar as calças e as calcinhas, e a deitei no meu colo, dando-lhe as 40 palmadas, alternadas, para que as marcas vermelhas dos meus dedos enfeitasse todo seu bumbum.

E ela me xingou. Gritou. Esperneou. Esbracejou. Esmurrou-me. Tentou mesmo me atingir com os calcanhares. Mas eu a segurei bem firme, e só a deixei sair do meu colo quando acabei as 40 palmadas. Emburrada e desafiadora, ela me encarou por um tempo. Depois vestiu as calcinhas e as calças e saiu, pisando fundo e batendo a porta. Eu já sabia o que viria: um ou dois meses de sossego, e outra surra. Depois algumas semanas, e outra surra. Depois alguns dias, e outra surra. E uma surra depois de três dias, outra depois de dois dias, e uma por dia, depois duas por dia! E ela fazia cada escândalo quando eu lhe dava palmadas! Gritava, xingava, mexia os braços, as pernas, tentava escapar, tentava me atingir. E de raiva, depois, se levantava do meu colo chutando cadeiras, quebrando objetos, batendo as portas, me xingando...

Um dia, depois das habituais quarenta palmadas, ela se comportou tão mal que eu a chamei de volta e mandei-a novamente arriar as calças e as calcinhas, para outra surra poucos minutos depois da primeira. Ela estava ainda com a bundinha bem vermelha, e por isso depois da nova surra já não se distinguia sequer as marcas dos meus dedos: ela estava um vermelhão só. Tinha até bolhinhas, e parecia está inchado. Mesmo assim a nova surra não mudou seu comportamento. Alias, piorou: Ela, além de me xingar, pisar fundo, encarar-me desafiando, e quebrar tudo ao alcance, ainda chorava e bem alto, quase estourando meus tímpanos.

Confesso que fiquei um pouco desanimado, pois era evidente que o aumento da dor física durante o castigo não a corrigia. Faltava alguma coisa, que a mantinha comportada depois de uma surra, e que funcionava por um tempo (pelo menos).

Pensando na primeira vez em que a surrei por cima das calças, na primeira surra por cima das calcinhas e na primeira vez na bunda nua, eu descobri: era a vergonha. Quando ela se envergonhava da surra, a surra funcionava. Sem vergonha, não funcionava. Surrá-la, portanto, por mais doloroso que pudesse, não adiantava nada se ela não tinha vergonha. Ela teve vergonha de apanhar no bumbum quando apanhou vestindo calças jeans, depois quando na primeira vez que apanhou de calcinhas, e depois na primeira vez que apanhou na bunda nua.

Foi quando eu tive a idéia da próxima surra. Resolvi deixá-la aprontar por uns dias, pois queria que ela se recuperasse bem. Ela aproveitou bem o tempo me perturbando com uma crueldade rara. Ela me fazia tremer de raiva e uma ou duas vezes eu até tive medo de um enfarte. É claro que ela sabia tudo isso, e como me fazia sofrer. Ela estava determinada a me fazer dar-lhe outra surra. Pensava que eu estava me controlando para nunca mais bater nela, mas se enganava: Eu queria, sim, que ela se recuperasse bem. Eu acompanhava sua recuperação vendo-a se sentar. Nos primeiros dias depois de levar as duas surras, ela não se sentava de jeito nenhum. Depois se sentava de ladinho, fazendo caretas, e usando uma almofada. Uma semana depois, ela já sentava normalmente, mas mesmo assim eu esperei por mais três dias para ter certeza que os efeitos da surra tinham passado.

E então ela lá estava me perturbando. Eu olhei para o céu, contei até 10. Depois olhei para ela, que me encarava debochada. E me levantei da cadeira. E andei até ela. E então falei:

- Entrega-me suas calças.

Ela entranhou, pois esperava que eu a mandasse arriar as calças, simplesmente, mas obedeceu.

- E as calcinhas.

Ela me entregou as calcinhas também.

Eu dobrei as calças, e as deixei em cima da mesa, junto com as calcinhas. Depois voltei para junto dela e disse:

- Agora, vamos sair.

Ela estranhou mais ainda, e acho que começou a imaginar o que eu tinha em mente.

- Sair? Mas... para onde?
- Vamos para o parque da cidade.

Ela ficou branca, pálida como nunca a vi na vida, entendendo o que aconteceria.

- Mas... é de noite, e o parque está fechado.
- Eu subornei um guarda ontem, disse que queria entrar lá com uma mulher e paguei para ele me deixar passar.

Ela, além de pálida, começou a tremer:

- Então dá minha calça!
- Não. Você vai lá nua da cintura para baixo.
- NÃO!
- Sim. Você vai apanhar no parque da cidade hoje.

Ela tremia e gesticulava, toda sem jeito, e pálida como cera.

- Não... por favor...
- Vamos!

Ela não teve alternativa senão me acompanhar. Pediu-me para descer pela escada, mas eu insisti em usar o elevador. Ela tinha medo de cruzar com outra pessoa no caminho, e essa outra pessoa ver ela com a bunda de fora, indo para o parque apanhar, mas eu não queria alívio para a vergonha que ela tinha. Então entramos no elevador, e ela escondeu a cabeça com um braço, encostando o rosto na parede do elevador. Com o outro braço ela procurava tampar a bunda, mas seu traseiro era muito grande e não deu para cobri-lo totalmente.

Paramos no térreo. Ela estranhou porque não descemos na garagem, e eu disse:

- Hoje eu resolvi estacionar o carro na rua.

Ela, totalmente envergonhada, me acompanhou para fora do prédio. A rua estava deserta, mas mesmo assim ela estava pálida e tremia. Escondia a cabeça entre os braços, e sua grande bunda ficou totalmente exposta ao vento. Acho que ela chorava baixinho de tanta vergonha, mas me seguiu fielmente até o carro, no fim da rua.

Quando entramos no carro eu fui para o parque pelo caminho mais longo. Ela ficou calada e sem jeito durante todo caminho, mas pela cara dela estava o tempo todo pensando se alguém a tinha visto com a bunda de fora na rua ou no carro, embora fosse difícil perceber pelo carro. De propósito, eu procurava sempre ficar perto dos ônibus, e quando eu fazia isso ela esticava a camisa para baixo, toda envergonhada.

Quando chegamos ao parque eu estacionei o carro longe do banco onde daria surra, para que ela andasse muito até lá. Desci, e abri a porta para ela descer. Ela desceu muito sem jeito, com uma cara que quase me deu pena. Eu andei bem devagar, e ela, que não sabia para onde deveria ir, teve que acompanhar meu ritmo. Ela estava tão envergonhada que se esqueceu de esconder seu traseiro e me acompanhava roendo as unhas e fazendo caretas de tanta vergonha.

- Aí, e se alguém nos ver? – ela me perguntou, quase chorando.
- Esse alguém saberá que você apanha na bunda. – respondi, com calma.

Chegamos enfim ao banco, e me sentei. Quando a deitei de bruços no meu colo ela deixou escapar um suspiro de alívio, como se dissesse: “Finalmente!” Eu dei então as 40 palmadas.

Eu batia, como sempre, no meio da nádega esquerda, depois na parte de baixo da nádega esquerda. Depois no meio da nádega direita, depois na parte de baixo da nádega direita. Entre uma palmada e outra, no entanto, eu dava um bom intervalo. Eu olhava suas nádegas à luz da lua cheia, e elas realmente ficavam bem vermelhas com meus tapas. Ela, pela primeira vez, apanhou em completo silêncio, pois tinha medo de atrair a atenção de alguém com seus choros e gemidos. Um medo bobo, pois o barulho das palmadas bastava para chamar a atenção de outra pessoa, se houvesse.

Esses intervalos maiores tinham ainda a vantagem de me permitirem bater em seu traseiro com mais força do que nas outras vezes, já que eu tinha mais condições para me concentrar no impacto. Eu pude admirar com calma suas grandes nádegas ficarem rosas e depois vermelhas. Eu pude admirar com calma o belo desenho que meus dedos deixavam em seu traseiro. Ela tampouco tentava se proteger, por dois motivos: Escondia a cabeça com as mãos e queria que a surra acabasse logo. As 40 palmadas duraram cerca de 15 minutos.

Quando acabei eu a levantei do meu colo e depois me levantei. E comecei a andar, com ela ao meu lado, mas não fui na direção do carro.

- Para onde vamos? – Ela me perguntou, com a voz baixinha...
- A noite está muito bonita... vamos passear mais um pouco. Eu não tenho pressa.

Coitada! Ela não ousou me responder. Sua única alternativa foi esconder a cara com uma mão e a bunda com outra. Parei perto de um post para admirar o vermelho de suas nádegas. Uma mão nunca conseguiria esconder seu belo e enorme traseiro, e qualquer um poderia ver que aquelas nádegas tinham acabado de ser surradas.

E andamos pelo parque todo antes de chegar ao carro. Olhei para a Lua, estava grande e bonita. Olhei para as nuvens, tentando adivinhar imagens nas nuvens. Olhei para as estrelas, e percebi as constelações de sagitário, de capricórnio, de leão, de touro... A ursa maior, a ursa menor... O cruzeiro do sul, etc.

Pensei também em ver as árvores de perto, pois elas eram muito bonitas e de variadas espécies, mas me lembrei que ela poderia tentar usar as arvores para esconder o traseiro castigado, e isso eu não queria. Ela deveria passear pelo parque com o traseiro exposto, para sentir toda vergonha possível.

Olhei as luzes da cidade em cima de um morrinho, a paisagem era muito bonita. admirei um córrego, um laguinho, e dei um pouco de farelo para os peixes. A noite estava fria, e acho que o vento frio aliviava as dores do bumbum dela. Mas ela não parecia ter uma cara aliviada, pelo contrário, quanto mais eu demorava mais aflita e ansiosa ela ficava, com medo que aparecesse alguém. Mas eu não me apressava, pois estava gostando do passeio, e de ouvi-la falar baixinho de vez em quando: “que vergonha, meu Deus, que vergonha!”

Bem, o passeio tinha que acabar uma hora, e chegamos ao carro. Entramos, e ela gemeu um pouco de dor quando se sentou. Mas fora isso estava visivelmente aliviada: até chegarmos ao prédio, pelo menos, ninguém poderia ver que ela tinha apanhado.

Eu estacionei o carro fora do prédio de novo, para que andássemos um pouco entre as casas da nossa rua. Ela começou a tremer quando estacionei, mas não ousou falar nada. Andamos pela rua, portanto, até o prédio, e eu não estava muito disposto a apressar o passo. Ela andava ao meu lado, de cabeça baixa, humilhada. Um braço cobria o rosto, a mão do outro braço tampava a bunda.

Percebi um barulho de festa em uma das casas e andei até lá. Quando ela percebeu começou a soluçar de vergonha. Havia gente acordada na casa, mas estavam todos bêbados e não nos perceberam. Ela não soube disso, pois não ousou levantar a cabeça.

Quando entramos no prédio fomos para o elevador. Ela entrou e logo escondeu a cabeça na parede do elevador, tampando o traseiro com as duas mãos. Mesmo assim era visível que tinha apanhado. Paramos no segundo andar e ela tremeu-se toda, dos pés a cabeça, e deixou escapar um “Oh não!”, da mais pura vergonha. Mas não entrou ninguém. Eu que tinha apertado o botão do segundo andar, apenas para me divertir com a reação dela.

Depois entramos no meu apartamento. Ela deu um suspiro de alívio: afinal tinha acabado! Quando alguém batera à porta. Ela estremeceu, pois ainda estava com a bunda de fora, mostrando que tinha levado uma boa surra.

- É a empregada – eu disse – ela parece que veio mais cedo hoje... Eu vou abrir  a porta...
- NÃO! POR FAVOR!
-... mas primeiro vou te dar suas calças e calcinha.

A empregada bateu novamente na porta, e pedi para a empregada esperar um pouco, enquanto ela, com a bunda toda vermelha de fora no meio da sala, esperava humilhada que eu lhe devolvesse as roupas. Eu olhei para ela antes de pegar suas roupas e admirei seu traseiro colorido e ardido. Estava muito bonito.

Eu lhe devolvi as roupas. Ela tentou vesti-las rapidamente, mas demorou porque estava se atrapalhava toda na pressa e com a falta de jeito – de tanta vergonha. Eu esperei e abri a porta para a empregada entrar quando ela se vestiu. A empregada entrou e ela saiu rapidamente, o que provocou certo estranhamento da empregada. Ninguém a viu com a bunda castigada, mas acho que ela está até hoje pensando se alguém a viu ou não, em tão embaraçosa situação...

Isso aconteceu há muitos meses. Ela ainda não me deu motivos para outra surra. É o período mais logo sem palmadas que vivemos. Pelo jeito a vergonha resolveu... Mas eu não canto vitória, pelo contrário: Outro dia uma cigana velha e sabida adivinhou que eu tinha dado um castigo muito cruel numa moça que merecera. E adivinhou também que essa moça aprontará novamente e eu a castigarei novamente...

A cigana disse também que eu e ela ainda seremos muitos felizes. Bem, veremos
Ao começar a namorar aquela ninfetinha, de 18 anos, Bruno não esperava experimentar uma forma de prazer, que não conhecia.

Mariana, era morena, baixinha; bastante geniosa e rebelde. Havia perdido a mãe muito cedo, e morava com o pai, um ocupado executivo, e a irmã mais velha.

Uma noite, Bruno foi visitar Mariana, ligou do celular no caminho, mas ninguém atendeu. Ficou preocupado, pois a namorada disse que não saíria de casa.

Chegando na casa, Bruno tocou a campainha e, novamente, ninguém atendeu. O carro de Mariana estava na garagem, deixando-o mais preocupada ainda. Ouviu então alguns "estalos", muito altos, vindos do segundo andar; mexeu no trinco, e por acaso a porta estava destrancada.

Como tinha intimidade com a família, resolveu subir. Viu que o barulho, cada vez mais alto, vinha do quarto da namorada. A porta estava entreaberta, e quando se aproximou, deu um passo para trás.

Mariana estava deitada de bruços, no colo da irmã, e os "estalos", eram resultado de fortes chineladas, que ela recebia de Luciana. Luciana também era morena, mas, mais alta e mais forte; e sete anos mais velha.

Bruno ficou estarrecido, a princípio. Mas alguma coisa o fazia ficar ali observando.

A irmã mais velha, usava um chinelo de borracha, tipo havaianas; que deixava a bunda de Mariana, vermelha e inchada.

A surra durou mais dez minutos, Bruno rapidamente, desceu e saiu da casa; e tocou a campainha novamente.

Logo depois, Mariana veio abrir a porta, com os olhos vermelhos, o que disse ter sido consequência de uma briga com a irmã.

Por alguns dias ela evitou ficar nua na frente de Bruno, e este não conseguia esquecer aquela cena.

Uma noite, após algumas cervejas, ele acabou confessando à namorada, que ele havia assitido a surra que ela levou da irmã.

Mariana ficou sem graça, no começo, e perguntou o que Bruno achou daquela situação. O rapaz explicou que se surpreendeu, mas que também, achou sensual, vê-la naquela posição, com a bunda marcada.

Ela falou que não guardava mágoa de Luciana, por aquela, e por outras surras; que revelou ter levado, desde os oito anos. Contou-lhe que a irmã, com a morte da mãe, desde a adolescência, ajudou o pai a criá-la; e que por isso, sentia-se no direito de castigar Mariana, quando julgava necessário.

A "ninfeta" disse que Luciana desde jovem, já sabia como bater; devia ter aprendido com a mãe, da qual, ela se lembrava apenas de uma surra quando criança. Mas também falou que a mão de sua irmã mais velha era mais pesada. Já bastante a vontade, ela "brincou", que daria um jeito dele assistir a outra surra.

Um dia, estavam na sala da casa de Mariana, ela, Luciana e Bruno; e as irmãs estavam tendo uma leve discussão. A ninfetinha foi malcriada, quase que provocando a irmã. Bruno então achou que seria uma ótima oportunidade para realizar sua fantasia. Luciana, em tom de brincadeira, disse que daria umas "palmadas" em Mariana. Esta disse para a irmã parar, pois Bruno estava ali.

Mariana se assutou, achou que Luciana estava falando sério; deve ter reparado que a irmã, usava um tamanco grosso com sola de madeira, o que seria muito pior que o chinelo.

Olhou para Bruno, e viu que ele se deliciava com a situação e resolveu satisfazer o namorado, apesar de conhecer o peso do tamanco da irmã. Luciana sentindo-se desafiada, puxou uma cadeira, tirou o tamanco do pé, sentou-se e chamou Mariana. Esta sabendo o que deveria fazer, deitou-se no colo da irmã, e baixou o short.

Bruno ficou impressionado com a força da mão da cunhada, e dessa vez a bunda de Mariana ficou roxa.Mariana chorou, mas depois confessou ao namorado, que adorou o castigo. O rapaz lhe disse que até gostaria de experimentar o chinelo da irmã mais velha, mas isso já é outra estória.

Perguntas e Respostas (FAQ)
me avise se sua pergunta não estiver aqui!


(Este trecho logo abaixo não é meu, mas de meu amigo, Mestre Carthagfall, cujo site Spanking no Brasil aparentemente saiu do ar, mas ainda pode ser encontrado através do cache do google. O próprio Mestre carthagfall pode ser encontrado aqui, por quem se inscrever no grupo e tiver paciência.)

P: Spanking é abuso contra menores?
R: Não. Spanking é uma fantasia baseada numa situação de castigo, originalmente aplicado a menores. Mas o "jogo" do spanking, uma das formas mais "light" de BDSM, só ocorre entre adultos.

P: Spanking é abuso contra mulheres?
R: Não. Existem quatro variedades para uma cena de spanking. Em Inglês são chamadas de M/f (homem bate em mulher), F/f (mulher bate em mulher), F/m (mulher bate em homem) e M/m (homem bate em homem). Logo, per sí, o spanking não discrimina os sexos. Ainda assim, essa é uma das questões mais complicadas sobre o tema, e provavelmente a causa principal de cenas de spanking terem sumido das telas de cinema, por exemplo. Por quê? Porque embora muitos homens e mulheres gostem da categoria M/f, para uma sociedade obcecada com o Politicamente Correto, uma mulher apanhando como uma menininha malcriada é sinônimo de submissão feminina.

P: E não é submissão mesmo?
R: O que acontece é que pessoas são submissas ou dominantes. Essa parece ser uma característica que surge naturalmente em cada um, e o sexo (ou preferência sexual) pouco importa. Existem tantos homens quanto mulheres submissas. Agora, aconteceu que durante um longo tempo (toda nossa história até 100 anos atrás para dizer a verdade) houve uma associação entre mulheres e submissão. Na prática, nascer mulher significava ser submissa a vontade do pai/marido para sempre. Isso era "normal" e a maioria nem se dava conta do abuso praticado contra as mulheres que porventura não gostassem de seu papel. Até que, graças a Deus, veio o feminismo...
Pois bem, se a liberação feminina resolveu essa injustiça milenar, dando as mulheres o direito de lutarem e conquistarem o que é seu, ao mesmo tempo criou outra injustiça, tornando monstruosa aos olhos da sociedade qualquer submissão feminina, ignorando o fato de que muitas mulheres, que em todos os outros aspectos de sua vida podem dar graças a sua liberação, precisam se sentir dominadas as vezes. Igualmente, certos homens, que embora gentis e nada violentos gostam de dominar eroticamente mulheres, tornaram-se imediatamente idênticos a Jack o Estripador...
Concluindo, eu novamente repito: Pessoas são naturalmente dominantes ou submissas. Querer negar a todas as mulheres a opção de serem submissas é tão errado quanto o machismo que imperou durante nosso passado. O pior pecado que você pode cometer é contra sua própria natureza. Aceite o que você é e não se preocupe com o que os outros pensarão de você. Essa mensagem, largamente aplicada aos homossexuais, também precisa ser ouvida por todos os dominantes e submissos enrustidos por ai. Enquanto houver o consenso entre as partes, qualquer relação vai ser saudável e enriquecedora. Não se negue ao direito de submeter só porque você é homem e não se sinta uma traidora do feminismo só porque você gosta de se sentir dominada. E se você preferir ser dominada sendo tratada como uma menina levada, pode me procurar. ;-)

P: Certo, me convenceu. Agora voltando ao tema do Spanking em sí: Como a situação acontece de fato?
R: Essa pergunta sempre ocorre aos que nunca participaram de cenas de BDSM e -

P: Pára tudo! Que diabos é isso de BDSM?
R: Ops, quase ia esquecendo de apresentar um vocabulário de trabalho. Aí vamos nós:
BDSM: Bondage, Domination, Sadomasochism (olha, tenho quase certeza que significa isso mesmo) É a sigla utilizada para englobar o amplo espectro das práticas onde uma pessoa está sob o controle de outra. Segundo um amigo, se uma pessoa disser para outra "beije meu cotovelo!" e a outra beijar, isso é uma relação BDSM. :-)
Vanilla ou Baunilha: é o apelido que o pessoal do BDSM dá a multidão "normal". Uma vez que baunilha é o sabor mais "básico" de sorvetes e afins, um baunilha é uma pessoa sem fetiches ou fantasias. Uma pessoa comum, enfim.
M/f, F/f, F/m, M/m: Eu já expliquei essas siglas lá no alto, mas só para deixar completo, esses sinais se aplicam a outros relacionamentos BDSM também, e não só ao spanking. Quem vem antes da barra é a parte dominante. Quem vem depois é a parte submissa. X/f significa homens OU mulheres (ou qualquer combinação de) dominando uma mulher. MF/m significa um homem E uma mulher submetendo um homem. M/ff significa um homem submetendo duas mulheres.
OTK: Se você vem lendo a homepage em ordem então esse é seu primeiro encontro com essa sigla. Significa Over The Knees (sobre os joelhos) e se refere à clássica posição de castigar crianças, com a "vítima" posta de bruços no colo de quem vai bater. Essa é na minha opinião a melhor posição para fazer um serviço bem feito. Não apenas há um contato maior entre quem bate e quem apanha como também a bunda fica perfeitamente exposta. Existem algumas técnicas para maximizar o efeito dessa posição, como erguer a coxa direita (se você for destro) o que faz a bunda da vítima se erguer de encontro a sua mão.
Spanker, spankee, spanko: Spanker é quem gosta de bater (e o meu nick nas salas de batepapo). Spankee é quem gosta de apanhar. Spanko é o nome genérico dos interessados sobre spanking. Logo, spankers e spankees são ambos spankos.
Top/Bottom: Top é o cara que causa dor, bottom quem sofre a dor. Esses são termos genéricos de todo BDSM. Todo spanker é um Top e todo spankee é um bottom mas a recíproca não é verdadeira. Um Switch é alguém igualmente a vontade nos dois papéis. Esse termo também é usado entre os acima (por exemplo: "Você é Spanker, spankee ou switch?")
Dom/sub: DOMinador(a) é quem domina/controla, SUBmisso(a) é quem é dominado/controlado. São termos ainda mais genéricos que Top/Bottom. Todo Top é um Dom (pois tem que dominar para causar dor) mas a recíproca não é verdadeira (um dominador pode não estar interessado em dor física, mas apenas em dominação psicológica)
Safeword: A palavra de segurança, usada para interromper uma cena BDSM caso algo esteja errado. Esse é um dos termos mais importantes e eu vou falar mais sobre ele daqui a pouco.
Esses são os termos importantes para o spanking. Vamos agora dar uma rápida olhada nas outras formas do BDSM, só pra te deixar informado (já que está aqui porque não aprender mais um pouco, certo?)
Bondage: Uma forma muito comum de BDSM. Bondage é amarrar pessoas. Coisas como vendas e mordaças podem ser usadas para melhor efeito, que é o de imobilizar e restringir a vítima. Eu não curto muito bondage, embora reconheça o maravilhoso efeito estético de alguns produtos finais.
Whipping: Chibata, ou chicoteamento. É uma forma de tortura (ver abaixo). Coloco-a separada pois é a que mais se relaciona com o spanking. A principal diferença é que pessoas que gostam de ser chicoteadas geralmente preferem ser amarradas/algemadas antes e o alvo principal do chicote costuma ser as costas e não a bunda.
Torture: Tortura. Outra forma de BDSM. Aqui se usam coisas como velas gotejando e alfinetes e prendedores de roupa aplicados em partes sensíveis do corpo. As vezes Bondage e Tortura são praticados juntos. Embora o spanking possa ser visto como uma forma de tortura (pois também provoca dor) essas praticas são geralmente colocadas separadas, pois o spanking geralmente é servido acompanhado de rituais próprios.
Enema: ops... chegamos nessa parte. Enema é ainda outro aspecto do BDSM. Enema para quem não sabe é uma lavagem intestinal. Na prática a vítima tem um tubo de borracha enfiado na bunda por onde passa água quente. (com possível adição de sabão, glicerina ou outros temperos) Isso é exatamente o que sua vó receitaria para prisão de ventre e outros males. Muitos acham isso erótico. Muitos praticantes de spanking sentem-se também atraídos pela prática do enema. Eu não.
Golden Shower: Ou duchas douradas, ou fascinação por urina. Não é a minha praia. Existe também a fascinação por fezes, mas eu consigo me interessar menos ainda por isso do que me interesso por urina. O lance aqui parece ser uma atração por coisas podres/excrementos. Não vejo graça nenhuma nisso, mas se é isso que você curte, assuma seus desejos e seja feliz.
TV, Sissy: Travestismo forçado. Homens que curtem serem vestidos em roupas de mulheres e tratados como garotinhas. Não está necessáriamente ligado ao homossexualismo (a maioria quer ser forçada por mulheres a se vestir em corpetes rendados). Pode ou não vir acompanhado por outros jogos, geralmente bondage ou um pouco de spanking (quando a "garotinha" não se comporta como deveria)
Infantilismo: Aqui homens e mulheres crescidos gostam de sentir-se como crianças pequenas. Coisas como fraldas, talco e chupetas são utilizadas para recriar o clima de um berçário. A graça aqui é sentir a vulnerabilidade total de um bebê de colo. O spanking (e o enema) são as vezes praticados em conjunto com o infantilismo, no caso dos bebês se comportarem mal. Pessoalmente, eu prefiro que minhas "meninas" sejam um pouco mais crescidas, mas não tenho nada contra passar uma noite tomando conta de uma nenezinha levada >;-)
Foot Fetish: Não é BDSM e sim fetichismo, mas está incluído aqui por ser uma fantasia muito comum. É a fixação pelos pés e pernas. Tem gente que gosta de vê-los descaços, outros em saltos altos(ou altíssimos). Outras partes do corpo que despertam o interesse são as unhas e os cabelos. Atração por peitos, bundas ou pelas partes própriamente erógenas não é exatamente fetiche, pois fetiche é o interesse por alguma parte/objeto/situação que não esteja normalmente associada ao coito. No meu caso, eu tenho um fetiche por bundas vermelhas e quentes...>;-)
Bem, acho que isso é só por enquanto. Termos mais exotéricos podem ser explicados mais tarde. Agora... Onde nós estávamos mesmo?

P: Eu tinha perguntado como um spanking acontece de fato.
R: Bom, a não ser que os praticantes curtam causar problemas em público em primeiro lugar procuram um local onde possam estar sozinhos. Qualquer local que permita de privacidade vai servir. Se quem vai apanhar gostar de gritar e se espernear um local mais privado vai ser necessário, a não ser que os praticantes considerem erótico ter os vizinhos/senhorio/polícia batendo na porta...
Uma vez que o local esteja assegurado, os participantes podem se vestir a caráter para a cena. Se o cenário preferido é "papai/filha levada" (observe que eu só vou falar de cenas M/f) o cara pode colocar um terno, camisa social e gravata, algo assim. A mulher pode prender o cabelo num rabo de cavalo ou maria chiquinha, e vestir roupas que uma menina poderia usar (na falta disso uma simples calcinha rosa com bichinhos faz maravilhas). Demais acessórios podem ser conseguidos sem muito esforço (digamos um boletim escolar cheio de notas vermelhas)
Com o local e os atores a postos a ação pode começar. Mas antes define-se qual vai ser a palavra de segurança...

P: Lá vem você de novo com esse termo. O que é isso afinal?
A palavra de segurança é um termo fora de contexto (por exemplo, "queijo", "cadeira" ou o sobrenome de um dos participantes) que é escolhido pelos participantes de uma cena BDSM antes de seu início. A regra mais importante é: Assim que um dos participantes falar a palavra de segurança a cena é imediatamente encerrada. Os participantes saem de seus papéis e podem então conversar para entender o que deu errado. Se a cena envolver bondage de algum tipo o dominante deve imediatamente soltar/desamarrar quem está preso. Num spanking quem está apanhando é solto da posição onde está sendo mantido.
O porquê dessa palavra? Nem sempre tudo é perfeito numa cena. Alguma coisa pode dar errado, e se por acaso quem estiver sendo castigado tiver que parar, simplesmente pedir para parar não vai funcionar. Pois dentro de uma cena, a parte dominada pode pedir e implorar para ser libertada enquanto o que realmente deseja é que o castigo continue. Pessoas estão representando papéis numa cena, e no nosso exemplo, a garotinha levada vai provavelmente implorar para o "papai" parar de bater e tentar se soltar por conta própria - o que só vai deixar o papai mais irritado, fazendo o castigo aumentar.
Mas se por acaso a mulher por trás da garotinha precisar realmente que a surra acabe tudo que tem a fazer é dizer a palavra de segurança. Simples assim. Lembrem-se que o consenso deve sempre existir. Concluindo: A palavra de segurança não faz parte da cena, ela encerra a cena. Se o objetivo da parte submissa é sentir-se dominada, a palavra de segurança não deve ser usada a não ser em emergências.

P: Entendi. Isso nos leva de volta a cena. Com a palavra de segurança escolhida o que acontece?
R: Basicamente a menina levada vai ter um tempo quente. >;-) Nesse ponto a ação fica a cargo do gosto de cada um. Eu prefiro começar repreendendo a menina, deixando bem claro o que ela fez de errado e porque eu terei que bater nela. Finda a explicação eu a levo até um sofá, cadeira ou cama, me sento, coloco-a de bruços no meu colo, (ela ficará bem ser segura se gostar de se debater e/ou tentar se soltar) removo as camadas de roupa que ela estiver usando sobre a bunda e começo a bater.

P: Assim direto?
R: Já disse, cada caso é um caso. As vezes é legal começar devagar, dando uns tapas ainda sobre a saia, shorte ou o que quer que seja, para depois ir "aquecendo" (literalmente >;-)) com tapas mais fortes e removendo as roupas uma de cada vez. Em outros casos uma aproximação mais "direta" é apropriada.

P: Só se usa as mãos para bater?
R: Não. Implementos podem e geralmente são usados. Aqui no Brasil, a ferramenta mais usada na bunda de crianças levadas é um chinelo. Tem gente inclusive que só curte apanhar de chinelo. Sandálias havaianas tem um bom fã clube em nossas terras. Cintos também são boas pedidas, embora o jeito mais apropriado de se castigar com um cinto não seja sobre os joelhos, mas com a vítima deitada de bruços na cama ou em pé, com as mãos segurando os próprios joelhos. Tábuas de vários tipos também podem ser usadas. Nos colégios americanos usavam-se "palmatórias" parecidas com raquetes compridas para se bater nas mãos e bundas dos alunos desobedientes. Na falta de uma dessas uma raquete de pingue pongue pode ser usada. Outra grande preferida no hemisfério norte é a escova de cabelos, que substitui o nosso chinelo no imaginário popular de lá. Só servem aquelas escovas que tem um lado chato, de preferência as feitas de madeira ou plástico pesado. Usa-se o lado chato para bater, embora hajam alguns usos criativos para o outro lado também...

P: E depois da surra?
R: Depois da tempestade a bonança. Dependendo da situação, a menina pode ser posta de castigo, de frente para a parede, para pensar no que fez. Posso também colocá-la sentada no meu colo (tem um jeito de fazer isso sem irritar muito a bunda ardida) e niná-la por ter sido uma menina corajosa... Mas isso depende muito...

P: Hm... Eu não vi você falando sobre sexo em nenhum momento. Por quê?
R: Porque uma coisa não é necessariamente ligada na outra. Esse é um dos assuntos mais delicados e pessoais de uma cena de spanking. Basta apenas que se diga que eu nunca forço uma relação depois da surra. A coisa pode ocorrer naturalmente depois, ou vários encontros depois, ou nunca.

P: O spanking não é erótico então?
R: Errado. Spanking é uma das experiências mais eróticas que eu conheço. Só que as partes envolvidas estão geralmente mexendo com sentimentos profundos, de carinho, humilhação e culpa, e sexo nem sempre é a consequência apropriada. É perfeitamente normal para mim simplesmente colocar uma "menina levada" para dormir com um beijo de boa noite (na testa ou na bochecha) após uma surra. Penetração não é o fim de todo relacionamento erótico e as pessoas precisam ter isso em mente.

P: Você falou de sentimentos profundos. Você acredita no spanking como psicodrama então?
R: Sim. Nem sempre isso é o caso. Tem mulheres que simplesmente querem levar uns tapas, mas para algumas isso se relaciona a desejos e medos profundos do inconsciente.

P: Você não tem medo de causar problemas na cabeça dessas outras mulheres?
R: Na verdade tenho sim. A mente humana é uma máquina muito complicada e ninguém sabe como as pessoas reagirão ao verem seus desejos subitamente realizados. Eu não vou mentir só para conseguir garotas levadas. Isso também se aplica a todo BDSM. O que está em jogo é a sua saúde psicológica e tudo que eu peço às "interessadas" (e interessados também!) é: Considerem bem o que vocês querem antes de se envolverem com BDSM.

P: Como foi que você tomou a sua decisão?
R: No meu caso eu nunca tive escolha. Eu me interesso por spanking desde que eu me entendo por gente. Mudar meu interesse significa mudar toda minha estrutura psicológica, e eu não pretendo fazer isso só para me adaptar ao que a sociedade considera "normal". Depois de considerar a alternativa decidi me aceitar da forma como sou: Um cara que gosta de bater em mulheres. O fato que eu só faço isso nas que gostam de apanhar deveria ser o bastante para deixar todo mundo feliz.

P: Você apanhou quando criança?
R: Sim. Tanto do meu pai quanto da minha mãe. Não foi erótico na época e continua não sendo erótico hoje em dia quando recordo da experiência.

P: Tem gente que lembra das surras da infância de forma erótica?
R: Tem sim. Muitos descobrem-se interessados por spanking após apanharem ou testemunharem uma surra. Acho que essa inclusive é a situação "normal" de se tornar um interessado ou interessada.

P: Você bateria em seus filhos?
R: Em resposta a um ato direto de rebeldia ou uma ameaça a segurança pessoal de alguém, talvez... Muitas vezes crianças agem de forma a pedir uma surra, seguindo desejos internos de autopunição. Mas eu não sei se fazer essa vontade delas seria apropriado. Eu nunca bateria nos meus filhos num momento de raiva ou frustração. Pensando bem, eu chego a conclusão que spanking é bom demais para as crianças de verdade. >;-)

Bem pessoal, esse é o fim de nossa seção de perguntas e respostas. Espero que ela tenha esclarecido mais que criado dúvidas. Vocês são encorajados a escreverem fazendo novas perguntas. (usem o email ou o quadro de recados)
Fazia um mês que eles estavam juntos, se conheceram na faculdade, eram da mesma turma, mas ele tinha entrado no quinto período, transferido de outra faculdade. Adriana tinha um namoro de 2 anos, que terminou uns meses depois de conhecer Ricardo, foi um choque pro namorado e pras famílias, todos pensavam que eles iam acabar se casando, o cara era de família rica, bem educado e totalmente apaixonado por ela, mas depois dela conhecer e conviver com Ricardo diariamente, não conseguia deixar de compará-lo com Marcos, sua personalidade forte, sua segurança e sua beleza masculina a atraíam tanto que ela se pegava às vezes fantasiando diálogos e situações as mais inusitadas com ele, ele tinha alguma coisa que ela não conseguia definir muito bem, uma autoridade no falar, no olhar, no segurar seu braço ou sua cintura firmemente, sem deixar de ser gentil. Um equilíbrio perfeito, era o que ela pensava.

Ricardo, por sua vez, achava Adriana linda, de uma beleza delicada, um corpo perfeito, gestos femininos, ele adorava seu jeito alegre e seu bom humor, mas não apreciava nada, nada, sua irresponsabilidade e seu gênio difícil. "Ela às vezes lembra uma gata brava", pensava.

Dri era viciada em Internet, a ponto de passar a madrugada toda em chats e perder as primeiras aulas na faculdade, quase que diariamente. Por causa disso estava em prova final em 3 matérias, justamente as que tinham aulas nos primeiros horários. Ricardo era do tipo estudioso, sempre passava direto em todas as matérias e tinha a fala sempre mansa, não era de perder a calma por pouca coisa.

Com as provas finais se aproximando e Adriana cada vez mais desesperada, com um mundo de matérias pra rever, ele resolveu ajudá-la e os dois foram estudar na casa dela.

Os dois estavam sozinhos em casa, a empregada estava de férias e os pais de Adriana trabalhavam. Estavam na mesa da sala, ele explicando um problema de Cálculo e ela quase dormindo sentada... só durante a explicação, ele pôde contar 10 bocejos e aquilo foi lhe tirando a paciência, porque ele sabia bem qual era a causa de todo aquele sono...

_ Esses chats ainda vão fazer você perder esse período. Você acha que vale a pena se prejudicar nos estudos por causa disso?

Ele disse com as sobrancelhas franzidas e a voz mais grave do que de costume, sinal que estava chateado, o que estranhamente a deixava inquieta, ela não sabia explicar porque, várias vezes ela tinha se sentido assim, às vezes era o tom de voz, às vezes o olhar, que parecia o de um tigre prestes a pegar a presa.

Ela ficou meio atordoada e disse a primeira coisa que lhe veio à mente, como se estivesse pensando alto:

"Eu sei, mas não consigo parar, tô viciada."

Mas logo se arrependeu de ter sido tão sincera e ficou irritada, afinal, o que ele tinha com isso? O sangue subiu à cabeça e ela disse gritando:

"Olha aqui, você não tem nada com isso, meta-se com a sua própria vida!"

Ele respirou fundo demoradamente, fechando os olhos, como se estivesse contando até dez e disse enquanto se levantava e pegava suas coisas, se encaminhando para a porta:

_Ok, é isso mesmo que vou fazer!

Ela logo viu que tinha se excedido, como sempre, aliás... Mas a reação dele a pegou desprevenida, talvez estivesse mal-acostumada, porque Marcos, o ex-namorado, tinha uma paciência de Jó com seus ataques e mesmo assim, quanto mais paciente ele era, mais ela o desprezava.

_ Onde você vai? Desculpa, fui grosseira com você, você tem razão, esse vício em Internet está me prejudicando mesmo, é uma idiotice minha, às vezes tenho raiva de mim mesma, como sou burra!

_Você não é nada burra, pelo contrário, você é muito inteligente, é linda, é sensível, tem tudo para fazer uma excelente carreira e tudo pra ser feliz, mas não tem um pingo de disciplina e auto-controle e isso pode arruinar sua vida e não só a profissional, a pessoal também.

Seus olhos se encheram de lágrimas, ele estava 100 % certo.

_ E tem mais... eu não te dou o direito de gritar comigo, alguma vez eu gritei contigo?

_ Nunca. _Ela reconheceu, meio decepcionada, depois de tentar lembrar algum episódio em que ele tivesse perdido o controle.

_ Pois é... sou suficientemente maduro pra resolver as coisas como adulto, mas você parece uma menininha malcriada toda vez que é confrontada. Pra mim, chega, tô cansado disso, gosto muito de você, me sinto super bem ao seu lado, mas não vou tolerar mais isso. Acho melhor a gente parar por aqui...

Toiiiiiiiiiiim... caiu a ficha... isso não... ela não podia deixá-lo escapar desse jeito...

_ Desculpa, Rick, eu não tive intenção, não vou mais gritar contigo, você está coberto de razão, eu estou me auto-sabotando, mesmo, podia estar dando o melhor de mim, mas simplesmente não consigo e eu me odeio por isso... acabei descontando em você. Poxa, você já até passou nessa matéria, está aqui me ajudando e eu de grosseria contigo, me perdoa? Eu te amo... _ ela falava e as lágrimas corriam... _ você me perdoa?

Por dentro ela estava em pânico, sempre tinha que estragar tudo, era assim com amigos, namorados, seus pais, ela simplesmente não conseguia ficar com a boca fechada ou admitir que a criticassem. Se ele fosse mesmo embora... Nunca na vida ela tinha encontrado uma pessoa que a completasse como ele, ele lhe dava segurança e parecia adivinhar seus pensamentos e desejos mais secretos ... era perfeito, simplesmente perfeito... até aquelas palmadas... ai, como a deixavam doida... como ele podia adivinhar que ela era fascinada por esta idéia? De vez em quando eles estavam se abraçando e ele lhe dava umas palmadinhas no traseiro e se ela estivesse implicando com ele ou lhe fazendo ciúmes, elas até ardiam um pouco: "_ai, que delícia...", ela pensava, mas não querendo parecer maluca ou tarada ela colocava a mão na frente e pedia pra ele parar, afinal, ela achava que gostar de apanhar é o fim para uma mulher liberada, em pleno terceiro milênio. Por mais que Nelson Rodrigues pudesse estar certo, ela negaria sua fantasia até a morte.

_ Perdoar, eu perdôo, mas precisamos acertar umas coisinhas...

_Que coisinhas?

Conhecendo o caminho para o quarto dela, ele a pegou pela mão e se dirigiu pra lá. Num relance, saiu procurando pelo que tinha em mente... viu o ar condicionado, o som, a cama, que estava desfeita e com um monte de roupas jogadas em cima, "que zona!", pensou. Fechou a porta, a janela e as cortinas, ligou o ar, ligou o som, sentou na cama dela e a colocou sentada no seu colo.

Ela não estava entendendo absolutamente nada, só observava de boca aberta toda aquela preparação: Será que ele estava com calor? Mas estava tão fresquinho... Pra que o ar? Pra que fechar cortina, fechar porta? Ligar o som? Ela começava a se inquietar por dentro, com vontade de sair correndo, mas continuou sentada no colo dele, esperando entender o que era aquilo tudo.

_Você reconhece que se comportou como uma criancinha mimada hoje? _ ele disse, enquanto fazia carinho no seu cabelo, a voz quase um sussurro.

"Ai que vergonha, meu Deus, mas tenho que falar, senão ele vai embora..."

_Reconheço, Rick, eu tava nervosa e descontei em você.

_Não foi isso que eu perguntei... _ disse, franzindo as sobrancelhas...

_Tá bem! _ Ela suspirou. Como era difícil admitir isso! _ Eu reconheço, eu fui imatura e infantil.

_E você reconhece que tem sido imatura e infantil não só hoje, mas há bastante tempo e que isso tem te prejudicado em tudo? Na faculdade, nas amizades, nos relacionamentos?

Seus olhos se encheram de lágrimas.

_Reconheço mas não consigo parar, não sei o que fazer, às vezes até começo uma coisa, mas não tenho disciplina para terminar... parei o balé por causa disso, e eu adorava dançar...

_ Shhhhhhhhhhhhh, não chore.... _ ele a consolou _ Sabia que eu te amo? Que você é muito importante pra mim? Que você me faz feliz? _ Disse enquanto beijava o seu pescoço.

Ela balançou a cabeça, afirmativamente

_ Por isso estou disposto a te ajudar.

_ Como?

_ O que acontece com as meninas malcriadas e irresponsáveis? Como os pais fazem para desestimular maus hábitos? _ Disse naquela voz de quem não está pra brincadeiras...

Seu traseiro começou a formigar... "será que ele estaria falando DISSO que ela estava imaginando???"

_ Eu não sei, Rick, isso depende... meus pais às vezes me punham de castigo...

_ Mas outros pais... _ completou ele.

_ Bem, pais mais atrasados e reacionários batem nos filhos...

_ Pois não penso como você, às vezes umas boas palmadas fazem um bem imenso... e na minha opinião é disso mesmo que você está precisando ...

Ela ficou gelada dos pés à cabeça... "não pode ser, isso não está acontecendo", um misto de terror e excitação tomou conta dela...

_E é assim que vou te ajudar a largar esses maus hábitos.

Num piscar de olhos ele a levantou e a colocou de bruços no seu colo...

_Ricardo, o que você está fazendo, você não está pensando...

_ Shhhhhhhhhhhh, confie em mim, Dri... não vou dizer que não vai doer, mas vai te fazer um bem danado... _ disse com a mão sobre seus shorts, massageando seu traseiro, em movimentos circulares.

_Ricardo, me solta, olha, vou fazer um escândalo, vou na polícia, vou gritar, meu pai te põe na cadeia... _ ela gritou, socando as pernas dele, mas por dentro estava morrendo de excitação, o coração aos pulos, aquilo era um sonho, sua fantasia estava sendo realizada e de verdade, não era um teatrinho!

_Shhhhhhhhhhhhhhhhh, quietinha! Quem foi que acabou de pedir desculpas por gritar comigo? Você pode ir na polícia mas antes disso tenho um trabalho a fazer, vou te dar uma lição de responsabilidade e boas maneiras...

Smack, Ele mandou uma palmada firme do lado direito do traseiro dela ... Smack, outra do lado esquerdo.

_Aiiiiiii! _ ela gritou _ "caramba, que mão pesada", ela pensou, "mas até que dá pra agüentar, não é tão ruim assim...até que vai ser divertido brincar um pouquinho como nas minhas fantasias..."

_ Quem acaba de pedir desculpas por gritar comigo e já começou a gritar de novo???

Smack Smack

Silêncio

Smack, Smack, Smack, Smack...

_ "ele sempre alterna as palmadas... como é bom..."... ela pensou...

_ Estou esperando...

Smack, Smack, Smack, Smack...

_ Temos a tarde toda livre...

Ela tentou se soltar, mas ele a estava segurando pela cintura e ela não tinha nenhuma chance de enfrentá-lo fisicamente... Percebendo que não podia se dar ao luxo de continuar fazendo jogo duro e sentindo o traseiro começar a arder de verdade, ela disse na voz mais calma que conseguiu emitir..

_Fui eu, fui eu que te pedi desculpas agora a pouco....

Smack, Smack, novamente ele atacou, uma palmada de cada lado.

_Vamos então começar a nossa conversinha, ok?

Smack, Smack

_ Não ouvi uma resposta educada...

_Ok, ok...

"Mas eles já tinham começado a conversinha umas 10 palmadas atrás, ou não?" ela pensou.

_Muito bem, boa menina... eu pergunto e você responde... Sem gritar, falando com educação... A que horas você tem ido dormir toda noite?

_ às 3, mais ou menos...

Smack, Smack, um par de palmadas bem ardidas.

_ Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

_E isso é hora de dormir, quando se tem que estar às 7:15 na faculdade?

Silêncio

Smack, Smack

_ Quanta rebeldia...

_ Nãooooooooo... pára, pára que tá doendo...

_ Mas essa é a idéia, é pra doer mesmo e nós ainda nem começamos, minha gata brava... Vamos definir um horário pra você dormir ok?

"Como assim, nem começamos???" ela pensou...

Smack, Smack

_ Ok, ok, ok...

Tudo que ela conseguia pensar era na incrível excitação que estava sentindo e também em como ele podia bater tão forte... De repente ela se arrependeu de não ter posto uma calça jeans, aquele short de algodão não protegia muito daquelas palmadas ...

_ Que tal meia noite? E estou sendo legal contigo, o certo seria marcar 8 da noite, que é hora de criança dormir!

Smack Smack

"Meia-noite? ... mas era a hora em que a tarifa começava a ficar mais barata..." ela pensou.

Smack, Smack

_ Tá bom, tá bom.... Meia-noite, eu prometo... por favor, agora me solta... _ ela choramingou.

_ Muito bem... gosto de ver você falando assim... com educação... Vamos agora definir outra regrinha...

_ Nada _ Smack _ de gritar _ Smack _ com _ Smack _ as _Smack _ pessoas_ Smack _ principalmente Smack comigo Smack Smack Smack Smack entendeu Smack Smack?

_ Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... Entendi, entendi... me desculpe, me desculpe...

_ Se você gritar comigo de novo ou for dormir tarde em dias de semana o que vai acontecer?

Smack Smack

Silêncio...

"ele não pensa que vou deixá-lo fazer isso de novo"...

Smack Smack Smack Smack...

_Não ouvi uma resposta educada...

_ Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... Você vai me dar uma surra...

"Ai, socorro, não agüento mais... que dooooooooooooor" pensou, sem dar o braço a torcer.

_ Muito bem! Boa menina! Estamos fazendo progressos! Agora que já fizemos um aquecimento e definimos algumas regrinhas básicas, vamos começar sua punição pela sua falta de juízo e pela malcriação de hoje... onde já se viu? Cheia de matéria pra estudar e brincando na Internet? Tsc tsc tsc tsc... E quando confrontada com a verdade só faltou me xingar... vamos ver se consigo te ensinar alguma coisa hoje, já que Cálculo eu não consegui ensinar, é difícil aprender dormindo, né?

"O que????????? Aquecimento??????????", ela se deteve na palavra-chave de todo aquele bla bla bla. Não podia acreditar, por mais erótico que aquilo fosse, sua bunda estava pegando fogo...

_ Nãoooooooooooooooo, por favor, já entendi as regras, já pedi desculpas, me soltaaaaaaaaa... _ disse, quase chorando, os olhos cheios d'água.

_Querida, isso ainda não foi nada... quero que você sinta essa surra por uns 2 dias, pra se lembrar toda vez que sentar na frente do computador e que sentir vontade de gritar com alguém de novo... _ dizendo isso, ele começou a abaixar seu short, que era de elástico e sua calcinha...

_ Não, por favooooooooooooooor não tire meu short...

_ Shhhhhhhhhhh, quietinha! Punição é sempre sobre a bunda nua, sem proteção de roupas...

Ela ficou quieta, não querendo prolongar ainda mais aquela surra...

Ele admirou o seu trabalho... haviam dois círculos rosados... bem no meio daqueles 2 montinhos lindos... que perfeição e isso sem ver... imagina agora que ele podia contemplar seu alvo enquanto fazia o "serviço"... Ela era uma bailarina e tinha a bunda mais linda do mundo, toda durinha, redondinha e branquinha, quer dizer, rosinha naquele exato instante ... ele sabia que tinha que pegar leve, pois era a sua primeira vez, mas queria deixar claro que falava sério... Ele começou a massagear o traseiro dela e ela começou a gemer... ele tinha certeza que ela estava gostando apesar de todos aqueles protestos... Depois de aplacar um pouco a ardência na bundinha daquela menina malcriada, mas que estava se comportando tão bem, até melhor do que ele esperava, anunciou:

_Já que é a primeira vez que você está sendo punida, vou pegar leve ... serão só 30 palmadas. Pronta?

"Mais triiiiiiiiinta????????? Nãããããããããããããããããããããããão" ela pensou.

Smack, Smack...

_Não ouvi nenhuma resposta, acho que você tá querendo dificultar as coisas...

_ Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii - como doía! Sem a roupa, não havia comparação! Como ela desejava estar com o short agora.

_ Não, não, não quero dificultar nada. Estou pronta...

_ Muito bem, essas duas não contam... Vamos lá...

Ele começou a bater num ritmo de 4 palmadas ritmadas, esquerda em cima, esquerda em baixo, direita em cima, direita em baixo, pegando bem a parte inferior do traseiro, a que se usa pra sentar.

Smack, Smack, Smack, Smack...

_ 1, 2, 3, 4, ele contava.... 5, 6, 7, 8 ...

Ela se contorcia como uma enguia, mas ficou na posição até a 20ª palmada, quando disse...

_ Não, chega, por favor! _ e cobriu o traseiro com a mão direita. _ "A temperatura aqui deve estar uns 100 graus" _ pensou.

Ele não perdeu o ritmo, simplesmente prendeu o pulso dela com a mão esquerda e continuou a bater... 21, 22, 23, 24... estamos quase lá... quero que esta última meia dúzia seja especial, dizendo isso ele caprichou, desferindo 6 fortíssimas palmadas naquele traseiro já totalmente vermelho... Ela nem tinha mais forças para resistir, só chorava e falava entre soluços:

_ Me desculpe... me desculpe... não faço mais... vou me comportar... vou dar o melhor de mim...

Ela chorou e chorou, colocando pra fora toda angústia que estava sentindo, fazia tempo que não chorava dessa maneira. De repente percebeu que ele tinha parado de bater e agora massageava seu traseiro com carinho, o calor atrás se irradiava para outra parte de sua anatomia... Enquanto massageava, ele dizia:

_ Shhhhhhhhhhh, já acabou, tá tudo bem agora, shhhhhhhhhh, eu te amo, eu te amo...

Quando viu que ela tinha se acalmado, ele a levantou e a sentou no seu colo. Ela estremeceu ao sentar mas se acomodou de lado, chorando de mansinho:

_ Me desculpe, me perdoe...

_Você já estava perdoada antes da surra, ela foi só pra te ajudar a se lembrar dessas regrinhas... você sabe quais são? - sussurrou.

_Sei sim _ ela estremeceu, só de pensar em começar a apanhar de novo... _ dormir à meia-noite e não gritar com as pessoas...

_Principalmente... _ completou ele.

_Contigo, meu amor, contigo...

_Viu, não te disse que uma surra ia te ajudar?

Dizendo isso ele começou a beijá-la e acariciá-la... Ela se sentiu derreter toda por dentro e eles fizeram amor apaixonadamente por horas e horas...Era a primeira vez que eles faziam amor e a segunda experiência dela, ela sentiu um prazer que nunca havia sentido naqueles 2 anos de namoro, uma nova dimensão de intimidade, totalmente sem barreiras ou pudores. Aquela sensação de ardência quando a bunda tocava o lençol a fazia se sentir totalmente louca. Era como se existisse outra Adriana dentro dela que acabava de se mostrar agora pela primeira vez.

A noite foi chegando, e eles foram tomar banho e se vestir porque logo os pais dela iriam chegar...

Depois do banho, ele sentou na borda da banheira e puxou ela de novo pro seu colo, de bruços.

_Ai, não, amorzinho, por favor! _ ela choramingou, ao mesmo tempo em que se ajeitava no colo dele, pronta pra mais palmadas, se ele assim decidisse.

_Shhhhhhhhhhh, é hora da recompensa... ele disse, enquanto aplicava um creminho naquela maravilhosa bunda e inspecionava o trabalho perfeito que tinha feito, estava toda vermelhinha, toda por igual...

_Você ainda pensa em ir à polícia? Tem que ir logo, enquanto há evidências do crime... _ disse, rindo.

"Nem morta", ela pensou, mas disse:

_ Não, eu merecia esta surra... mas você não vai mais me bater assim, né?

_Claro que não.

Ela suspirou entre aliviada e surpresa.

Ele apertou a bunda dela com as duas mãos fazendo ela dar um pulinho de dor.

_Ai!

_ Nunca mais te bato assim SE você se comportar... caso contrário, isso aqui vai ser fichinha perto da surra que vou te dar...

_ Ops _ela disse rindo _ acho que nunca mais fico até tarde na Internet e vou sempre passar direto em todas as matérias de agora em diante...

_E também vai ser a mais educada e controlada das garotas, pelo menos, enquanto estiver comigo... _ ele disse lhe dando duas palmadas bem firmes, uma em cada lado da bunda, só pra reavivar a ardência e reafirmar que falava sério.

_Aiiiiiiiiiiiiiii... Pode ter certeza... _ ela disse massageando o local dolorido, novamente em brasa, depois dessas duas palmadas...

_ E sempre podemos melhorar seu comportamento, como deixar o quarto em ordem, não tentar se proteger na hora da punição, hoje eu deixei passar, mas da próxima vez que você puser a mão na frente, eu recomeço a contagem. _ ele disse massageando o traseiro dela, apertando um pouco... tão quente... que delícia... mesmo depois do banho e do creme.

"Glup", ela pensou, "acho que não vou conseguir sentar nos próximos anos, acho que sou maluca, mesmo, nunca me senti tão feliz na vida", e sentando no colo dele, o abraçou e disse no seu ouvido: _Sim, meu amor, tudo que você decidir.

 

Até que a "terrinha", como a Graça dizia, não era um lugar tão atrasado assim. Tinha uma escola particular e outra pública, as duas de nível razoável. Tinha um cinema. Um posto de gasolina, onde os caminhões que transportavam gado e a lavoura se abasteciam. Alias, a cidade vivia e vive em função das colheitas. Até o calendário escolar era diferente do resto do país porque era adequando a época da safra.

 

A população era pequena, claro. A cidade onde eu e a Graça estudávamos tinha 30 mil habitantes, somando zonas rural e urbana. A cidade onde ela nasceu e se criou tinha mil habitantes na zona urbana e pelos campos cerca de 10 mil, mais ou menos, porque em época de colheita essa população rural aumentava com gente de outras cidades e até outros estados.

 

A Graça e eu saímos na noite de terça-feira, depois da aula, pra amanhecermos quarta-feira lá e voltaríamos segunda de tarde, na outra semana, antes da aula. Quarta-feira não tínhamos aula. Quinta-feira seria o feriado. Sexta-feira não haveria aula por causa da véspera. Sábado e domingo eram sábado e domingo. Tudo somado, mais de cinco dias pra nos divertirmos e pra eu conhecer mais o Tiago.

 

Foi o irmão de Graça que nos pegou, com o carro do pai deles. Ele logo faria vestibular também e estudaria com a gente. Era um moço bonito, parecido com o pai dele. Ele me disse que o papai estava muito feliz pela gente passar o aniversário de Graça com eles. E ficou contente quando ele soube que eu ia. Respondi com um "que bom", seco e sonso, mas por dentro fiquei feliz. A Graça deu uma risadinha safada, o irmão dela não fez nenhum outro comentário.

 

Bom, chegamos lá na madrugada de quarta-feira. O Tiago nos recebeu brigando com o filho dele, que havia demorado, mas não era culpa dele, tinha um desvio no caminho por causa de uma ponte que estava em reformas. Eu defendi o rapaz e o Tiago sorriu pra mim, com calma, dizendo:

 

- Bom cê tá gostandu du minino. Eu gostu dissu. – e se virando pro filho – essa aí, mocinhu, quadu é amiga di alguém si meti nas discussões dessi alguém cum us pais delis. Mas tudu bem, gostu dela sê amiga docês!

 

E o Tiago pegou a Graça no colo, que ela tinha dormido no caminho, a levou até a cama dela nos braços, enquanto eu olhava pra ele com a mesma cara de besta do dia em que ele me deu aquela surra no traseiro. Verdade que estava com sono também.

 

- Puxa Ceci, pensei que ia levar uma bela bronca... acho que cê que acalmou ele.

 

O jovem filho do Tiago, hoje meu enteado, me agradeceu pela fria que eu livrei ele e começou a pegar as malas. Eu estava com muito sono, tentei andar mas fiquei dormindo em pé, dei dois passos e me escorei numa arvore, ou no portão, nem lembro... só sei que uns 10 minutos depois que o Tiago pegou a filha dele ele veio me pegar também. Me carregou nos braços até a cama. Me deitou ao lado da Graça e ajeitou minha cabeça no travesseiro. Depois me cobriu, apagou a luz e fechou a porta. Eu me deixei carregar. Os braços dele eram duros e musculosos, mas irradiavam um calor que me agradava muito. Eu me sentia muito menina, sendo carregada assim e muito bem também.

 

Quando acordei, já era hora do almoço. A Graça acordara uma hora antes de mim e estava cozinhando. Ela era uma boa cozinheira, me ajudaria muito depois, no começo do meu casamento, que eu não sabia nada de cozinha.

 

Escovei os dentes, tomei um banho rápido, o Tiago estava acompanhando os peões dele pelas terras dele.

 

Os irmãos de Graça estavam todos felizes por ela estar lá, e comentavam o bom humor do pai deles, coisa rara desde que ele ficara viúvo. A Graça com as irmãs na cozinha falava da vida de estudante, da vida de cidade pequena, que para quem vivia em cidade minúscula... devíamos parecer gente super especial para aquela família.

 

- Oi Ceci – me chamou Graça, da cozinha – eu tô pensando em ir nadar c’ocê e as manas no riacho que tem aqui perto. Que acha?
- Boa idéia! Depois eu pego meu biquíni, tá bom?

 

Me deu vontade de ajudar ela na cozinha. Eu não sabia nada de nada e ela explicava as coisas mais simples, gozando de mim. As irmãs dela acabaram rindo também.

 

Comemos quando o pai deles chegou. O Tiago estava com muito apetite. Me cumprimentou e eu respondi um tanto sem jeito. Ele deu uma risadinha. Igual a risadinha safada da filha dele.

 

A comida da Graça estava deliciosa, ela é uma excelente cozinheira. Hoje eu faço quase tão bem quanto ela. Depois ela disse pro Tiago que queria ir pro rio comigo e as irmãs, Tiago concordou. Ele nos levou pro riacho que ficava perto da casa deles, cinco minutos de carro, e ficou conversando com a Graça, dizendo que eu estava surpreendendo, me comportando muito melhor do que ele esperava – mas foi só até ele ver meu biquíni. Era um biquíni normal, não era nenhum fio dental, a calcinha do biquíni cobria todo meu bumbum, só molhando muito a calcinha entrava na bunda, dando pra se advinhar minhas formas – mas mesmo assim cobria toda a bunda.

 

- Cê pensa im vistir issu pur acasu, dona Ceci?
- Sim, por que não?
- Purque cê tá na minha casa, e é falta di respeto si mostrá ansi, pelada, e juntu cum mias mininas, elas vão ficá faladas pur causa tua!

 

A Graça me olhava com severidade também, igual o pai dela. As irmãs dela ficaram meio sem jeito. Eu fiquei zangada, mas satisfeita também por deixar o Tiago um tanto perturbado, afinal de contas. Então disse:

 

- Essa roupa todo mundo usa de onde eu venho! Eu uso nos clubes e nas praias por onde passo e nunca tive problemas. Cê é o primeiro que me cria caso! Pois eu não tomo banho então, que essa é minha única roupa, e vou embora hoje mesmo! Tá bom assim?

 

O Tiago me olhou com raiva, pensei que ele ia pular em mim pra me bater de novo, mas não, ele simplesmente gritou:

 

- ENTRA TUDU NU CARRU!

 

As meninas e eu entramos. Pensamos que ele ia voltar pra casa dele, e de lá eu iria de ônibus pra onde eu morava, mas pegamos outro caminho. As filhas dele não tiveram coragem de perguntar nada, e eu estava tão emburrada que não queria falar nada também.

 

Ele parou em um outro trecho do riacho, de água limpa, cristalina. Tão clara que dava pra ver o fundo, que era cheio de peixes. Ficava num morro, recebia água de uma cascata, desaguava mais adiante, em outra cascata, entre uma cascata e outra formava uma espécie de lago. A gente via os peixes pulando cachoeira acima e era lindo. O Tiago disse:

 

- Aqui, cêis podem ficá inté peladas, si quiserim, qui ninguém verá. Pur aqui num passa ninguém. Antes di sê di noiti volto pra pegá ocêis. Inté.
- Tchau papai. – disse a Graça, timidamente.

 

O Tiago não respondeu. Ele foi pro carro emburrado e nos deixou.

 

- Veja Ceci, o que cê provocou!
- Ora... eu não quero problemas, mas também não tenho roupa de banho, exceto essa que por não sei que motivo seu pai considera indecente...
- E é! Mas não vamos brigar, aqui é muito bonito e podemos até ficar peladas, papai deixou.

 

As irmãs dela riram, eu também acabei rindo, até a Graça sorriu, e virginalmente fomos vestir nossos trajes de banho. Pensamos que não ia mais ter briga, mas qual, as irmãs de Graça começaram a discutir, porque uma tinha esquecido a roupa de banho e queria emprestado de uma outra, que trouxera dois maios...

 

- Não empresto coisa nenhuma, quem manda cê ser relaxada?
- Ora... já se viu tanto egoísmo!
- Toma banho pelada, não viu que papai deixou?
- Pois vou tomar mesmo! Não preciso de favor teu, não preciso de caridade tua, tiro a roupa e caio na água!

 

E tirou a roupa. Ela tremia, de pudor, de vergonha, eu olhando pra ela safada, a Graça olhando pra ela severa, as outras irmãs espantadas... mas era muito bonita, pele branca, cabelos castanhos, os pentelhos loiros, com raízes escuras... linda mocinha com lindo cabaço.

 

Acabamos rindo. Ela tremia toda quando caiu na água. A Graça ralhava comigo e com a outra irmã, eu por ter começado a discutir com o Tiago, a irmã pelo egoísmo dela. Mas que culpa eu tinha? Até disse pra Graça:

 

- Olha, tua maninha lá pelada tá tão bonita e nada com tanto gosto que eu acho que vou tirar a roupa e cair na água pelada também...
- Essa não, Ceci!
- Porque não? Não foi o Tiago que disse que podemos?

 

Enquanto a Graça ponderava que era só força de expressão, eu tirei o biquíni da discórdia e fiz companhia a minha colega de cabaço e nudez. Ficamos duas Iracemas, virgens da natureza, a se banhar no belo e lindo riacho.

 

A Graça pôs a mão na boca, incrédula e espantada, mas achou aquilo tão absurdo que não ficou zangada e depois pensou: "ora, elas têm razão!" e tirou a roupa pra cair na água com a gente, pelada feito a gente. As outras irmãs dela também se despiram, e todas peladas, a maior festa do "oba-oba" com as virgens do coração do Brasil, nadando num dos mais belos riachos do mundo, digno de um quadro de um mestre clássico, ou digno de uma matéria do globo repórter.

 

Os peixes, brincávamos com os peixes, deixávamos eles no meio dos nossos pentelhos, e riamos com as cócegas que eles faziam, como um bando de narizinhos no reino das águas claras. Narizinho com o príncipe peixe, Monteiro Lobato devia estar pensando em moças tomando banho peladas e brincando com os peixes nos pentelhos, nos cabaços...

 

Foi bom, durou a tarde toda. Uma das irmãs de Graça cansou, se vestiu e ficou de guarda pra quando o pai delas chegasse. Ela viu o Tiago subindo morro acima e deu um grito. Foi um tal de donzela correr pra botar maio e biquíni, que tínhamos posto na margem do rio pra ficar a mão, pra gente se vestir quando ele aparecesse, que o Tiago tinha autorizado aquela peladagem toda, mas podia não gostar e brigar, e ninguém estava muito a fim de ficar com o rabo quente.

 

O Tiago nos encontrou a todas de bom humor. Ele também estava bem humorado. Nós voltamos pra casa pedindo pra ele nos levar no outro dia pra lá, mas ele disse:

 

- Aqui é bom mas é longi! Cês vão é brincá pertu di casa mesmu! Inté já cumprei otro maio pá Ceci!

 

Fiquei meio decepcionada, mas não disse nada. Adorei banho de cascata pelada. Ele então perguntou se tudo tinha corrido bem, e a Graça disse:

 

- Teve só uma rusga entre a Lúcia e a Ana...
- Pur que?
- A Ana esqueceu o maio e a Lúcia tinha dois e não quis emprestar...
- Bom, a Ana si banhô, intão devi tê pegu o maio da Lúcia...

 

O Tiago disse isso olhando severamente pra Ana, que ficou sem jeito pra mentir, então disse a verdade:

 

- Bom papai... eu... tomei banho pelada. Cê não disse que se a gente quisesse tomar banho até peladas podia? Pois foi o que fiz, tirei a roupa e tomei banho nua. A Lúcia não queria me emprestar o maio dela...
- É... eu realmenti dissi issu... intão passa. Mas foi só cê qui ficou pelada?

 

Ele olhou para as outras filhas e para mim. Eu disse então:

 

- Eu também, seu Tiago. Ela nadou pelada com tanto gosto que eu tirei a roupa e fiquei nua com elas.
- Nós todas! – disseram as outras antes que o pai delas perguntasse – tava tão bom, nadar nua é bom, e cê disse que podia...
- Realmenti dissi... bom, foi pur causa das birras da Ceci, afinal di contas – não gostei dele falar birras minhas, mas ele sorria e isso era bom – cês num tiveram culpa. Cê, Ceci, depois vá inté us fundus da casa, qui quandu a genti chegá vô cunversá cocê lá...

 

As meninas ficaram espantadas. A Graça olhava a janela e as outras olhavam pasmas pra mim. Eu não sabia ainda, mas isso de conversinha nos fundos da casa significava uma surra longe dos olhares curiosos, quando um mocinho ia apanhar de cinto nas costas ou uma moça ia apanhar de mão ou chinelo na bunda, era lá que o Tiago mandava esperar ele. Ele batia e o povo não ficava sabendo. E as moças ficaram pasmas que eu, do meu tamanho, mais velha que a Graça, que era a primogênita do Tiago, e estranha á família, ainda não era nem noiva nem nada, fosse apanhar feito uma delas.

 

Mas eu não sabia disso e fiquei na minha, sem entender nada de nada...

 

Quando chegamos, o Tiago me mandou esperar nos fundos para nossa conversinha. Disse ao meu ouvido: "Cê vai gostá!" e eu fui, pensando o que seria. Ele mandou as moças fazerem os serviços delas lá de casa, e eu fui para os fundos.

 

Esperei ele por um minuto, mais ou menos. Ele chegou com um chinelo, um cinto e um chicotinho de equitação, e me mandou escolher um dos três ou a mão.

 

- Pra que? – perguntei.
- Pra apanhá – ele respondeu, com a maior calma do mundo.

 

Olhei pra ele com a mesma cara de besta do dia em que ele me espancou o rabo na outra cidade. Ele olhando pra mim me excitava e me assustava ao mesmo tempo. Continuei a falar com ele, e a medida que a gente conversava minha "virgo intacta" ia se umedecendo...

 

- Ora... com que direito?
- Bom... cê quis tumá banhu im traji indecenti, e eu num deixei pra mininas, qui tavam c’ocê, nun ficarim faladas. Cê ficô injuada, e dissi qui ia imbora, num gostei, i pá remediá levei todas pá brincá notro lugá. I lá todas as cincu donzelas ficaram peladas. Culpa tua! Pelo menus im parti! Issu mi dá direitu. Mas num é u mutivu.
- E qual é o motivo?
- É qui gostei d’ocê, desdi qui ti vi.

 

Sorri, achei bom, mas ainda não entendia nada.

 

- E vai me bater por isso?
- Pensa qui num vi qui cê adorô as pamadas qui ti dei naqueli dia?

 

Jesus, ele falando isso, tremi, era verdade, e queria outra surra... tomar banho nua me havia deixado muito relaxada, e eu me excitava com essa conversinha, e eu tinha vontade de apanhar mesmo... ele estava sorrindo para mim, calmo, esperando eu decidir:

 

- I cê quer u que, afinal di contas? Chinelu, cintu, chicoti ou mão?
- Meu Deus, que loucura... quero de mão, mas olha, será o seguinte: quando eu disser já, cê corre atrás de mim pelo quarto. Quando me pegar, me arrasta até uma cadeira, me deita no eu colo, levanta minha saia, arranca minhas calcinhas e me bate na bunda pelada. Eu vou fazer o maior escândalo, gritando e te xingando, esperneando e esbracejando, mas não vou querer escapar de verdade. Cê me dar uns tapas bem barulhentos, fortes e barulhentos, e ralha comigo me chamando "minina", e dizendo que uma donzela, uma virgem tem que se dar ao respeito.
- Tá bom, será ansí.

 

O Tiago sorria, olhava pra mim com o maior amor... eu então me preparei pra correr dele, ele se preparou pra correr atrás de mim, e eu disse: "já!". Começamos a correr pelo quarto, ele pra me pegar, eu pra escapar dele... a porta do quarto estava perto de mim, mas eu não queria correr dali, era só teatro.

 

Ele logo me pegou. Me arrastou até uma cadeira, eu fazia toda a força pra escapar, sem medo de acabar escapando, afinal ele era muito mais forte do que qualquer homem que conhecia, e eu gritava, xingava, esmurrava ele, era uma pulga batendo num elefante, e quando ele me deitou a força no colo, meu cabaço já estava totalmente úmido, virgem molhadinha, bicos dos peitos durinhos, e ele me levantou a saia, minhas pernas balançando, eu não queria sair e fazia o possível pra sair, pra dar realismo a surra na verdade, e ele me arrancou as calcinhas... como tava bom!

 

PLAFT

 

O primeiro tapa! Logo outros! Nessa de fingir querer escapar e fazer tudo pra escapar justamente por saber impossível meu cabaço foi se esfregar nas pernas, nos joelhos do Tiago, e alcançei o orgasmo rapidamente... foi um orgasmo gostoso, os tapas PLAFT PLAFT... e meus falsos mas barulhentos protestos, minha xingação, e ele dizendo onde já se viu, uma virgem tomando banho pelada! Toma! PLAFT e desviando as outras! Toma! PLAFT e xingando desse jeito! Toma! PLAFT eu não quero ser mais virgem quero ser puta putinha ORA TOMA! Esse cabaço só saí casando viu? PLAFT se dê valor PLAFT não admito PLAFT e eu gritava reclamava chorava xingava e o Tiago PLAFT PLAFT PLAFT... PLAFT que escandalo!... PLAFT que surra!... PLAFT que delícia!... que mão pesada e firme e forte a estourar no meu traseiro... e meu cabaço roçando as pernas do Tiago... e eu delirei, chorei, gozei, gozei, gozei...

 

Ele cansou!

 

Não gozou nas calças, admirável autocontrole. Mas deve ter ido pro banheiro depois.

 

A minha bunda, marcada de dedos e inchada, um toque me fazia gemer, e gozar... por toda a parte, minha bunda e a parte de cima das coxas, a pele toda rosa, com marcas vermelhas, algumas roxas, de dedos...

 

Eu já tinha gozado e muito, e por várias semanas, até voltar lá no outro feriado, eu me masturbaria e teria muitos orgasmos pensando nessa surra que o pai de Graça me deu, e nas histórias que a Graça me contaria depois...

 

No domingo foi a festa de aniversário da Graça. O Tiago tinha matado dois bois e estavam deliciosos. As irmãs da Graça fizeram um monte de quitutes bons na cozinha, e não deixaram ela fazer nada no aniversário dela. O Tiago dizia para o convidados:

 

- Genti, a Graça faz anus hoji, mas eu ganhei um presenti dela: essa amiga dela é uma linda donzela e é minha noiva. Eu a pedi e ela concordou. Vai casar cumigu.

 

Os homens de lá cumprimentaram Tiago com sinceridade. Ele tinha o maior orgulho de mim, que era virgem e bonita. Eu tinha o maior orgulho dele que era machão, forte e arrojado. A Graça, felicíssima, porque era aniversário dela e porque o pai que ela amava ia se casar com a melhor amiga dela, que ela admirava. Os filhos homens do Tiago, todos gostavam de mim, e as meninas, bem, elas achavam bom, mas um tanto estranho, eu tinha levado a maior pisa que o pai delas tinha dado em alguém, a surra fora na quarta e domingo ainda meu rabo ainda estava meio quente... o que elas não sabiam era do prazer que eu tirava quando a Graça contava as histórias das surras na família dela. Ainda tenho muito que falar do meu noivado...

 

Um mês se passou, desde que o Tiago havia me dado aquelas palmadas. Minhas nádegas há muito haviam voltado a cor rosa claro, natural.

 

Nesse tempo, eu saí menos de casa, passei a me concentrar mais nos estudos. Meus colegas de farra estranharam minha ausência, e eu dizia que precisava recuperar algumas matérias, e outras desculpas pra não sair.

 

A verdade é que desde que conheci Tiago eu achava as diversões da noite uma coisa vazia, sem sentido... e os moços que saiam comigo não me atraiam mais de jeito nenhum. Nunca tive muito interesse por eles, na verdade. Mas depois que Tiago pulou em cima de mim, me deitou no colo pra me dar aqueles tapas no traseiro, eu simplesmente não achava possível um deles ser homem pra mim. Eu conversava com eles, ouvia a voz deles, e instintivamente pensava no Tiago, que tinha uma voz ao mesmo tempo firme e calma, pausada e forte, no tom certo. Os via com suas namoradas, elas criticando eles por qualquer coisa, eles aceitando porque acabariam largando elas mesmo, me lembrava então do pai da Graça me alertando que eu estava passando dos limites com ele, e pensava que o Tiago não aceitava desaforo assim fácil por dar muito valor ao que dizia as pessoas que conviviam com ele – ou que podiam vir a conviver...

 

E um dia a Graça me visitou. Era sobre um outro trabalho que faríamos. Nós nos encontrávamos muito na universidade, nos cumprimentávamos, mas eu tinha vergonha dela e ela de mim. Tanto que me espantei que ela viesse me visitar, mesmo estando nós duas no mesmo grupo novamente.

 

- Pois é, Ceci. Sinto falta de conversar contigo, da gente estudar junto, como antes... o pessoal também tá sentindo falta, cê nunca mais saiu... que cê não queira mais intimidade comigo até entendo, mas eles nem sabem de nada...
- É... bom, eu tenho muita matéria pra recuperar, por isso saio pouco – na verdade não saia mais nada – mas cê pode aparecer na minha casa sim, se for pra estudar...
- Ora, e o que poderia ser?

 

Boa pergunta. Não podia dizer que podia ser pra falar do pai dela, que eu sim queria falar do Tiago...

 

- Cê também, Graça, nunca mais quis puxar conversa comigo... me encontra na faculdade e faz que não me vê, quando tem que falar comigo é só "oi, tudo bem e tchau"... foi teu pai que te disse pra me evitar?
- Papai disse o contrário, pra eu estreitar minha amizade contigo. Disse que cê tem jeito de amiga fiel e além disso é uma donzela, coisa rara, nos dias de hoje... cê agradou ao papai.

 


- Agradei é? – involuntariamente sorri, mas logo meu sorriso se desfez e eu fiquei emburrada – É muito cínico aquele velho...
- Não sei se ele é cínico ou simplesmente sabe das coisas...

 

Não respondi, e a Graça me perguntou então:

 

- Cê é virgem mesmo, é Ceci?
- Ora... cê tem o que com isso?
- Nada... mas acho estranho... cê vivia rodeada de menino, vivia bebendo nas boates, pelo menos até conhecer papai .. e teus pais moram lá na capital... eu ser virgem ainda vá, não gosto de noitadas, saí da roça há pouco tempo, e lá quando um garoto se interessava por mim meu pai olhava ele de um jeito que o pobre faltava se borrar todo... ninguém queria problemas com o velho não... até hoje, quem conhece o papai não quer se meter comigo, só arranjei namorado aqui porque ele não conhecia o velho e quando conheceu já estava louco por mim... mas eu não entendo é sua virgindade... ninguém tá aqui pra te controlar, cê sempre foi agitada e espertinha... só foi fazer papel de boba com papai...
- Se eu for virgem!
- Ah, isso é! Só o jeito que cê ficou quando comecei a falar desse assunto... papai sabe das coisas...

 

O que mais me indignava era o jeito dela falar e sorrir pra mim, a mesma calma do pai dela, sorria do mesmo jeito, e isso me deixava doida. Corri pro meu quarto e me lembrei que estava na minha casa. Então voltei pra sala. A Graça estava rindo com tanta franqueza e tanta falta de malícia que eu não pude sentir raiva dela, mas ainda fiz um esforço pra parecer emburrada, e perguntei pra ela:

 

- Bom, cê veio pra cá pra estudar ou pra falar do meu cabaço?
- É virgem, confessa!
- Tá, tá bom, sou! Satisfeita? E cê quer o que, estudar ou falar do meu cabaço?
- Na verdade eu agora quero falar da minha vida com papai, o que tenho certeza cê tá doida pra ouvir...

 

Fiquei pasma.

 

- Sobre o que, Graça? Mas eu tenho um trabalho a fazer, cê também...

 

- Sobre minha vida na roça, sobre papai... o trabalho pode ficar pra amanhã, não pode? Cê quer ouvir, não quer?

 

Bom, eu estava mesmo a fim de ouvir falar sobre o pai dela. Ela então me contou umas histórias interessantes da vida dela.

 

"Pois é Ceci, lá na terrinha eu não tinha vez não. Eu tinha que estar em casa logo que anoitecia, se tivesse um baile eu podia ficar lá até as 10 da noite, e se alguém dissesse que eu dancei muito com um determinado moço lá vinha papai, me dava uma pisa e uma bronca no pobre. As broncas do papai eram piores que as surras, tanto que quando ele me batia eu dava graças a Deus porque depois de me bater ele ficava uns meses calado.

 

E o pior é que os mocinhos também iam nessa, tinham medo do velho, não me paqueravam nem me cantavam por causa do papai. Por vezes, eu queria ficar até tarde num baile, e depois de certo horário eles nem mais dançavam comigo, porque sabiam que o velho podia aparecer a qualquer hora, puto da vida, e brigava com quem estivesse comigo. Além de me bater, é claro.

 

Um dia, o papai me bateu pra valer, e minha bunda ficou cheia de hematomas. O papai é um cabloco forte, até hoje, de montar cavalo e do trabalho braçal na lavoura, que ele tinha e tem muitos empregados mas supervisiona tudo pessoalmente e por vezes faz trabalho braçal, além de se alimentar bem e viver em cima de cavalo, então é um homem forte."

 

A quem ela o dizia! Até parecia que minha bunda não sabia da força do Tiago!

 

"Eu tinha estado em um baile, e passara do horário, e ninguém queria dançar comigo. Eu fiquei lá, insistindo em procurar um par, e os meninos ficaram com raiva de mim, sabe, porque eu estava expondo eles ao risco de ganharem uma briga com o papai.

 

Um deles, que era espetacularmente belo, dançara uma vez comigo e eu gostei tanto do toque dele que fiquei sorrindo para o ar, pensando nele, mas todos viram isso e me disseram:

 

- Ele é noivo de outra, cê tá gostando do noivo de outra, seu pai vai te dar é uma pisa no rabo, e das violentas!

 

Mas eu não liguei. Pelo contrário, ele saiu do baile e eu fui até a casa dele, queria saber o telefone dele, e marcar encontro para mais tarde.

 

Pois olha meu azar: papai estava na casa do vizinho dele, tinha vindo me pegar que passara do horário, já estava puto da vida, me viu na porta da casa dele, e veio me perguntar o que era aquilo. Duplo azar, a noiva do menino estava dentro da casa, e sabia que eu queria pegar o noivo dela, e não gostara nada dessa história. Saiu puta da vida, e viu papai bravo comigo enquanto eu tentava dar uma desculpa qualquer, e ela não só desmentiu o que eu tentava impingir ao velho como disse que eu fiquei secando o noivo dela o baile inteiro, que eu sabia que ele era noivo dela, e o seguira até a casa dele pra marcar encontro, disse o diabo de mim.

 

Papai só me olhou e disse pra eu esperar ele no carro, que ele ia me levar pra casa. Eu conhecia o jeito do velho e fui emburrada pro carro, já sabendo: ‘vou apanhar, droga!’

 

2 minutos depois ele entrou no carro. O olhar era o famoso olhar ‘cê-vai-ver-quando-chegar-em-casa!’, que eu conhecia bem...

 

Mas me enganei em parte. Não foi preciso chegar em casa. No caminho, no meio daquele mato, ele me disse:

 

- Descí du carru.

 

Desci, pensando: ‘será que vai ser aqui, meu Deus, se passa outro carro vai me ver numa tão constrangedora situação...’

 

E o velho me disse:

 

- Cê vai é pegá um gaio, limpá u gaio, i integrá na mia mão, qui vô ti dá uma bela duma pisa di vara, i será aqui!

 

Chorei. Olhei pro papai, suplicando tanto no olhar, e ele disse:

 

- Si prifirí, dexa chegá im casa, qui tiru u cintu, i ti batu nas costas comu nunca bati antis im filo meu!

 

Com tais palavras, desisti de pedir qualquer coisa. Papai dava nas meninas de mão ou de chinelo, e nos moços de cinto. A surra de cinto era horrível, os mocinhos ficava até uma semana com as costas inchadas, e chegavam a sangrar. Um corretivo no bumbum era sempre melhor que nas costas, dói menos e passa mais rápido. Conformada, fui atrás de um galho.

 

Aproveitei pra fazer xixi. Estava apertada, e não queria me urinar na frente do papai, o aconteceria se não me aliviasse.

 

Não sabia, não perguntei se eu ia apanhar deitada no colo ou fora do colo, de joelhos, ou em pé... se deitada no colo, eu pegaria uma vara pequena, se não seria uma vara grande. Na dúvida, peguei uma vara grande, que ele podia partir ao meio se fosse o caso.

 

Também era uma vara flexível e resistente, se eu tentasse ser esperta e pegasse uma frágil, ele deixaria pra me dar a surra em casa e lá seria de cinto nas costas, seria pior do que surra de vara no bumbum.

 

Ele pegou a vara, balançou um pouco no ar, testou a dureza na mão, e me mandou virar as costas e levantar a saia.

 

- Papai, e se passar um carro?
- U motorista vai ficá sabendu qui moça qui passa du horáriu na rua, dá im cima du noivu dotra, e inda tenta mintí pru pai apanha na bunda di vara! Preferi apanha di cintu nas costas im casa?

 

Bom, eu virei de costas e levantei a saia.

 

Com o primeiro golpe, VAPT, eu quase sai da posição, mas me contive, fechei os olhos, mordi a língua, apertei os punhos enquanto segurava a saia levantada, e levei os outros golpes, meu corpo gelado de vergonha, só as carnes ao redor das varadas se esquentavam, mas era um calor que se espalhava por todo o corpo, que em si me fazia bem, embora a dor fosse horrível.

 

VAPT VAPT VAPT

 

Durante toda a surra fiquei em pé, parada, com a saia levantada. Minhas calcinhas cobriam toda bunda, e também o comecinho das coxas, mas sob os golpes de vara o tecido foi se rasgando, de forma que após 10 varadas já nada restava pra me proteger, e eu apanhei na bunda pelada. Não tive coragem de tampar o bumbum com as mãos, nesse caso eu deixaria a saia cair e papai continuaria a surra em casa, de cinto. Seria pior.

 

VAPT VAPT VAPT

 

No intervalo entre uma varada e outra, eu sentia o vento alisar minha bunda. Era bom também, aliviava a dor e me dava um estranho prazer... mas a dor de apanhar era tão grande que na hora não atentei pra isso, pelo menos não de forma consciente.

 

VAPT VAPT VAPT

 

E ele batia... não sei quanto tempo durou, mas quando terminou eu sentia uma liquido grosso e morno escorrendo no rabo... era sangue. Papai me autorizou a baixar a saia e sair da posição. Passei a mão de leve no traseiro, ela voltou suja de sangue... as lágrimas que eu continha explodiram vendo aquilo. Papai se voltou pra mim e mandou eu engolir o choro. Eu engoli.

 

Entrei no carro e me ajeitei como pude no banco. Encostei as costas na poltrona de forma que o peso do corpo não forçasse o couro da minha bunda contra o couro da cadeira, ficando portanto numa posição muito esquisita.

 

Logo depois da surra cruzamos com um carro. Eu dei graças a Deus que a surra não durou muito, foi menos de 10 minutos, embora eu não possa precisar quanto tempo.

 

Quando cheguei em casa mamãe me viu tão abatida e triste que tentou me consolar, mas o papai a proibiu, disse que eu estava de castigo e me mandou pro quarto. Foi deitar, de bruços, é claro, e por muitos dias dormi de bruços. Olha Ceci, eu te contando esta história, me da vontade de alisar meu traseiro, que dói..."

 

- Cê tinha quantos anos?
- 17.
- Cê podia tê-lo processado!

 

A Graça olhou pra mim, e disse:

 

- Bom, o que eu fiz foi procurar de novo o moço, o noivo da outra. Peguei o telefone dele e tentei ligar da casa de uma amiga, pro papai não me pegar. Passei a tomar mais cuidado. Ele não quis nada comigo, disse pra eu parar de ligar pra ele, que senão ele ia contar isso pro meu pai, pro meu pai não pensar que ele estava me dando bola, pro velho saber que eu sim que perseguia ele. Então parei de ligar pra ele. Passei a tomar mais cuidado nos bailes, e tudo mais. As vezes eu me descuidava e fazia alguma coisa errada, e ele me pegava na palmada, quase sempre traseiro vestido, e quase sempre com a mão, como fez c’ocê... mas na ultima surra, que te contei, ele me bateu de chinelo na bunda nua, mas foi porque era caso grave, namorar escondido e ainda mentir pra ele, sem outro motivo que não vaidade, como nessa surra dos meus 17 anos eu fiquei no baile até depois do horário e ainda quis me meter com o noivo de outra... nos dois casos e em outros eu preferi dar o assunto por encerrado e esquecer tudo, como alias o papai também fazia...
- Esquecer... puxa, uma surra dessas nessa idade é uma humilhação...
- Bom, papai te fez o mesmo... mas cê não foi pra policia, foi?
- Ora... tive vergonha, e não quero que se espalhe, e pode acabar não dando em nada...
- Penso igual.
- Mas uma coisa que eu também não faria é continuar a conviver com ele, nem depender dele pra nada...
- E por que não?
- Cê não tem orgulho mesmo não, né Graça!

 

A Graça me olhou com ironia.

 

- Ceci, querida, papai é um homem muito legal, ainda mais agora que cresci. Ele me ajuda e muito nessa vida. Ele não é nenhum tirano. Não humilha ninguém. E eu posso ter a vida que quiser, com limites, que no fundo até acho razoáveis. Papai tem umas idéias bobas, mas eu tomando alguns cuidados não me acontece nada. Vou tomar mais cuidado com o meu namoro com o Roberto daqui pra frente. Resolvido meu problema.

 

Ficamos caladas, uma olhando pra outra.

 

- Cê não gostaria de visitar minha terrinha, no meu aniversário, que também vai dar num feriado? Só pra desfazer essa má impressão que cê tem do papai? Cê vai ver que ele não é nenhum animal irracional. É um homem que teve uma vida difícil pra criar 12 filhos, ainda mais depois de viúvo. E que quer que seus filhos se comportem e sejam prósperos na vida. As vezes perde a paciência, como todo mundo...
- Cê ainda me chama pra visitar teu pai, depois desta?
- Não, te chamo pra minha festa de 21 anos. Talvez encontre o papai, mas ele não fará nada se cê ficar na sua...
- Bem, vou, mas avise teu pai, viu, pra ele não criar problemas...
- Problemas? Ele vai é achar bom, te ver. Ele te achou uma virgem encantadora...

 

Fiquei vermelha. A Graça caiu na gargalhada.

 

- Pois é, minha amiga não quer ir muito mais vai... – ela disse com ironia – é uma boa amiga...

 

"Será que ela viu que estou doida pra ver o Tiago de novo?" – pensei, quando ela se foi.

 

Mas eu não sabia o que sentia por ele, exceto vontade de ver, curiosidade por ele, queria saber mais, que homem ele era afinal de contas...

 

E meu Deus, a história que a Graça me contou me deu uma vontade de me esfregar... meu cabaço estava molhadinho!... fui pro banheiro, tirei a roupa, me olhei me masturbando, gozei pensando na história da Graça, a bunda dela levando varadas ao ar livre, nua bunda debaixo da lua, surra de vara de marmelo no bumbum pelado... ela segurando as saias, as calcinhas dilaceradas pelos golpes de vara VAPT, toda emburrada pra não chorar... tinha tempo que não me masturbava, e nunca antes eu havia gozado assim...

 

Gozei e olhei pro meu corpo nu, pensando com ternura: "cabaço, cabaço, cabaço..." não era mais a mesma mulher. Não tinha mais vergonha de mim mesma. Que homem realmente era o pai da Graça? Eu logo saberia...

Eu e a Graça fomos de carro para a casa dela. Conversamos sobre o que tinha acontecido e sobre o que eu ia falar com o pai dela...

- Não, se eu não tivesse visto seu rabo eu não acreditaria... uma jovem adulta, nível universitário!
- Ai Ceci, isso passou!

Meu nome, ainda não disse, é Ana Cecília, apelido Ceci.

- Não, ninguém tem o direito de ser bruto com ninguém... não interessa a ele se tu namora ou não... e que interessasse! Ele que se negue a cuidar de ti, se não é obedecido e faz questão de ser obedecido... mas que não te bata!

A Graça ficou um tempo olhando a janela, depois disse:

- Ceci... pelo menos não estoure com ele logo de cara... converse, procure conversa numa boa, sem ofender... eu vou tentar falar com o papai pra ele não estourar contigo tá bom? Vai ser difícil mas vou tentar.
- NÃO! Cê fica no teu canto que eu sei o que falar! Faltou é aparecer alguém pra enfrentar ele!

A Graça suspirou...

Quando chegamos, ela quis descer do carro primeiro, mas eu disse:

- Estaciona o carro pra mim, Graça? Eu não conheço a rua direito...

Ela me olhou meio surpresa, meio decepcionada. Esperava descer antes de mim, pra falar com o pai dela.

Desci, ela pegou o volante e eu fui até a casa dela. Vi um homem de cabelos grisalhos, sério e com postura ereta, na porta da casa dela, olhando a Graça estacionar, e eu deduzi que era o pai dela. Fiquei um tanto surpresa, era (e é) um senhor bonito, apesar dos cabelos grisalhos, bem alto e forte, apesar de ter sem dúvida mais de 50 anos. Como ele olhava a Graça, eu reparei na maneira dele olhar e vi que tinha olhos azuis. Ele olhava com atenção, mas sem ferocidade, como pra ver se a Graça estacionaria direito. Eu esperava um bronco, mal vestido, mal barbeado e mal penteado, de olhar frio e feroz. Ele não era isso...

- O senhor é o pai da Graça?
- Sou! – ele se virou pra mim.
-E sabe que o que cê fez com ela dá cadeia?

Ele primeiro ficou surpreso. Depois cruzou os braços e me mediu de cima a baixo, olhando meus olhos. Eu fiquei encarando ele, com cara de má, me preparando para uma explosão, a que eu responderia com outra igual, mas não, ele fez foi dar uma risadinha e balançar a cabeça. A Graça apareceu e ele se perguntou:

- Ela é sua amiga, Graça?
- É colega minha, papai, eu acabei de fazer um trabalho na casa dela...
- É simpática, essa donzela... – ele havia voltado a me olhar nos olhos e ao falar "donzela" sorriu maliciosamente...

Eu tremi de raiva. Quis responder, mas a Graça se antecipou e me convidou a entrar.

- Cê já disse o que queria, não é? Agora chega, vamos entrar! – disse ela ao meu ouvido.
- Não, eu ainda não disse tudo! – e me virando para onde o pai dela tinha estado – você...

Mas o pai de Graça já tinha entrado e nos esperava lá dentro. Então entramos.

- Cê tá seguro, não é, de que vai ficar por isso mesmo!
- As chineladas qui dei nu rabu da Graça?
- E não se envergonha!
- Ora, si ela num si invergonhô di ti contá...
- Ela não me contou, eu que descobri. E tomei a decisão de cobrar satisfação de você.
- Pois ti dô satisfação! Eu sustentu minha filha aqui. Ela si cumprumeteu cum minhas cundições. Num quis cumprir e inda pensô qui pudia mi inganá. Eu a castiguei. Si ela num concorda, podi voltá pá roça. Ou tentá vivê aqui pur conta dela. Ou sua, si quisé. Satisfeita?

O que mais me indignava era a calma com que ele falava. Ficamos nos encarando. Ele então analisou minhas formas, minhas curvas, e eu fiquei vermelha. Ele deu uma risadinha, e eu, gaguejando, perguntei:

- Seu nome, qual é?
- Tiago.
- Não falamos do principal, Tiago. Se "você" - frisei o "você" - não concorda com alguma coisa da conduta dela, pode abandoná-la a própria sorte, se for alguma coisa ilegal tem não só o direito, mas até o dever de denunciá-la, mas não tem o direito de agredi-la fisicamente, nunca, nunca, de jeito nenhum!
- Pois, eu olho a Graça, ela num mi pareci muito ferida. Gostu muitu da minha filha i num queru largá ela nu mundu! I queim diz qui num tenho direitu de insiná ela a respeitá os cumprumissus qui ela assumiu cumigu?
- A lei! Se fomos pra delegacia vamos resolver esta questão.
- A questão foi resovida: a Graça errô, eu bati nu rabu dela e assunto incerradu!

O que mais me impressionava era o jeito dele falar: ele não se envergonhava do sotaque nem das suas origens. Pela maneira dele ver o mundo, não tinha feito nada de grave. Sequer pensava no assunto. E seu tom, calmo, pausado, sem arrogância mas sem temor, firme sem ser agressivo, enquanto eu, ao contrário, tentava encarar com uma fúria que a medida em que ouvia era cada vez mais falsa e forçada...

- Concordo com papai, Ceci. Vamos tomar um café e falar de outra coisa.
- Vamô, filha. Servi u café pá mim e pá tua cunvidada!
- Você não entendeu... pensa que encerramos o assunto entre nós?
- Cum minha filha já tá incerradu. I c’ocê intindi u siguinti: bati na minha filha, cê num gostô, qué si metê cumigu, mas eu num queru brigá c’ocê qui num sô seu pai, istamus cunversadus!

Como ele não queria conversar mais sobre o assunto, eu usei isso pra atacá-lo:

- Veja Graça, ele não quer me enfrentar!
- Vejo que cê quer confusão! Se é por mim isso que cê faz, pode deixar, cê provocando o pai deste jeito é pior pra mim e pra ti.

A Graça falava ao meu ouvido, mas eu falava bem alto para ele ouvir. Mas ele simplesmente olhou pra mim, me mediu de novo, balançou a cabeça e olhou o café que a Graça tinha trazido.

- Veja que ele sequer tem coragem de me encarar!
- É qui cê é muitu bunita, si olhá muitu pr’ocê é capaiz d’eu ficá ti gostandu...
- Pronto Ceci, já tá bom, agora vamos tomar café...
- Ele não tem coragem de encarar quem enfrenta ele, só tem braço pra moça submissa!

O Tiago me olhou nos olhos, endireitou o corpo, sorriu e disse:

- Cê teim uma língua peçunheinta, um rosto lindo quando fica zangada, e um bumbum bom pá apanhá! É meló num mi provocá mais!

Meu Deus, eu tremi de ódio, fiquei vermelha feito uma maçã, mas não sei onde arranjei coragem de dizer:

- Cê sabe que comigo isso dá cadeia, que eu não sou uma cretina covarde feito a Graça e tem medo de mim...

O Tiago deu um pulo em cima de mim e caímos no sofá que estava atrás. Daí ele me levantou e me pôs de bruços no colo dele, dizendo:

- Nunca bati im filhu dus otrus, mas tambeim nunca uma moça veiu im minha casa pá mi ofendê ansí!
- Ora seu... AI!

O Tiago me mandou um bocado de tapas, descendo a mão forte no meu rabo. Por sorte não havia ninguém na vizinhança, pra ninguém me ver em tão constrangedora situação, que o barulho dos tapas e dos meus gritos de protestos certamente dariam o que falar por muito tempo.

A Graça ainda tentou segurar o braço do pai dela, mas ao fazer isso levou um empurrão tão forte que foi de encontro a parede e ficou grogue. E o Tiago continuou me batendo no traseiro.

Quando finalmente acabou minhas nádegas estavam quentes feito carne na frigideira. Eu fiquei pasma olhando para o Tiago. Fui alisar o bumbum mas doeu tanto que deixei escapar um gemido e tirei a mão na hora. Tinha vontade de chorar, mas segurei as lágrimas. Pensei em partir pra cima dele, mas só dei conta de ficar olhando o Tiago com cara de besta. A Graça quis falar alguma coisa com o pai dela, e o Tiago deu-lhe uma encarada tão forte que ela achou mais prudente ficar quieta. Então ela se virou pra mim e disse:

- Bom... cê e o pai já conversaram... quer tomar café?

- Eu fiquei parada, e ela me encheu a xícara de café. Eu peguei a xícara, e o Tiago olhava sorrindo pra mim. Fiquei com raiva, e joguei a xícara nele. A Graça pôs a mão na boca, e eu fiquei encarando o Tiago. Não sei o que esperava, mas com certeza não esperava que ele estourasse de ri na minha cara, como acabou fazendo.

- Graça, sua amiga é uma donzela muitu simpática – disse ele, rindo – achu meló cê levá ela daqui pá depois ela voltá mais calma.
- Boa idéia, papai. Vamos Ceci, depois a gente conversa.

Eu me deixei levar pela Graça. Entramos no carro e ela foi dirigindo. Fiquei com cara de besta até entrar no carro, quando então sentei no banco de passageiro, e senti uma grande dor e uma ardência nas nádegas e aí eu comecei a xingar o Tiago de tudo quanto foi nome. A Graça me cortou dizendo:

- Ora essa, meu pai é um homem muito decente! Cê é que veio se meter onde não tinha que se meter!
- Então ele tem direito de me bater, de te bater, de bater em qualquer uma...
- Mais direito que cê tem de ir pra casa dele criar caso ele com certeza tem! E vamos parar por aqui, tá bom? Cê quer continuar minha amiga, então pare de ofender o papai!

Fiquei calada desse momento até chegar em casa. E antes que eu entrasse entrar em casa a Graça me disse:

- Olha Ceci... vamos conversar depois, quando cê tiver mais calma, tá bom?
- Tá, tá bom...

Entrei em casa, e ela voltou pra casa dela de ônibus. Não sentia mais raiva, nem vontade de brigar, só cansaço, e deitei na cama. Mas antes tirei a roupa, e meu Deus, vi minhas nádegas, eu fiquei bem vermelhinha...

Deitei de bruços, e quando passava a mão de leve em meu próprio traseiro parecia que estava pondo minha mão numa chapa quente... mas também comecei a ficar excitada, com minha vulva molhada...

Procurei reprimir este desejo. Me levantei, tomei um banho frio, lanchei alguma coisa, voltei pra cama, e logo adormeci.

Sonhei que o Tiago me batia e eu fazia uma cara safada, satisfeita, e me masturbava enquanto ele me dava palmadas. Acordei quando gozei. Minha mão estava toda melecada. Minha outra mão estava alisando minha bunda ardida e vermelha. Acordei sem entender nada. Só que eu não tinha raiva de verdade do Tiago. Nos outros encontros eu ficava de cara fechada mais por turra que por qualquer outra coisa. E o Tiago, que sabia muito bem que eu fazia assim por turra, ria de mim, com calma, e me desarmava com seu sorriso e sua calma comigo. Ainda tenho muito que contar, antes do nosso casamento...

A vida de universitária não é um paraíso, mas tem suas compensações. É verdade que os livros são caros, tem taxas disso, daquilo, e daquilo outro, os professores vivem passando trabalho pra gente, mas em compensação geralmente conhecemos pessoas interessantes.

Me formei numa faculdade de uma cidade do interior, da FCV, Fundação Coronel Valentino - mas desde já adianto que esse famoso latifundiário, exportador de carne, lã, café e laranjas, ele nada tem a ver com essa história. Podemos no entanto considerá-lo um benemérito da população local, já que graças a ele muitos jovens que seriam privados de formação superior ou teriam que viajar para a capital podem se formar na região onde nasceram, e depois trabalhar numa profissão universitária.

Uma das jovens que graças a Deus tiveram essa oportunidade se chama Graça, e é minha amiga. O pai dela é uma das pessoas interessantes que conheci, alias é hoje meu marido. E é um ótimo marido, apesar das diferenças de nível cultural e de idade. Mas quando eu o conheci ninguém seria capaz de prever isso.

Comecemos pela filha dele, pois foi ela que eu conheci primeiro. Ela é uma mocinha muito tímida, meiga e desajeitada, que a gente olha e logo diz: "virgem". Verdade que também eu era virgem na época dessa história, mas ninguém diria isso, pelo contrário, era muito pra frente para os padrões daquele povo, de fato eu nasci na capital, só para estudar fui para lá, a excelência do padrão de ensino da FCV é famosa - mas não é de mim que quero falar, pelo menos não por enquanto.

Como disse no primeiro parágrafo, a gente fazia muito trabalho em grupo, e eu acabei formando grupo com a Graça. Estudamos na minha casa, eu, a Graça e outras duas colegas. A medida em que cada uma terminava sua parte se despedindo e voltando para casa, e no final só ficamos eu e a Graça.

Durante todo o tempo a Graça ficou sentada em um travesseiro, e eu não dei muita importância, afinal as cadeiras lá de casa eram mesmo duras, e a Graça, quando se levantava da cadeira, gemia um tanto e tinha dificuldade para se mover, mas ela dizia que era conseqüência de uma queda, e eu acreditei.

Quando a Graça se levantou, no final do trabalho, tudo já feito, ela pediu para beber água e eu mandei ela pra cozinha, dei mais uns retoques na capa do trabalho, olhei o resultado, estava ótimo, e fui para o banheiro. Dei com ela no banheiro e quase caí de costas quando vi o bumbum de minha amiga todo vermelho, inchado de tanto apanhar. Pelas nádegas se notava umas marcas vermelhas, redondas marcas de chinelo, semicírculos vermelhos nas curvas, que ficavam rosados na bases, até se confundirem com a pele - ou até começar outra marca, o que era muito mais freqüente.

Chocada, eu perguntei o que tinha sido aquilo. Ela não teve tempo de me responder, antes disso eu a levei para meu quarto pela mão, a joguei na cama, e peguei um creme para passar no bumbum de minha amiga. E repeti a pergunta na cama:

- Meu Deus, Graça, o que te deixou desse jeito?
A Graça, sem jeito, respondeu:
- Meu pai...
- O que?
- Meu pai me deu uma bela surra de chinelo...
- Surra de chinelo... na bunda?
- Cê tá vendo...

Meu Deus, se nem com criança se deve fazer isso... era caso de polícia! E eu não ia deixar de ajudar minha amiga nessa hora!
- Graça, vamos comigo para uma delegacia!
- NÃO! Cê acha que eu quero que isso se espalhe? E além disso, é meu pai, tem direito...
- QUE DIREITO NADA! VAMOS PRA POLICIA SIM, É UM ANIMAL, LUGAR DELE É NA JAULA! - eu mal sabia que logo me apaixonaria pelo homem que eu insultava assim...
- CALMA! PAPAI É MUITO LEGAL! CÊ TAMBÉM NÃO SABE DE TUDO NÃO!
- Bom... pode me dizer o que cê fez de tão grave assim?
- Já te digo, foi hoje de manhã:

"Cê sabe que até há pouco eu vivia numa pensão para moças, nesta cidadezinha. Pois papai resolveu comprar casa aqui. Em princípio é um investimento, ele ganha um bom dinheiro na lavoura e investe em imóveis, mas é claro que fico morando lá, enquanto for estudante, pelo menos.

Enquanto eu morava na pensão começou meu namoro com Roberto, cê conhece ele."

Sim, conhecia e conheço! É marido de Graça hoje. Belo homem, educado, bem posto na vida, inteligente, filho do já citado Coronel Valentino, irmão de uma deputada federal, uma senhora educada que se chama Fátima, tio de uma líder estudantil na capital, irmão de um secretário estadual, ele próprio hoje mora nos Estados Unidos, importa os produtos do latifúndio da família para vender para os americanos... na época era um jovem estudante, apaixonado por tão bela donzela... mas ele não é assunto deste conto, tem outros contos com ele e a Graça.

"Na pensão não dava pra gente se encontrar com freqüência, meu pai fez um acordo com a dona de lá: ela avisava ele toda vez que eu me encontrasse com um homem."

- Ora... então uma jovem adulta não pode namorar?
- Calma, poder pode, mas ele quer saber... deixa que eu conto tudo.
" Antes de sair da roça pra estudar, papai me disse:
- Lá tá ansí di gavião, filhinha, cuidadu. Sei qui cê vai namorá, qui vai cabá incuntrandu um namoradu, mas minha filha, si cuidi, até purque um homin num vai ti respeitá nim vai casá c'ocê si cê dê logu u qui eli qué. I tanbein, cê me avisa pá eli qui é pá cunversá cumigo antis di sair cum cê. Cê mi diz quandu tiver interesada num homim, i eli interessadu n'ocê, qui vou falar cum eli... queru tê uma cunversa di homim pá homim, só issu...

E eu então vou dizer pro pai que eu tô namorando? Claro que não! Ele vai querer se meter com meu namorado, vai querer interrogar ele, vai dizer que sou mocinha, e é pra ele me respeitar, e coisa e tal, isso quando eu já sei cuidar de mim...

Mas eu não queria assim, não queria que ninguém ache que meu pai manda em mim e me vigia e me controla e que tenho que dar satisfação pra ele e coisa e tal... daí comecei a namorar o Roberto Valentino e, bem, eu morava na pensão e disse para o Roberto:

- Olha, se a dona da pensão nos ver juntos, ela vai avisar papai, e ele vai querer ter uma conversinha com cê, e olha, vai ser o interrogatório mais chato do mundo! Então, vamos nos encontrar só na faculdade por enquanto, viu, e se eu tiver certeza de que te amo, e cê tiver certeza que me ama, nesse caso assumimos para meu pai... mas só nesse caso, tá bom?

E ele aceitou.

Mas eu sempre gostei dele, desde o primeiro olhar, mas eu não queria que ele soubesse que papai quer me controlar, que ele manda na minha vida, por isso quis evitar o encontro dos dois... que papai me deixaria namorar sim, mas ia mandar meus irmãos, a dona da pensão, e sei lá mais quem me vigiar, mandar relatório, e coisa e tal... e por isso, enquanto durou a minha estada naquela pensão, eu evitei aparecer muito com o Roberto.

Aí, fui morar naquela casa que o papai comprou e pensei: 'agora não tem dona de pensão nem ninguém para dar um toque pro papai... fico com o Roberto a vontade!'. E ele passou a freqüentar minha casa, e ficava lá até de madrugada, e a gente brincava... mas com todo respeito, pra valer só depois do casamento, eu só deixava ele encostar a mão no meu bumbum, e sem tirar a saia, ele que enfiasse a mão lá dentro e alisasse de leve... uma vez ele passou de leve o dedo no meu cabaço, aí que delícia!!!... mas dei um belo bofetão nele, tinha que exigir respeito!... mesmo adorando...

E hoje de manhã, quem chega? Isso mesmo, papai, e com uma cara que logo vi estava uma fera...
- Cê num mi falô dessi filho du Valentino!
- O Roberto?
- É, u Robertu!

Eu fiquei sem jeito e disse que a gente começara a pouco tempo e eu não tinha tido tempo de avisar, mas papai sabia de tudo, que os vizinhos tinham falado com ele, e ele tinha tido uma conversa com o Roberto, ele disse que sabia do nosso namoro, e que queria uma conversa séria, de homem pra homem, porque afinal de contas tinha o direito de saber como era o homem que saia com a filha, e o Roberto contou tudo, desde o começo, meu Deus, culpa minha, nunca imaginei que ele ia procurar o Roberto sem eu saber, até achava que ele nunca ia descobri, por isso não preparei o Roberto para o interrogatório... e o pior é que o Coronel Valentino, o pai do Roberto, estava presente, e disse pro Roberto abri o jogo, e dizer tudo o que sabia, que afinal ele tinha filha e o Roberto tinha irmã, e coisa e tal...

E assim o velho soube de tudo, e que foi enganado por seis meses, e pior, eu ainda achava que podia continuar a enganá-lo, e vinha com essa conversa de que o namoro era recente...

E papai perguntou o porque dessa farsa, e eu disse que tinha medo dele ficar bravo, mas ele não ficaria bravo por eu namorar, mas por eu querer esconder dele o namoro e tenta enganá-lo, inclusive mentindo até depois que ele já tinha descoberto tudo, quando a única coisa que ele teria era o justo desejo de saber do meu namoro e conhecer o Roberto, e também que eu não deixasse ele passar dos limites, é claro...

Quando ele perguntou o que achava que ele devia fazer, eu simplesmente não tinha argumentos. E ele, olhando nos meus olhos e falando asperamente, me mandou pegar um chinelo e entregar na mão dele.

Eu disse:
- Papai, já tenho mais de 20...

E ele tirou o cinto, me mostrou o cinto e perguntou se eu preferia o cinto. Fui buscar o chinelo.
Fui e voltei chorando. Na volta, eu ainda quis olhar para ele, com uma cara de medo e pena tão grande para ver se o comovia, mas ele me devolveu um olhar tão frio e feroz que me fez chorar ainda mais, e desesperada. Ele então me ordenou:

- Tira a saia i as calcinhas.
- Papai...
- Ou preferi qui eu tiri? Se eu tirá vai ser di cintu dispois!

Tirei a saia e as calcinhas, fiquei nua da cintura pra baixo. E ele me mandou ficar ajoelhada em cima de uma cadeira, o que fiz, sem falar nada, se eu tentasse falar alguma coisa ele poderia dar logo de cinto...

SPLESH SPLESH SPLESH... e ele me chinelava a bunda... bunda de fora apanhando... eu chorava de raiva, dor, vergonha, medo...

SPLESH SPLESH SPLESH... e comecei a gritar e logo a uivar... ele deu uma parada, me disse que se eu fizesse barulho os vizinhos iam ouvir, e ouvindo iam saber como eu apanhava... e eu tinha mais era que ter vergonha e que não aprontasse de novo...

SPLESH SPLESH SPLESH... e o barulho do chinelo agora reinava soberano, SPLESH SPLESH SPLESH meus pobres e discretos gemidos não eram concorrentes a altura... SPLESH SPLESH SPLESH e como doía, SPLESH SPLESH o chinelo era um havaianas do tamanho do meu pé SPLESH SPLESH pé de moça SPLESH SPLESH se encaixava direitinho na mão dele SPLESH SPLESH ele batia tão forte que as tiras se soltaram SPLESH SPLESH SPLESH ai ai ai... e eu chorava baixinho enquanto meu bumbum queimava...

Ele parou. O chinelo ficou pousado em cima da mesa.

O papai foi para o quarto dele, e me largou ajoelhada na cadeira. Eu então olhei de perto o chinelo. Era um havaianas com sola branca no lado de cima e verde no lado de baixo, tiras verdes, que tinham se soltado, já disse, e na parte de trás o chinelo estava torcido, papai apertou ele forte mesmo. Na parte da frente, na curvatura, estava torcido também, mas para cima, papai bateu forte também. Olhei o lado de baixo, o da sola verde, e as digitais do chinelo estavam bem nítidas. Tomei coragem e alisei meu traseiro. Além de arder como uma brasa, eu senti impressas em meu rabo as digitais do chinelo.

E papai me viu em pé com a bunda de fora e disse que se eu quisesse ficar lá tudo bem, mas alguém acabaria me vendo, e ia perguntar pra ele o que tinha acontecido comigo e ele ia dizer a verdade. Então achei melhor ir dormir e tentar esquecer o ocorrido.

E venho tentando levar a vida como se isso não estivesse acontecido. Por exemplo, vim aqui fazer esse trabalho. Mas devia ter tomado mais cuidado, cê descobriu..."

- E é isso?
- É isso.
- Não, cê não deixe ficar por isso mesmo não.
- E o que posso fazer?
- Chame a policia!
- Que policia, pra que, pra ter escândalo? Com tanto assassino solto eles vão se preocupar com um velho que corrigiu uma moça mentirosa? E o papai me sustenta nessa cidadezinha, ele me paga as contas, e isso aconteceu porque ele se preocupa comigo e eu tentei enganá-lo por vaidade...
- CÊ AINDA JUSTIFICA ELE? É UM CASO DE AGRESSÃO E HUMILHAÇÃO, CASO DE CADEIA!
- NÃO!
- SIM! QUE ELE TE CORTASSE A MESADA E NÃO PAGASSE MAIS SUAS CONTAS E NÃO TE DESSE MAIS CASA SE ELE ACHA QUE CÊ NÃO MERECE, MAS ELE NÃO TEM DIREITO DE TE BATER!
- Não... eu aí prefiro mesmo apanhar... entre perder a casa onde estou e ficar sem mesada, ou levar uma surra de chinelo, prefiro a segunda alternativa.
Olhei pasma para a Graça:
- Cê não vai a polícia comigo então?
- Não!
- Então vou falar com seu pai e enfrentá-lo!

A Graça olhou para mim com um medo, surpresa:

- Não seja boba!
- Boba, eu? Boba não é quem apanha no rabo feito tu, nessa idade?

A graça suspirou, e me disse:

- Ouça, quando papai me ofereceu uma chance para eu me formar, ele me ditou as condições e eu aceitei sem reclamar na hora. Poderia ter barganhado as condições, não fiz isso. Poderia ter rejeitado a ajuda dele e vindo para cá por minha conta, não quis. Eu aceitei já pensando em enganá-lo. Ele descobriu, eu paguei. Ele não me mandou de volta pra roça, e estou aqui. Pra mim o assunto já tá encerrado, já passou. Cê quer se meter pra que então? Vamos dar por encerrado, tá bom?

- Ah, vou falar com seu pai sim. E duvido que ele seja assim com quem enfrente ele.

E a Graça ficou olhando para mim, de braços cruzados, balançando a cabeça.

- Bom... que tal então cê me deixa em casa? Assim cê aproveita e fala com o papai.

E eu aceitei, achando que ia enfrentar um inimigo. Encontrei o amor. Mas isso fica para o próximo conto...

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